Arranca mañana en el Cine Estudio un ciclo dedicado a uno de los grandes maestros de la comedia, Ernst Lubitsch. La retrospectiva, realizada con la inestimable colaboración de Centro Sefarad-Israel, revisa las mejores películas de la última etapa del realizador.
Nacido en el Berlín de finales del XIX de una familia judía askenazí, Lubitsch comenzó a trabajar en su juventud en el teatro y el cine, centrando su carrera con el paso del tiempo en la escritura y la dirección. Su temprano éxito lo convierte en uno de los realizadores más famosos del momento y no tarda en ser reclamado por Hollywood, donde desarrollaría una filmografía que llegará a su plenitud con la llegada del cine sonoro: el uso de la palabra hablada le permitirá desarrollar con plenitud unos guiones perfectamente estructurados que caracterizan ese “toque Lubitsch” que marcaría a fuego el cine mundial y que a su muerte tendría continuidad gracias a una larga lista de alumnos, entre los que destaca otro joven centroeuropeo emigrado a Estados Unidos: Billy Wilder.
Como sucede con tanta frecuencia, el paso de los años ha hecho que la memoria sobre el Neorrealismo se arquitecte en torno a una larga lista de parámetros que no son en realidad sino lugares comunes. Rodajes improvisados, tremendas dificultades económicas, actores no profesionales, secuencias completas filmadas en las calles, historias humanas que reflejan la miseria moral provocada por los años del fascismo y la contienda mundial…
Sin embargo, la realidad distó mucho de ser ésa. Estrictamente, no hubo más de un par de películas que cumplieran y sólo aproximadamente con estas normas: La terra tremade Luchino Visconti, Ladrón de bicicletas de Vittorio De Sica, Bajo el sol de Roma de Renato Castellani… y aquí termina el listado. Ni las obras consideradas hoy clásicas del Neorrealismo pueden verse bajo este prisma. Todo lo contrario: el monumental éxito en taquilla, tanto en Italia como en el extranjero, de Ladrón de bicicletas (la indiferencia del público ante estas películas es otra mitificación creada con el paso del tiempo y muy potenciada por sus creadores) permitió que el Neorrealismo se convirtiera en un “canon visual” aceptado y buscado por los espectadores que se convertiría en una marca de fábrica icónica bajo la que poder desarrollar una vez más los géneros más demandados y queridos por el público: el melodrama, la comedia, la aventura, la cinta política, el cine negro o el erotismo encuentran una nueva vestimenta con la que volver a presentarse a un público que busca un cine alejado, pero no demasiado, de los parámetros que habían conocido en años anteriores. Todo ello, eso sí, con una apariencia miserabilista que daba a la mayoría de ellas marca de fábrica, respeto crítico automático y amplia distribución en el extranjero. Y no por ello, ni mucho menos, cintas menores: este magma de películas comienzan a confirmar la auténtica edad de oro del cine italiano, una época dorada que se extenderá hasta mediados de los años 70 y que dejó un largo listado de películas completamente admirables entre las que se encuentra la decena elegida para conformar el ciclo Neorrealismo / derivaciones que arranca esta semana en el Cine Estudio.
Arranca esta semana en el Cine Estudio un ciclo que recorre las siete películas fundamentales de la carrera de François Truffaut, uno de los cineastas clave para entender el proceso de renovación que viviría el cine europeo en la década de los sesenta y que cambiaría definitivamente el transcurrir de la historia del cine. Tras comenzar su aventura cinematográfica como crítico en la revista Cahiers du Cinéma, Truffaut desplegaría en la pantalla ya desde su primera película, Los 400 golpes (1959), un universo personal que sería constante a lo largo de toda su carrera en el que el amor, la infancia, la literatura y la muerte tendrían una presencia fundamental.
