El Círculo de Bellas Artes quiere felicitar a Juan Miguel Hernández León por sus 25 años como presidente de esta institución que, por su vinculación con ella, podemos decir con fundamento, que es su segunda casa. Como estudiante de Arquitectura de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM), frecuentó los talleres de dibujo y pintura del CBA. Por entonces ni siquiera él intuía que en los ochenta sería vocal de la Junta Directiva del Círculo, con Martín Chirino de presidente, y ya en 1995, presidente de la institución hasta nuestros días.
Juan Miguel Hernández León es Doctor Arquitecto desde 1982 y se licenció en la ETSAM en 1974, de la que también fue director entre 1999 y 2008. Pero mucho más allá de sus innumerables logros como arquitecto, docente, político, escritor, conferenciante, comisario y deportista —que comentaremos más adelante—, cabe destacar que estamos ante un intelectual cosmopolita con todas las letras, dotado con una amplia visión humanística, crítica y estética, y con un compromiso inquebrantable hacia los pilares fundamentales sobre los que se sustenta el propio Círculo de Bellas Artes: la promoción de las artes, la cultura y el pensamiento, y la generación de espacios de reflexión, crítica y diálogo abiertos a toda la sociedad.
«La cultura no se consume —ese término es propio de la gastronomía—, sino que es un proceso de humanización que implica transversalidad, permite una reflexión abierta y genera inquietud» dijo Juan Miguel Hernández León en el acto de presentación de esta temporada del Círculo de Bellas Artes. En eso estábamos cuando nuestra programación se vio quebrantada por la crisis del coronavirus. Y es que la presidencia de Juan Miguel Hernández León no ha sido ni mucho menos fácil en este sentido. A esta crisis pandémica hay que sumar la económica de 2008. Sin embargo, ya entonces, después de pasarlo muy mal, el Círculo salió del trance herido, pero se afianzó como Casa Europa y referente cultural, artístico y humanístico. Siempre intentando poner en valor a los artistas capaces «de detectar síntomas, líneas de fuga en el ámbito de lo social, y de ofrecer virtualidades que abren campos de libertad y posibilidades».
PRESIDENTE DEL CBA
A lo largo de su dilatada presidencia, Juan Miguel ha comisariado exposiciones, ha participado en conferencias, mesas redondas, debates, presentaciones literarias,… ha entregado nuestras medallas de oro a decenas de importantes nombres de la cultura, el arte y el pensamiento, ha comisariado exposiciones, ha presentado todas nuestras programaciones, ha dado la bienvenida a representantes de la política y la cultura, ha leído en la Lectura Continuada del Quijote, ha recibido en su segunda casa a los participantes de La Noche de Max Estrella o del Carnaval y ha dado la cara por la institución y sus miembros en el ámbito nacional e internacional.
ARQUITECTO
Como arquitecto, entre sus obras destacan la recuperación de los espacios de las Murallas Reales de la ciudad de Ceuta, el Museo de Arte Contemporáneo de Vélez-Málaga, el Plan de Remodelación del eje Prado-Recoletos de Madrid, junto a Álvaro Siza, el Palacio de Congresos en la Universidad de Zamora, junto a Francisco Mangado, o la Fundación Cultural Sánchez Ruipérez en Peñaranda (Salamanca).
En el apartado docente, es catedrático en Composición de la ETSAM desde 1987, coordinador del Cluster de Patrimonio del Campus Internacional de Excelencia Moncloa, director de tesis y profesor de diversos cursos y másteres. Además, ha sido Academic Guest en la Rice University School of Architecture y conferenciante en las más reputadas Universidades de Europa y América con largas estancias en universidades de Estados Unidos, Francia e Italia. Ha formado parte también de jurados en concursos internacionales de Arquitectura.
POLÍTICO
Actualmente es diputado en la Asamblea de Madrid por el Partido Socialista Obrero Español. También fue director general de Cultura de la Consejería de Cultura y Deportes de la Comunidad Autónoma de Madrid y en 1987 ocupó el cargo de director general de Bellas Artes y Archivos, entre otros.
Hernández León también fue director fundador de la Revista Pasaje de Arquitectura y Crítica (Premio Santiago Amón de la difusión arquitectónica) y director también de Iluminaciones. Revista de arquitectura y Pensamiento, así como director científico de las colecciones Textos de Arquitectura, de AKAL, y de Arte y Arquitectura, de la Editorial ABADA.
También ha colaborado en diversas revistas especializadas en arquitectura y arte, como Lotus, Casabella, Domus o Arquitectura Viva. Además, es habitual su contribución teórica y crítica en libros monográficos y exposiciones sobre la arquitectura española y portuguesa.
