La justificación de cualquier guerra o conflicto se cae por su propio peso en el momento que se violan derechos humanos y sufre las consecuencias la población civil. La cuantificación sistemática de víctimas hace que detrás de cada número no vislumbremos el verdadero drama humano que supone una vida perdida, mutilada, desplazada, separada o violada. Una tragedia que resulta exasperante cuando son los niños y niñas los que la padecen. La presentación de Balas contra la infancia reúne a sus autores, quienes han puesto nombre y apellidos a algunos de estos niños y niñas que sobreviven a la barbarie enfrentándose a problemas añadidos como la interrupción de la educación, el acceso a los servicios básicos, los traumas emocionales y psicológicos, las consecuencias en el desarrollo, etc. 

Participan en el acto:

Raquel Martí, directora de UNRWA España. Prologuista del libro.

Nuria Tesón (El Cairo), coordinadora del proyecto, reside desde quince años en Oriente Medio; analiza la situación de los menores en la Franja de Gaza. 

Fernando García Arévalo (Cádiz) aborda las similitudes entre lo que vivieron los críos en La Desbandá de Málaga y lo que padecen en las guerras actuales.  

Lula Gómez (Madrid), con amplia trayectoria en temas de género y derechos humanos, habla de niños y niñas refugiados de ayer y hoy. 

Patricia Simón (Málaga), especializada en derechos humanos con enfoque feminista, escribe sobre los menores soldados. Por videograbación. 

Hibai Arbide Aza (Grecia) lleva casi dos décadas implicado en cuestiones relacionadas con las fronteras y la libertad de movimiento. Conexión online. 

Modera: Noor Ammar Lamarty activista jurídica y feminista. 

“A los pequeños Baker, como a los Hijazi, los mataron los «errores» de cálculo israelí. Volver a lugares como Gaza a menudo implica descubrir que, como los edificios y los barrios enteros que se reconstruyen desde los escombros tras cada bombardeo, a veces las familias también deben empezar a reconstruirse desde los cimientos.” Nuria Tesón, La caja. Infancias confinadas en la Franja de Gaza.

Imagen: Juanma Samusenko.