Resulta difícil hacerse una idea, casi medio siglo después, del eco y las consecuencias que acarrearía el estreno de Los 400 golpes en el panorama cinematográfico mundial. Si bien su rodaje fue recibido con cierto escepticismo por la vieja guardia del cine francés, que veía en la película una intromisión de una nueva generación de realizadores que no manejaban el lenguaje cinematográfico tradicional, el estreno de la película en el Festival de Cannes sorprendió a todos los presentes. Si bien sería la película de Marcel Camus Orfeo negro la que terminaría alzándose con la Palma de Oro, Los 400 golpes sería la cinta destinada a marcar la edición. El premio a mejor director para Truffaut lo consagraría definitivamente en el panorama cinematográfico mundial, y las resonancias de la película serían inmensas en todo el planeta, consiguiendo una nominación al Oscar y dando carta de nacimiento al concepto de los Nuevos cines que renovaría el lenguaje cinematográfico en un primer momento en Europa y en segunda instancia en todo el mundo.
Pese a este debut en una cinta de clasificación tan intangible como la autobiografía, Truffaut fue siempre un gran amante del cine de género, y como tal su encuentro con Alfred Hitchcock a mediados de los sesenta en Nueva York daría lugar no sólo a un libro de entrevistas considerado uno de los clásicos ineludibles de la bibliografía cinematográfica, sino a una revitalización del cine policíaco en la línea de trabajo para el director francés. La piel suave(1964) será el resultado de ello: tomando como punto de partida una serie de historias de adulterio y asesinato que había conocido por la prensa, Truffaut transforma un argumento centrado en una de sus principales inquietudes, las relaciones de pareja y la hipocresía dentro del matrimonio, en una nueva prueba de su capacidad para transformar cualquier elemento ajeno en parte de su universo creativo.
El fracaso de taquilla de La piel suave puso a Truffaut en una situación complicada ante la industria cinematográfica, y el director se vio obligado a emprender una vía comercial que creyó encontrar en una novela de Ray Bradbury de gran éxito popular, Fahrenheit 451. Truffaut consideró que el elevado volumen de ventas de la novela garantizaría la rentabilidad comercial de la cinta, pero pese a la buena acogida inicial en el Festival de Cannes (convertido desde Los 400 golpes en el lugar fetiche para los estrenos del realizador) el enfrentamiento con el público resultó una completa catástrofe. Un mal rendimiento comercial que no frustró al director, pues encontró en la película una vía para mezclar en pantalla el tono poético del cine de Jean Renoir con el suspense de otro de sus directores referentes, Alfred Hitchcock en una cinta que fue un sentido homenaje al mundo literario, otra de sus grandes fascinaciones.
El pequeño salvaje(1970) supondría otro importante jalón en la carrera de Truffaut. No sólo por el reto personal que le supuso transformar en guión una obra científica de casi imposible adaptación (las memorias de Jean Itard, que había convivido en el siglo XVIII con un niño aparecido repentinamente en la civilización tras una década sin ningún contacto con el ser humano), sino por ser su primera colaboración con el director de fotografía español Néstor Almendros, en un trabajo conjunto que continuaría hasta el final de la vida de Truffaut. Con el paso de los años, El niño salvaje ha pasado ha ser justamente considerada una de las más grandes películas de su autor.
El éxito de El pequeño salvaje convertirá a Truffaut en uno de los realizadores más admirados a nivel internacional, lo que le permitirá poder realizar a partir de entonces algunas de sus películas más personales. La noche americana(1973) será su homenaje al mundo del cine, a través de los problemas de un equipo que intenta llevar adelante el rodaje de una película en la que Truffaut volcó toda la experiencia acumulada en sus años de trabajo. El Óscar a la mejor película extranjera que conseguiría la cinta sería el reconocimiento definitivo de la industria norteamericana para el realizador. El último metro(1980) constituirá una nueva revisitación de La noche americana: si en ésta el protagonista era el cine dentro del cine, aquí será el teatro quien se apodere de la historia, para hacer una reflexión sobre la realidad y la ficción a través de una compañía teatral que intenta sobrevivir en los años de la Francia ocupada. El ciclo concluye con la última película de Truffaut, Vivamente el domingo(1983), un nuevo regreso al mundo del thriller y el policíaco y un homenaje a su siempre admirado Hitchcock.
