La Alianza Europea de Academias (European Alliance of Academies), en la que se encuentra adscrito el Círculo de Bellas Artes como único centro cultural español, junto con otras sesenta entidades del ámbito artístico y humanístico de veintiséis países del continente, ha mostrado su solidaridad con dos profesores de renombre internacional en la investigación del Holocausto, después de que la justicia polaca haya fallado contra su libertad de cátedra e investigación. Además, el CBA, apunta algunos casos similares acaecidos en nuestro país en los últimos tiempos, que ponen en peligro los derechos fundamentales de la Unión Europea.
Un tribunal polaco ordenó que Jan Grabowski, profesor de Historia en la Universidad de Ottawa, y Barbara Engelking, fundadora y directora del Centro Polaco de Investigación del Holocausto en Varsovia y profesora del Instituto de Filosofía y Sociología de la Academia Polaca de Ciencias, rectificaran una información fruto de sus investigaciones documentadas y que se disculparan con Filomena Leszczynska, quien los demandó por difamar a su tío Edward Malinowski y por «dañar la identidad y el orgullo nacional», en el trabajo Noche sin fin: el destino de los judíos en condados seleccionados de la Polonia ocupada (2018). En este trabajo, Edward Malinowski aparece como rescatador de una mujer judía, pero a la vez como colaborador de los nazis a los que entregó a un grupo de judíos escondidos en un bosque. Todo ello constituye una injerencia contra la libertad de cátedra.
En un momento en que el derecho al «culto de recordar a los difuntos» se considera más importante que la investigación independiente sobre el Holocausto, la Alianza ha señalado la importancia de recordar la libertad de las artes y la ciencia y la independencia de las instituciones de investigación, establecidas en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea.
«Las artes y la investigación científica son libres. Se respeta la libertad de cátedra»
Artículo 13 de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea.
Pero la Alianza ha ido un paso más allá y ha pedido públicamente a la UE que no se encoja de hombros ante el revisionismo histórico del partido político en el poder en Polonia, Ley y Justicia, que trata de reconstruir leyendas nacionales y reducir el complejo papel de este país durante el periodo de ocupación nazi y el Holocausto a «nación rescatadora de judíos» tratando de evitar una reflexión objetiva acerca de un periodo tan trágico e importante en la historia reciente de Europa.
Para terminar en la defensa de la libertad de cátedra, la Alianza Europea de Academias cita a la escritora escocesa Alison Louise Kennedy:
«No puede haber paz ni seguridad en ningún lugar mientras se permita a los autores de crímenes de lesa humanidad eludir su responsabilidad. Ningún estado seguro puede basar el orgullo nacional en la falsedad nacional o la evasión del derecho internacional de los derechos humanos. Es sumamente peligroso disminuir la complejidad y la culpabilidad involucradas en la ocupación fascista, especialmente en una época de creciente fascismo. Hacerlo pone en peligro a los ciudadanos de los estados individuales y envalentona las fuerzas que nos ponen en peligro a todos».
La libertad de cátedra en España
En España el Círculo de Bellas Artes también quiere aprovechar esta denuncia de la Alianza Europea de Academias para poner sobre la mesa las dificultades a las que se ven sometidos nuestros investigadores para ejercer libertad de cátedra a la hora de arrojar luz sobre nuestro pasado, especialmente durante el franquismo y la Guerra Civil. Recientemente el historiador Fernando Mikelarena ha recibido una querella criminal por los delitos de injurias y calumnias graves por parte de un nieto de Jaime del Burgo Torres por contar en su artículo Saca de Tafalla-Monreal de 21-10-1936 y en su libro Sin piedad. Limpieza política en Navarra, 1936, la vinculación de este, -no ejecutora porque no estuvo presente, pero sí como mando de los Requetés de Navarra-, de la matanza de 64 republicanos, la mayor perpetrada colectivamente en la comunidad foral durante la Guerra Civil.
Pero este no ha sido el único caso recientemente. Como cuenta Olga Rodríguez en eldiario.es, el investigador Carlos Babío, coautor del libro Meirás, un pazo, un caudillo, un expolio, también fue denunciado por presunta vulneración del derecho al honor y la intimidad de la familia Franco, que le acusa de difamación por su intervención en un programa de televisión. Y lo mismo le pasó, por ejemplo, al catedrático de Literatura de la Universidad de Alicante, Juan Antonio Ríos Carratalá, denunciado por el hijo de Antonio Luis Baena Tocón por publicar un trabajo documentado en el que demostraba la participación de este en el juicio que llevó a Miguel Hernández a la cárcel, donde murió.
El Círculo de Bellas Artes se une a las demandas de la Alianza Europea de Academias y abogamos por la libertad de cátedra y de investigación, algo fundamental para preservar la memoria del pasado, para la comprensión y entendimiento de lo que acontece en el presente, así como para el asentamiento y fortalecimiento de la democracia. Y como reza el manifiesto fundacional de la misma Alianza Europea de Academias: «Hacemos un llamamiento a los políticos y las políticas de toda Europa para que protejan y defiendan el derecho a la libertad artística y la autonomía de las instituciones de conformidad con el artículo 13 de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE. Y, siempre que sea necesario, apoyen a las academias de las artes y a los y las artistas siguiendo el consejo de nuestra Alianza».