Cuarteto Quiroga en Círculo de Cámara
El ciclo del Quiroga termina con el tercero y último de los cuartetos de Brahms, publicado sólo tres años después de los dos primeros. Frente a las dudas y el largo período de gestación de las otras, esta obra fue concebida y terminada con inusitada rapidez en el verano de 1875. Es la única de las tres escrita en modo mayor y tiene un carácter desenvuelto y tan clásico que algunos lo vinculan al universo de Mozart y Haydn. En perfecta correlación, el Op.135 de Beethoven es posiblemente el más clásico de sus cuartetos finales: cuatro movimientos, con apertura en forma de sonata y un tiempo lento que aparece en tercer lugar como delicadísimo canto de paz en forma de variaciones. Pero Beethoven se guardaba un último golpe de audacia para remontarse al contrapunto de Bach como gran inspirador del enigmático Finale.