Os animamos a disfrutar de este ciclo en el Cine Estudio y a disfrutar de la obra de François Truffaut en un recorrido por títulos imprescindibles de la cinematografía universal.
Aquí os dejamos toda la información sobre el ciclo, ¡os esperamos!
BIBLIOGRAFÍA
François Truffaut: El cine según Hitchcock. Alianza, Madrid, 1974 (con numerosas reediciones posteriores).
Marcel Moussy: Los 400 golpes. Versión novelada del film de François Truffaut. Dux, Barcelona, 1961.
Serge Toubiana y Antoine de Baecque: François Truffaut. Plot, Madrid, 2006.
En 2013 se cumple el 50 aniversario de la publicación de uno de los libros fundamentales para el pensamiento occidental, Eichmann en Jerusalén: Un estudio sobre la banalidad del mal. La polémica obra de Hannah Arendt toma el juicio contra el SS Adolf Eichmann, uno de los principales ideólogos y ejecutores del Holocausto, como punto de partida para elaborar una amplia reflexión sobre la actitud y comportamiento de los hombres que organizaron la Shoah y sobre las causas y consecuencias del auge y caída del totalitarismo en la sociedad europea. Retomando el mismo título de la obra de Arendt, el Cine Estudio elabora un ciclo con cuatro películas que sirven como ilustración de las conclusiones elaboradas por la filósofa alemana.
El ciclo toma como punto de partida Hannah Arendt, la película con la que la cineasta Margarethe Von Trotta elabora una biografía de la filósofa a través de los cruciales años en los que acudió a Jerusalén para presenciar el juicio a Eichmann como enviada especial del periódico The New Yorker. Una cinta que ilustra las condiciones en las que Arendt concibió su obra y reflexiona sobre el concepto de la banalidad del malenunciado por la pensadora, tan criticado en su momento y hoy convertido en pieza clave para el análisis de las atrocidades cometidas por el nazismo durante el Holocausto.
Para completar el debate, tres películas claves para la reflexión sobre este concepto. Alemania año cero es la cinta que concluye la trilogía neorrealista que Roberto Rossellini había abierto tres años antes con Roma, ciudad abierta. Rossellini viaja a la Alemania destrozada por la contienda para elaborar una estremecedora plasmación del deterioro moral de la sociedad alemana a través de los ojos de un niño educado bajo los parámetros del nazismo. Vencedores o vencidos es uno de los títulos clave del cine realizado por los grandes estudios norteamericanos en la década de los sesenta. Su director, Stanley Kramer, reproduce en pantalla los juicios de Nuremberg con los que los países aliados cerraban legalmente la conflagración mundial condenando a los principales colaboradores del nazismo y a los organizadores del Holocausto. Con un reparto excepcional que reunía a las principales figuras del cine norteamericano del momento (Spencer Tracy, Burt Lancaster, Richard Widmark, Marlene Dietrich o Montgomery Clift, que deja en la película una escalofriante interpretación en el que fue su último gran papel en el cine), el descriptivo título original de la película (Judgement at Nuremberg) encontró problemas con la censura franquista, que lo transformó en un tramposo ¿Vencedores o vencidos? intentando plasmar una imposible equidistancia entre los dos bandos enfrentados en la contienda. El ciclo se cierra con la película de Ingmar BergmanEl huevo de la serpiente, una escalofriante reflexión del germen del nazismo a través de la figura de un americano que al llegar a la Alemania de la República de Weimar se encuentra sumergido en una sociedad en la que la depresión económica y el miedo transforman ciegamente los valores éticos fundamentales y terminan generando las bases necesarias para el desarrollo del totalitarismo.
Un aviso: aunque como bien sabéis todas las películas del Cine Estudio se exhiben en versión original subtitulada, en este ciclo dos de ellas (¿Vencedores o vencidos? y El huevo de la serpiente) se proyectarán en versión doblada. La imposibilidad de encontrar copias en buen estado en versión original y la excelente calidad del doblaje en ambas nos ha movido a ello: aunque sea algo que se sale de la norma del Cine Estudio, la importancia de ambas películas para un ciclo como éste nos ha hecho valorar que era mejor incluirlas en versión doblada que eliminarlas de nuestra programación.
