Antonio Saura
Artista autodidacta, Antonio Saura (Huesca, 1930 · Cuenca, 1998) comenzó pintando obras de carácter experimental muy cercanas al surrealismo de Arp y Tanguy, para, posteriormente, evolucionar hacia una mayor abstracción. Fundador del Grupo El Paso junto a pintores como Rafael Canogar o Manuel Miralles, se convirtió, con su estilo monocromo en el que abundaban los negros, marrones y grises- y alejado de las formas de representación tradicionales, en uno de los principales teóricos del Informalismo en España.
De la extensa producción de Saura, destacan sus series Damas, Desnudos, Autorretratos, Sudarios, Crucifixiones, Historia de España, Multitudes, Retratos imaginarios y Saurimaquias, entre otras. A finales de la década de los cincuenta comenzó a exponer su obra en el extranjero: en 1957 realizó su primera exposición en París en la Galería Stadler y, en 1961, en Nueva York, en la Pierre Matisse. Saura participó, a lo largo de su vida, en grandes ferias del continente europeo, como la documenta de Kassel o la Biennale di Venezia, y expuso individualmente en galerías de Europa, Asia y América.
Autor de, entre otros, libros como Cámara ardiente (1977), ilustrado con doce aguafuertes, o La muerte y la nada (1990), con un texto de Jacques Chessex, participó, desde la década de los ochenta, en numerosos encuentros, coloquios y seminarios sobre arte y cultura, como Pour un portrait de Salvador Dalí (1980), en el Centre Georges Pompidou. También diseñó la escenografía de obras de teatro como La Casa de Bernarda Alba (1963) de Federico García Lorca, presentada en Madrid por primera vez y dirigida por Juan Antonio Bardem; Carmen (1983), con ballet de Carlos Saura y Antonio Gades para el Théâtre de Paris, o Peixos Abissals (1983), de Joan Baixas para el Teatro La Claca de Barcelona. Ese mismo año presidió en París el comité de la organización Artistes du monde contre l’apartheid.
Ya desde los años sesenta se organizaron retrospectivas de su obra en el Stedelijk Museum de Eindhoven, en el Rotterdamsche Kunstring y en los museos de Buenos Aires y Río de Janeiro (1963); en la Kunsthalle de Baden-Baden y en la Konsthalle de Göteborg (1964); en la Casa de las Américas de La Habana (1966); en el Stedelijk Museum de Amsterdam, la Kunsthalle de Düsseldorf, la Casa de Alhajas de Madrid y la Fundación Joan Miró de Barcelona (1979), o en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid (1982), entre otros.
Su labor se vio recompensada con numerosos galardones. Recibió el Premio Guggenheim en 1960; el Gran Premio de la Bienal de Grabado Bianco e nero de Lugano en 1966; el Premio de la Primera Bienal de Grabado Europeo de Heidelberg en 1979, y la Medalla de Oro de Bellas Artes en 1982. En 1980 fue nombrado Officier de l’Ordre des Arts et des Lettres; recibió el Premio Aragón a las Artes en 1994; Las aventuras de Pinocho -libro de Collodi ilustrado por Saura- fue galardonado en 1995 con el Premio al mejor libro del año por el Ministerio de Educación y Cultura español, y, ese mismo año, le concedieron el Grand Prix des Arts de la Ville de Paris y el Premio Liberté, que le fue otorgado en Sarajevo.