BANKSY, su mensaje antiautoritario y su relación con el poder y la policía

Police Kids es una de las obras de BANKSY que podemos ver en The Street is a Canvas.

Muchos años atrás, en una estación de tren, un grafitero, que por entonces se hacía llamar Banx, pensaba en cómo acelerar el proceso de “vandalizar” un espacio urbano mientras se escondía de la policía bajo un volquete del que chorreaba aceite. Decenas de años después, la técnica resultante de aquel momento de reflexión, el estarcido a través del esténcil, ha llevado a BANKSY —su nombre artístico definitivo—, a convertirse en un fenómeno internacional tan importante, que sus obras hoy son veneradas y hasta protegidas, incluso por aquellos poderosos y sus cuerpos de seguridad a los que tanto critica. Esa relación con el poder está muy presente en BANKSY “The Street is a Canvas” del CBA.

«Mi principal problema con la policía es que hacen lo que les ordenan. Dicen, “lo siento colega, solo hago mi trabajo” todo el puto tiempo», dijo el artista callejero, que se plantea si debemos acatar todas las órdenes o cumplir con todas las normas impuestas. “I need someone to protect me from all the measures they take in order to protect me.” (Necesito a alguien que me proteja a mí de todas las medidas que toman para protegerme) dirá en alguna ocasión, mostrando sus dudas ante el poder y sus leyes.

«No hay nada más peligroso que alguien que quiere hacer del mundo un lugar mejor»

BANKSY

La policía ha sido una de las principales fuentes de inspiración en la obra de BANKSY. «Algunas personas se hacen policías porque quieren hacer del mundo un lugar mejor. Algunas personas se vuelven vándalos porque quieren hacer del mundo un lugar más atractivo». El graffiti y el arte urbano son a priori ilegales en muchos países, así que la crítica de BANKSY hacia el poder podría venir por esas restricciones a la libertad creativa. Sin embargo, él sabe que está prohibido a medias, que, de alguna manera, hacen la vista gorda y les dejan hacerlo, al menos a él, porque al final, como casi todo, el acto que otrora fue “subversivo”, hoy ha sido fagocitado por el mercado y la popularidad. Sus obras actualmente no son borradas si no es por error, como ocurrió recientemente en el metro de Londres, donde incluso se disculparon y le invitaron a reproducir sus ratas con mascarillas. Y no solo eso, hasta aparecen en las guías de turismo. Por eso BANKSY, parafraseando a Emma Goldman (una de las del polémico mural de Ciudad Lineal), cambió la palabra voting por graffiti para decir: “If graffiti changed anything, it would be illegal” (Si el grafiti cambiara algo, sería ilegal).

Una de las famosas ratas de BANKSY con una de sus frases célebres.

BANKSY no solo ha criticado a los policías, a las normas y a nuestra sumisión, sino que a lo largo del tiempo ha denunciado a su manera diversas injusticias, mojándose en conflictos raciales (Black Lives Matter), políticos (Israel vs Palestina) o incluso en los relacionados con la situación de los refugiados (Calais). En todos ellos siempre a favor de la minoría frente al poderoso. «Los grandes crímenes del mundo no han sido cometidos por las personas que infringieron las normas. Son los que siguieron órdenes los que lanzaron bombas y masacraron pueblos» (BANKSY).

Flying Coppers (Policías voladores): interpretando a BANKSY

En la exposición “The Street Is A Canvas” en el Círculo de Bellas Artes hay una parte del recorrido en la que, entre sonido tumultuoso, para que te sientas como en una manifestación, estás rodeado por sus “Flying coppers”, los antidisturbios de BANKSY con la cara del “smiley” sonriente y unas alas de ángel. Una visión muy irónica con diversas interpretaciones.

Ese “smiley” (la carita sonriente) se vinculó en los 70 a productos de mercadotecnia que se acompañaban con la frase “Have a nice day”, entroncando con el espíritu hippie sesentero. Precisamente esa cita ha servido a BANKSY para titular y rotular esta otra obra, que viene a decirte irónicamente: «conciudadano te voy a reventar, pero oye, que tengas buen día». Algo que también me lleva a pensar que se está riendo de esos gurús de la autoayuda, que te instan a sonreír, a estar de buen rollo, a ser buena gente. ¿Pero cómo se puede estar así si la vida te está pisando el cuello con su bota?