Os animamos a disfrutar de este ciclo en el Cine Estudio y a reflexionar a través de estas películas sobre un concepto tan controvertido como el del auge del totalitarismo, una amenaza siempre presente en nuestra sociedad.
Aquí os dejamos toda la información sobre el ciclo, ¡¡os esperamos!!
El Cine Estudio cuenta en su programación de esta semana con uno de los ciclos que con más cariño organizamos cada año: Sombras recobradas, una exhibición organizada con la Asociación de Amigos de la Filmoteca Española (AAFE) dedicada a proyectar una cuidada selección de películas mudas recuperadas a lo largo de la temporada por las principales filmotecas europeas que llega ya a su décima edición. A través de esta muestra ofrecemos a nuestros espectadores obras maestras del cine clásico restauradas, películas consideradas perdidas hasta hoy en día y joyas del siglo XX abocadas a desaparecer que manos expertas han salvado de los estragos del tiempo. Sombras Recobradas, que se proyectará en nuestra sala del 24 al 26 de octubre, mostrará al público siete cintas, todas ellas recién restauradas, pertenecientes a los archivos fílmicos de Checoslovaquia, Alemania e Italia. El mediometraje documental producido por la AAFE Rescatando Sombras: cine, muerte y memoria, que aborda el deterioro del celuloide, completará la programación.
Contaremos con una pieza clave del primer cine sonoro de vanguardia, Entusiasmo. Sinfonía del Donbass, dirigida por uno de los grandes maestros del cine soviético, Dziga Vertov. Se trata del primer film sonoro que exploraba las posibilidades del sonido directo, conformando una obra única en las que los sonidos industriales dialogan con las voces y la música. Los ejercicios visuales de Vertov, así como el empleo del montaje y la imagen alegórica, se ven redimensionados por una banda sonora que pretende crear una sinfonía conceptual. Desde Italia llega Maciste contra el jeque, una cinta fantástica dirigida por uno de los pilares del cine transalpino, Mario Camerini, creador de la comedia all’italianay maestro de un Vittorio De Sica que siempre reconoció su deuda con el realizador. Batalion, del director checo Premysl Prazský, es una buena muestra de la pujanza que alcanzó en la segunda década del siglo XX el cine facturado en Checoslovaquia.
El gran bloque del ciclo lo conforma el cine alemán, del que traemos tres películas desconocidas para el gran público. Algol,del director Hans Werckmeister, es una radiografía del ambiente proletario de la República de Weimar que contó con decorados de Walter Reimann, autor de los sets de la obra clásica del cine expresionista El gabinete del Dr. Caligari. Diferente a los demás, filmada por Richard Oswald, es una cinta que trata el tema de la homosexualidad, una cinta de batalla que intentaba generar una opinión público contraria a las leyes alemanas que seguían considerando delito el mantener una orientación sexual diferente. La fotografía corrió a cargo de uno de los grandes maestros del cine mudo alemán, Max Fassbender. Y la última de las películas que llegan a este ciclo desde Alemania es El reino de los seis puntos, un documental que constituye un ejemplo perfecto del cine didáctico de la República de Weimar mezclando ágilmente los elementos instructivos con la ficción.
El ciclo se complementa con el mediometraje documental dirigido por Franco Lorenzana Rescatando sombras: cine, muerte y memoria, una reflexión sobre el deterioro del celuloide, su proceso de conservación y la labor de las filmotecas para preservar la memoria cinematográfica como parte fundamental del patrimonio cultural del siglo XX.
Desde el Cine Estudio os animamos a venir a ver esta muestra tan especial, en la que tendréis una oportunidad única de ver las mejores películas restauradas por las grandes filmotecas europeas.