Entre sus libros, el primero publicado fue La casa de un solo muro (Nerea, 1990), que toma su título, en traducción no literal, de la patente constructiva que Adolf Loos registró en 1921 bajo el nombre de “Haus mit einer Mauer”. Hernández León reflexiona sobre la categoría loosiana de lo doméstico a partir de un análisis de las villas construidas y proyectadas por el arquitecto vienés, poniendo de manifiesto la vigencia contemporánea de su discurso polémico y radical.
El volumen Conjugar los vacíos: ensayos de arquitectura apareció en 2005 (Abada) y en ellos, lejos de emitir juicios de valor, Juan Miguel participa del territorio de la misma arquitectura. La relación con el lugar, la fragmentación de la “gran forma” o la normatividad de los nuevos lenguajes arquitectónicos son algunos de los temas analizados en el libro.
En 2007, publicó Arquitectura Española Contemporánea: La otra modernidad (Lunwerg Editores), en el que se recogen imágenes de doces emblemáticos edificios vistos por el fotógrafo y también arquitecto, Marc Llimargas. Y en 2013, Autenticidad y Monumento. Del mito de Lázaro al de Pigmalión (Abada). En este ensayo, cargado de referencias y sugerentes paralelismos, Hernández León analiza el desarrollo y los accidentes sufridos por estos dos conceptos, autenticidad y monumento, desde su nacimiento hasta la actualidad y la importancia que han tenido en la génesis del discurso patrimonial.
Ser-Paisaje se publicó en 2016 (Abada). Durante la presentación de este texto, centrado en la cuestión de pensar en lo que queremos decir al decir “paisaje”, Hernández León explicó que lo escribió “contra” dos afirmaciones habituales. Por un lado, contra aquellos que aseguran que sólo se puede hablar del paisaje «cuando surge la pintura paisajista holandesa» y por otro, contra los vanos intentos de pretender «describir científicamente el paisaje».
DEPORTISTA
Poca gente conoce que Juan Miguel fue campeón de España de kárate y componente de la selección nacional de este deporte participando en un buen número de competiciones internacionales. Además, ha sido jinete amateur de caballos, otra de sus pasiones y llegó a ser gerente de la Asociación de Deportes Olímpicos.
En 2005, escribía Abriendo el Círculo, para el libro sobre los 125 años del CBA y lo cerraba con esto: «Trazamos nuestro itinerario para impulsar el proyecto hacia el futuro. Nuestra trayectoria, más que nunca, quiere hacerse, quiere realizarse y concretarse, en el Círculo abierto: en el de todos».
Quince años después de esta frase y veinticinco desde que fuera nombrado presidente del CBA, seguimos abriendo y ensanchando el Círculo junto a Juan Miguel Hernández León. Y que sean muchos más. ¡Enhorabuena!
La azotea del Círculo de Bellas Artes es una de las principales atracciones turísticas de toda la ciudad de Madrid y el espacio más conocido y querido del edificio. Pero mucha gente desconoce algunos detalles interesantes que pasamos a contarte, muchos de ellos en relación a su diosa Minerva, que vela por todos los madrileños desde las alturas.
La azotea
Precisamente, comenzamos por todo lo alto. La azotea se encuentra a una altura de 46m desde la calle de Alcalá -55m desde el torreón y su punto más alto está a 66m-. Se trata de un espacio privilegiado desde el que se divisa una gran extensión de la ciudad en una panorámica de casi 360º solo obstruída por el mencionado torreón y el restaurante. En días despejados incluso puede verse la sierra de Guadarrama con sus montañas nevadas en invierno. Hace ya muchos años una parte de la misma estaba cerrada para su utilización como solarium, pero tras una de las reformas que sufrió desapareció como tal. Actualmente es unos de los espacios más visitados del Círculo y acoge una cafetería restaurante llamada Azotea del Círculo. Cada semana, solo en nuestro horario de 9h a 14h y de 16h a 21h (las otras horas las contabiliza el restaurante), tenemos entre 4.800 y 6.000 visitantes (entre 685 y 857 diarios; entre 249.000 y 312.000 anuales).
Restaurante Azotea del Círculo, del Grupo Azotea.
La escultura de Minerva
Hierática, majestuosa y robusta encontramos en la azotea a la diosa Minerva de Juan Luis Vassallo, una escultura en bronce que representa a la diosa romana de la sabiduría, las artes, la estrategia militar, además de la protectora de Roma y la patrona de los artesanos y que tiene su espejo en la mitología griega con Palas Atenea, solo que en este caso, esta era la protectora de Atenas. Pesa 3.085 kilos y mide algo más de 6m. de altura, 7’60m. incluyendo la lanza, y fue izada el 24 de enero de 1966. Aunque el espacio para verla de frente es más reducido que en su espalda, desde ahí observaremos mejor a la diosa con su lanza, su casco, su escudo y el “búho” y la serpiente a su costado. Nos detenemos en estos detalles.
