Es 1957. Luciana tiene nueve años y escapa de su propia Comunión. Atrincherada en el baño de casa grita a su madre: ?¡Yo allí no vuelvo porque soy comunista!? Luciana es comunista, como su hermano Arturo, mayor que ella, enfermo de epilepsia, y que le ha trasmitido la pasión por el espacio. Luciana es comunista como el padre, que, precisamente por ser comunista, no fue enterrado con rito religioso. Luciana es comunista como la perrita Laika lanzada a las estrellas, en la cual piensa a menudo con melancolía.