Arrancó la semana pasada en el Cine Estudio un nuevo ciclo, Ópera prima, que incluye nombres de realizadores tan sugerentes como Martin Scorsese, Roman Polanski o Michelangelo Antonioni. La muestra profundiza en la búsqueda de los primeros largometrajes de grandes cineastas del panorama europeo y norteamericano para localizar en ellos los rasgos de autoría que los realizadores seleccionados desarrollarían posteriormente a lo largo de su filmografía.
El ciclo incluye tres cintas de grandes realizadores del cine europeo, Mario Monicelli, Michelangelo Antonioni y Roman Polanski. Totó busca piso, una de las mejores películas del cómico napolitano Totò, es la primera cinta de Mario Monicelli, en la que establece relación con tres figuras claves para su carrera: el director Steno, con quien dirigiría sus primera cintas, y los guionistas Age y Scarpelli, con los que colaboraría durante el resto de su carrera. Crónica de un amores el debut en la realización del cineasta Michelangelo Antonioni, un gran ejemplo del cine reflexivo con la belleza sin igual del arte visual del director italiano. El cuchillo en el agua, que marca el inicio de la carrera de Roman Polanski, supone una muestra de la pujanza del nuevo cine polaco y muestra ya la notable influencia que tendrían Rossellini y Hitchcock en la carrera del realizador. El cine norteamericano está representado en el ciclo con cuatro películas de otros tantos realizadores. La noche del cazador es la primera (y única) película dirigida por el actor Charles Laughton, que da a Robert Mitchum uno de sus más memorables personajes en una cinta que contó con una pésima acogida en su estreno pero que con el paso de los años se asentaría como una de las más grandes películas del cine americano. ¿Quién llama a mi puerta? es el debut en la realización de Martin Scorsese, una película ambientada en la comunidad italioamericana que marca claramente todas las líneas que el director desarrollaría a lo largo de su carrera. Sangre fácil es el sorprendente nacimiento de unos de los cineastas más singulares de los Estado Unidos, los hermanos Coen, una cinta que se inserta en la mejor tradición del cine negro estadounidense convertida en clásico desde el mismo momento de su estreno. El terror es la primera película “fantasma” de Francis Ford Coppola: pese a ser él quien realizó el rodaje, sería el productor especializado en cine género de serie B Roger Corman quien concluyera el montaje final y firmara la película, una cinta marcada por su habitual tono gótico en una historia de terror interpretada por Jack Nicholson y Boris Karloff. La cinta más reciente del ciclo es Sexo, mentiras y cintas de video, primer largometraje de Steven Soderbergh que se adentra en una ambiciosa reflexión sobre la realidad y sus representaciones.
Ópera prima propone, por lo tanto, un viaje cinematográfico hacia películas de culto que muestran una factura tan sólida como muchas de las películas que posteriormente desarrollarían sus creadores. Un viaje por películas de referencia que esperemos disfrutéis tanto como nosotros.
Consultad aquí el calendario completo de proyecciones.
Arranca hoy en el Cine Estudio el ciclo Carl Theodor Dreyer: Testamento. Dreyer es uno de los maestros indiscutibles del cine europeo, ya convertido en un clásico en los años del cine mudo y principal responsable junto con Victor Sjöstrom de la primera época dorada del cine sueco a principios del siglo XX.
Ordet / La palabra (Carl Theodor Dreyer, 1955)
Autor de una larga filmografía entre las que se incluyen dos películas clave para la Historia del Cine, La pasión de Juana de Arco (1928) y Vampyr (1932), las dificultades que encuentra Dreyer para dar continuidad a su carrera le hacen dejar el cine para retomar su inicial ocupación de periodista. Sin embargo, decidirá volver al medio a mediados de la década de los 50, ya pasados los 60 años de edad, para llevar a la pantalla unos proyectos que Dreyer entendía como personales y fundamentales para concluir su carrera cinematográfica.
