Cuando en 1999 la Academia de Hollywood anunció que concedería su Óscar Honorífico anual al realizador Elia Kazan, el guionista Abraham Polonsky no tardó en declarar a la prensa su gran interés por la entrega del premio: “Veré la gala con la esperanza de que alguien le dispare, lo que daría algo de emoción a una noche que, de otro modo, será un aburrimiento”. Podría resultar extraño que la concesión de un Óscar como reconocimiento a una de las carreras más indiscutibles y populares de la historia del cine estadounidense fuera recibida con estas declaraciones y con un boicot organizado por otro guionista, Bernard Gordon, que tuvo un eco importante en la sede de la gala. Pero así fue. Gran parte de los asistentes no dudó en expresar su rechazo a Kazan negándose a aplaudir al homenajeado.
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Había pasado ya casi medio siglo, pero las heridas seguían abiertas. Cuando en 1952 Kazan fue llamado para declarar ante el Comité de Actividades Antinorteamericanas del senador McCarthy -la denominada “caza de brujas”-, el director, todavía una joven promesa encumbrada por la reciente realización de la brillante Un tranvía llamado deseo, duda en un primer momento, pero enseguida cede y delata a muchos de sus antiguos compañeros cuyas carreras quedaron bruscamente interrumpidas. “Tengo que pensar en mis hijos”, se justificaría Kazan. La carrera del director continuará y dejará un buen puñado de obras maestras, pero su vida había abierto un segundo capítulo que Kazan padecerá –y posiblemente de manera justa- el resto de su vida.
Disquisiciones éticas e ideológicas que siempre seguirán a Elia Kazan, pero que tampoco deben distraernos a la hora de valorar y disfrutar una carrera intachable: sin duda alguna, su filmografía es una de las más sólidas del cine norteamericano y su valor lo refrendan grandes admiradores de su obra, realizadores como Stanley Kubrick, Martin Scorsese o Woody Allen, o intérpretes como Robert De Niro, Karl Malden o Marlon Brando, todos ellos agradecidos a un Kazan que les dio su formación como actores gracias a haber fundado en la década de los 50 el Actor’s Studio, escuela neoyorquina que marcaría un antes y un después en el concepto de la interpretación teatral y cinematográfica.
El Cine Estudio arranca su programación de septiembre con una amplia retrospectiva dedicada a la obra de Elia Kazan que nos llevará hasta octubre. Durante todo el mes –con algunas interrupciones, no olvidéis consultar la programación-, los espectadores podrán disfrutar de nueve películas del realizador. Entre ellas, sus grandes clásicos: Pánico en las calles (1949), auténtico pilar del cine negro americano; Un tranvía llamado deseo (1951), popular adaptación al cine de la obra teatral de Tennessee Williams que alcanzará cuatro Óscars y lanzará al estrellato a un joven actor del Actor’s Studio, Marlon Brando; La ley del silencio (1954), película autoexculpatoria con la que Kazan intenta explicar metafóricamente el porqué de su delación y que se convertirá inmediatamente en uno de los grandes iconos del cine norteamericano gracias a sus ocho Óscars; Al este del Edén (1955), con la que Kazan lanzará a un joven actor, James Dean, y con la que conseguirá otros siete Óscars; Esplendor en la hierba (1961), que contó con dos de los jóvenes actores destinados a marcar a toda una generación de intérpretes, Natalie Wood y Warren Beatty; o América, América (1963), monumental película de tintes autobiográficos con la que Kazan cerrará su carrera, volviendo a la realización sólo puntualmente a partir de entonces. Junto a ellas, tres joyas a redescubrir por los cinéfilos, tres películas menos conocidas pero imprescindibles para valorar la carrera del director: La barrera invisible (1947), Río salvaje (1960) o su último trabajo, la excelente El último magnate (1976). Un amplio recorrido por la carrera de Kazan que permitirá a los espectadores valorar en su justa medida su aportación a la historia del cine y, sobre todo, disfrutar de unas películas imperecederas.
TRAILER DE LAS PELÍCULAS DEL CICLO:
La barrera invisible (VO)
Pánico en las calles [secuencia] (VO)
Un tranvía llamado deseo (VO)
La ley del silencio [reportaje sobre la película] (VE)
Al este del Edén (VO)
Esplendor en la hierba (VO)
América, América (VF)
+ Martin Scorsese sobre Elia Kazan (A Letter to Elia, Martin Scorsese, 2010, VOSE)
BIBLIOGRAFÍA
Mis películas: conversaciones con Jeff Young. Barcelona, Paidós, 2000
Kazan, Elia: Mi vida. Madrid, Temas de Hoy, 1990.
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