BANKSY rotula “Have a nice day” en la parte inferior de la imagen, que contrasta con el miedo que infunde.

Volviendo a los Flying Coppers, esa contradicción irónica del uso de la fuerza bruta con una sonrisa, de buen rollo, se acentúa con el emoticono :-), primero, que deriva en el emoji famoso 🙂. Sin embargo, este ha sido utilizado también con otros significados. Por ejemplo, fue símbolo de las raves de acid house, y sucintamente a las pastillas de éxtasis, muchas de las cuáles se dibujaban con esta carita para indicarte que con esa pastillita podías aguantar de subidón toda una noche de fiesta. De hecho, las camisetas y productos con la smiley face fueron prohibidas tras una campaña de persecución policial, que provocaron un gran revuelo en la época.

¿Estará BANKSY insinuando con los “Flying coppers” que la policía británica se pone hasta atrás de drogas? Igual me estoy pasando, pero podría ser otra interpretación, reforzada con la idea que dan las alas de angelito. Una forma de decir que los policías no son tan buenos como los pintan y que su verdadera cara se esconde tras una máscara demasiado benevolente.

“I fought the law and I won” en BANKSY The Street is a Canvas en el CBA hasta el 9 de mayo.

I fought the law and I won (Combatí las leyes y gané): interpretando a BANKSY

BANKSY recrea a su manera una de las imágenes más conocidas del intento frustrado de atentado a Ronald Reagan en 1981, en la que varios policías de paisano inmovilizaron al regicida. Solo que lo sustituye irónicamente por un hombre que en lugar de portar un arma, lleva una brocha y en lugar de atentar contra un mandatario, acaba de pintar en la pared “Yo luché contra la ley y gané”, que además, es el título de una canción de The Crickets en los sesenta, que triunfó gracias a The Bobby Fuller Four y que han versionado diversas bandas, entre ellas The Clash, Green Day o los Dead Kennedys. Me aventuro a pensar que BANKSY, en cualquier caso, se inspiró en la versión de estos últimos. La inspiración regicida va que ni pintado con el nombre del grupo, que se traduciría como “Los Kennedys muertos” y que remite a una saga familiar con un historial trágico por muerte violenta. Y, además, la letra de estos fue variada en la versión, acentuando su sentido contestatario y antiautoritario en la que el único que puede luchar contra la ley es, de hecho, el que representa a la ley.

En la versión de los Dead Kennedys encontramos frases muy elocuentes en este sentido: “The law don’t mean shit if you’ve got the right friends. That’s how this country’s run” (La ley no significa una mierda si tienes los amigos adecuados. Así es como funciona este país) o “I am the law, so I won” (Yo soy la ley, así que gano). Todas ellas se refieren al expolicía y concejal de San Francisco Dan White que, tras asesinar al alcalde George Moscone y a su ayudante Harvey Milk, pudo reducir su pena alegando depresión.

Como se puede ver, BANKSY no da puntadas sin hilo. Conoce perfectamente la iconografía, el imaginario y la cultura occidentales y se vale de ello para lanzar dardos a través de imágenes que son fácilmente inteligibles por todo el mundo, en algunos casos, incluso por niños.

CND Soldiers: una niña contrariada por BANKSY

Para ponernos en contexto, el símbolo de la paz se originó en la Campaña por el Desarme Nuclear (CND Campaign for Nuclear Disarmament) de 1957. De ahí el título CND Soldiers. En este caso, la pintada apareció cerca del Parlamento británico después de que en 2003 Reino Unido entrara en la guerra de Irak, junto a EE.UU. y España (¿recordáis el Trío de las Azores?), pese a la resistencia de millones de ciudadanos, entre los que también hubo voces contrarias desde dentro del mismo ejército que, como con la policía, tampoco se puede generalizar.

BANKSY parece recordarnos la cantidad de guerras que se han librado en nombre de la paz y que tanta sangre (representada por el rojo del símbolo) han derramado. Por otra parte, en su contexto antibelicista, también puede sugerir a los soldados, que si no quieren seguir una orden que atente contra la vida de inocentes, la vulneren. Bueno, o también se puede inferir que la paz solo llega defendiéndola con las armas… Hay para todos los gustos.