Son dos de las películas incluidas en el ciclo: Ordet / La palabra (1955), película de índole religiosa en la que el realizador volcaba muchas de las vivencias de su infancia –había sido adoptado por una familia de estricto luteranismo-; y Gertrud (1965), un retrato íntimo que fue saludado en su momento como obra maestra con la que ganaría el prestigioso premio FIPRESCI tras su estreno en el Festival de Venecia. Dreyer dedicaría sus últimos años a completar también dos guiones: uno, sobre la vida de Jesucristo, quedaría inédito; el segundo, una adaptación de la Medea de Eurípides, que no conseguiría filmar al sorprenderle la muerte poco antes de su realización. El proyecto sería retomado veinte años más tarde por Lars Von Trier, que lo filmaría para la televisión en uno de sus caracterísiticos experimentos fílmicos que da cierre a este ciclo que celebra la aportación de uno de los más grandes cineastas europeos.
Arranca hoy en al Cine Estudio una de las citas más esperadas por nuestros espectadores: la Muestra de Cortometrajes de la Comunidad de Madrid, que llega este año a su edición número 15. En ella se estrenan todas las películas de formato corto que han sido realizadas con el apoyo de la CAM a lo largo de 2012, lo que supone una excelente oportunidad para disfrutar del trabajo de los nuevos realizadores madrileños, al mismo tiempo que da posibilidad de ver los mejores cortometrajes europeos, acceder a presentaciones de libros sobre el tema y asistir a diversas sesiones homenaje a diversos cineastas. El acceso a todas las sesiones es gratuito, pero os recordamos que es imprescindible retirar la correspondiente entrada en la taquilla para poder entrar a la sala. Las entradas para cada sesión están disponibles en taquilla media hora antes de comenzar la misma, y cada espectador puede retirar un máximo de dos entradas por sesión. ¡Os esperamos a todos en el Cine Estudio.
Consulta aquí la programación completa de la Semana del Cortometraje.
El Cine Estudio se une a PROYECTO FAKE! con un ciclo que avanza en paralelo a la exposición homónima dedicada a Elmyr de Hory que el Círculo alberga en la Sala Goya. Como bien saben todos los cinéfilos gracias a Orson Welles, De Hory fue uno de los más renombrados falsificadores de obras de arte de la historia, lo que nos da pie con este PROYECTO FAKE! a realizar una amplia reflexión sobre el concepto de autor en la creación artística y los límites, muchas veces tan difusos, entre lo verdadero y lo real, entre la realidad y la ficción.
El Círculo de Bellas Artes tiene el placer de recibir esta semana la visita de uno de los realizadores fundamentales del cine contemporáneo, el austriaco Michael Haneke, que será galardonado con la Medalla de Oro de la Institución y cuya obra será objeto de una amplia retrospectiva en el Cine Estudio.
Los actos comienzan el día 20 de febrero. A las 12:00 h. la Sala de Columnas acogerá la entrega al realizador de la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes, máximo galardón de nuestra institución. El acto es abierto al público y será de entrada gratuita hasta completar aforo.
El día siguiente, esto es, el 21 de febrero, arranca una amplia retrospectiva sobre la obra de Michael Haneke en la que se exhibirá la práctica totalidad de sus largometrajes. Desde que el Festival de Cannes apostara por el realizador al incluir en su edición de 1997 su largometraje Funny Games, el cine de Haneke se ha consolidado como una de las obras fundamentales para comprender el malestar y las continuas contradicciones de la sociedad occidental. Las controvertidas reflexiones que afronta en sus cintas Michael Haneke no han hecho sino aumentar en intensidad y complejidad con el paso de los años dando lugar a una filmografía absolutamente singular e irrepetible. Desde sus cintas más conocidas por el gran público (La pianista o La cinta blanca) hasta sus películas más oscuras nunca estrenadas en nuestro país (El séptimo continente, 71 fragmentos de una cronología del azar, El castillo), el Cine Estudio ofrece a sus espectadores una oportunidad para abordar en su totalidad el cine de Haneke en unas fechas en las que la industria parece dispuesta a entronizar definitivamente vía Oscars de Hollywood a un realizador absolutamente imprescindible para comprender la sociedad contemporánea.
Consulta aquí el calendario completo de proyecciones.