Unas palabras para Javier Seguí
Hace pocos días nos enterábamos del fallecimiento de Javier Seguí de la Riva y el Círculo de Bellas Artes, además de enviar el pésame a su familia y amigos, quiere dedicarle unas palabras a este catedrático de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, que además fue el orientador de los socios y socias que pintan en los talleres del Círculo de Bellas Artes.
Javier Seguí fue el guía del grupo de socios que llevaba su nombre y que todos los lunes desde 2008, hasta el comienzo de esta maldita pandemia, se reunía en la sala María Moliner de la 5ª planta. Los trabajadores del Círculo los conocíamos como el “Grupo Seguí”. Un grupo, un equipo, en el que, como leemos en la presentación del mismo, Javier Seguí facilitaba “la aportación individual, y su estilo de liderazgo ejercía un papel de facilitador y dinamizador de la creatividad artística y el funcionamiento horizontal en vez de la estructura patriarcal piramidal clásica y el ejercicio de una autoridad directiva”. El “Grupo Seguí” tenía un interés común por la creación colectiva y compartida.
Es curioso que muchas de las acepciones de “seguir” se ajusten de una manera u otra a su trayectoria docente, a su vida y a su legado. Así, hoy muchos de los que le siguieron, de los que fueron en su compañía, de los que siguieron el camino del arte (y la vida), tratan de imitarlo o, al menos, de demostrarle que se acuerdan de él y de que siguen intentándolo con pasión, como él los enseñó.
Su huella es profunda y lo pudimos advertir en las impresiones de los que lo conocieron mejor. Lidija Sircelj, que hasta hace poco ha sido subdirectora del CBA, nos comentaba “su enorme generosidad, lo cariñoso, dulce, simpático y detallista que era”. En redes sociales sus exalumnos han compartido la tristeza de la pérdida y la alegría por todo lo que les dejó y compartieron. Y precisamente vamos a terminar con estas preciosas palabras de Lucía Jalón, exdirectora académica de nuestra Escuela SUR, que conoció a Javier Seguí en su máster y con el que mantenía relación:
“En estos momentos, quizá sea la comunidad que emerge tras su pérdida la que mejor exprese el efecto tan profundo de Javier Seguí sobre la arquitectura, el arte y el pensamiento, sí, pero por encima de todo, sobre tantas y tantas vidas. En esa comunidad (inconfesable) sobreviven su sabiduría generosa y su afán de despertar una rabia siempre alegre para hacer mundos donde los demás se contentan con las ruinas. La primera sensación de desamparo queda trastocada en un anhelo de estar juntos como los interlocutores ávidos de palabra y vida en los que nos ha convertido. Muy pocos faltan y duelen tanto porque muy pocos nos han dado tanto: una rebelión compartida y cotidiana ante la irracionalidad y la indiferencia, un ataque cargado de deseo, experiencia y vida… y siempre con esa sonrisa traviesa tuya”.
D.E.P. Javier Seguí de la Riva.