«Pero, pero, perooo… es el símbolo de la paz, de qué felices, qué bien, qué bonito… ¡pintado por soldados que llevan armas! Es muy raro, papá, ¿por qué? No tiene sentido hacer eso» Esta fue la reacción de mi hija de ocho años después de enseñarle una foto de CND Soldiers sin decirle nada, ni del artista, ni de su obra, ni nada. Mi hija quedó completamente contrariada y descolocada con la imagen. No entiende que la paz pueda representarla alguien armado.

¿El éxito y el fracaso de BANKSY?

Al contrario que con mi hija, ese mensaje a mí me encanta, pero no me trastoca del mismo modo, no me contraría, ni me inquieta como a ella. ¿Quizás con las niñas sí consiga materializar eso que decía de que «el arte debería reconfortar a los perturbados y turbar a los que se encuentran en un situación cómoda»? Puede que sea eso, que mi hija se encuentre cómoda, protegida, sin preocupaciones para que realmente le turbe esa imagen y a mí, como adulto, incluso me reconforte porque al fin y al cabo estoy un poco perturbado. A veces, me da por pensar que BANKSY se dirige a los niños o apela a retrotaernos a esa infancia en la que poco importaban algunas normas fuera de casa.

“No ball games”. De nuevo BANKSY y sus problemas con las normas.

Por otra parte, resulta paradójico que con todo su éxito, con esa habilidad para difundir un mensaje claro, meridiano, evidente a través de imágenes y símbolos inteligibles que permanecen en el imaginario colectivo de Occidente, con todo ello, que es mucho y algo a lo que aspiran muchos artistas, ¿ha logrado BANKSY realmente, ya no solo materializar esa idea turbadora del arte, sino conseguir que algo cambie o es esperar demasiado del poder transformador del arte? ¿Podríamos decir que BANKSY es un artista que triunfa sin paliativos en la manera en que ha hecho llegar su obra a un público mayoritario, pero un fracasado como motor de cambio, o estamos pidiendo demasiado al arte en general en este sentido de cambiar las cosas en lo colectivo?

Y que conste que no le quito méritos a un enorme artista que hace además otras cosas tan maravillosas como rescatar refugiados en el Mediterráneo, aparte de remover conciencias de niñas de ocho años. Creo que precisamente por el mero hecho de plantearnos estas preguntas, el arte de BANKSY ya es transformador de alguna manera.

Sí me llama la atención encontrar personas que, si bien adoran a BANKSY, y entiendo que su mensaje antiautoritario y en favor de las minorías también, luego justifican, por ejemplo, la brutalidad policial o una guerra en nombre de una supuesta “libertad” o lo que sea. Son esas personas que siempre encuentran una justificación para un porrazo con el «algo habrá hecho», y con esto no estoy justificando tampoco la violencia contra la policía, por ejemplo. Rechazo toda violencia, ya sea terrorista, como la de un poli que aporrea la cabeza de una persona indefensa, o la de un soldado que ametralla civiles, la de un tío que lanza un adoquín a la cabeza de un policía, como la que deviene de dejar a miles de familias sin luz en pleno invierno, como ha pasado en la Cañada Real. Creo que BANKSY también rechaza la violencia, pero en su caso sí que es verdad que denuncia más porque es la que debe conocer, la que proviene del autoritarismo, del poder. En cualquier caso, sí que creo que pone en cuestión esa presunción de veracidad de los aparatos del poder, que mucha gente toma como dogma de fe.

BANKSY nos puede hacer cuestionar las cosas, que quizás sea el papel principal del arte, pero la materialización de eso a nivel colectivo es otra cosa. Igual esperamos del arte, de las películas, de las series… mucho más de lo que realmente nos pueden dar. Creo que la tradición judeocristiana nos ha acostumbrado a simplemente mirar y esperar, en lugar de pensar y actuar. Somos una sociedad espectadora, que vive la rebeldía a través de artistas como BANKSY o héroes como William Wallace o el mismo Jesucristo… Yo a veces me veo encabezando revoluciones por causas que creo justas y lanzo flores a la policía, dejo escapar globos con corazones, me río de las injusticias, pero luego despierto del sueño no vaya a ser… El miedo cohíbe, la sensación de culpabilidad consume, salirse del guion, aunque solo sea de pensamiento, conlleva el castigo y la (auto)represión. A lo mejor sí que nos merecemos un buen porrazo de vez en cuando.