La diosa romana Minerva, Palas Atenea en la mitología griega, en la azotea del CBA. A la izquierda podemos ver el escudo con la cabeza de la Medusa y en la derecha, el rayo de Júpiter (Zeus) y el búho por detrás sobre una peana a la derecha de la diosa.
En el escudo o égida vemos la cabeza de Medusa, y es que Atenea ayudó a Perseo a derrotarla y este en compensación, le regaló la cabeza de esta para que al poner el escudo delante cualquiera que la mirara se convirtiera en piedra. También observamos el rayo de Júpiter, ya que Minerva era su hija preferida, nacida de su propia cabeza. Otro elemento interesante es el búho o lechuza que la escolta y que realmente es un mochuelo. En él se transfiguraba Minerva simbolizando la sabiduría y, en la cultura occidental, también la filosofía. No es raro ver en las casa o en los despachos de los filósofos algún búho escondido. Y terminamos con las serpientes a sus hombros, que pueden tener varios significados: desde que fueran serpientes de la cabeza de Medusa; pasando porque a Minerva se le atribuía la transfiguración en serpiente o que se le atribuyera la astucia de este reptil; hasta que se tratara de la referencia a un cuento cautelar que se contaba para que nadie abriera las cajas de las fiestas de las Tesmoforias en las que se decía que Atenea (Minerva) introducía a Erictonio con forma de serpiente.
Áspid o serpiente en la Minerva.
Aspecto de la Minerva antes de cerrar el CBA en plena reforma.
Aprovechando la restauración de la fachada del CBA, antes del parón se estaban realizando labores de restauración también en la Minerva: limpieza con agua a presión y cepillo, secado de la misma y uso de resinas, patinado de arreglos previos hechos para evitar la erosión interna por oxidación y la entrada de agua, así como de manchas; y por último, aplicación de ceras especiales de protección sin brillo para latón en toda la estatua.
La coronación del edificio del Círculo de Bellas Artes con la estatua ya estaba en el proyecto original de Antonio Palacios, pero no pudo realizarse por falta de presupuesto, pese a que ya entonces había una maqueta lista para su ejecución. En 1925 el escultor José Capuz había realizado un prototipo en escayola de la Minerva, de la que se conserva una fotografía, publicada en 1926 en el número 91 de la revista Arquitectura del COAM (Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid). Es la única prueba de su existencia. Por cierto, recomendados fervientemente los fondos digitalizados del COAM, que son muy curiosos e interesantes para comprender el desarrollo urbanístico de Madrid.
El proyecto original de Antonio Palacios incluía ya la Minerva en la azotea. A la derecha la maqueta en escayola que hizo José Capuz para tal fin, pero que no pudo materializarse por falta de presupuesto.
La erección definitiva de la Minerva en 1966 fue consecuencia de un concurso promovido tres años antes por la Junta Directiva del CBA, presidida por entonces por Joaquín Calvo-Sotelo. Se presentaron veintitrés maquetas, algunas de las cuáles se conservan en el archivo de la entidad. Como curiosidad, Juan Luis Vasallo, el ganador, llevó la escultura a la fundición de Eduardo Capa en Arganda, donde se llevó al bronce. Allí, por cierto, se conservaba la maqueta original y el molde de la cabeza de la misma, al menos hasta 2005, fecha en la que se publicó el maravilloso libro Círculo de Bellas Artes. 125 años de historia (1880-2005), del cuál hemos extraído algunos de estos datos.
La diosa Minerva es el emblema del Círculo desde su fundación y se ha incluído siempre en todas las convocatorias y comunicaciones de la entidad. De hecho, el icono redondo de su cabeza figura en la cabecera de nuestra web y redes sociales. Ella ha sido testigo de grandes momentos, de fiestas, conciertos, presentaciones, etc., ha visto pasar por la azotea incluso a personajes como tú que nos lees, y ha presenciado algunos rodajes como el de Mujeres al borde de un ataque de nervios. ¿Os acordáis de las vistas del piso de Pepa en la película?
Estamos en un momento en el que los medios de comunicación han sido devorados por unas redes sociales polarizadas en las que las fake news, las mentiras, alimentan una máquina de generar odio. La globalización de las ideas ha cristalizado de tal manera que ha dejado poco espacio para el pensamiento individual. No solo es un momento que invita a la reflexión de los medios de comunicación para tratar de paliar la sangría del descrédito informativo, sino del propio público para desarrollar su pensamiento; un público que habla sin pensar demasiado —aunque más bien escriba en el móvil—. Es fácil dejarse llevar por la inercia de esta sociedad: muchas horas de trabajo, prisas, hastío y búsqueda de una desconexión, un descanso, que hemos identificado con tiempo para mirar titulares y chorradas en el móvil y ver series guays en la tele. «Quiero llegar a casa y desconectar, ponerme algo que me entretenga…». Quizás sea el momento de aprender a desconectar del trabajo, pero también de las redes y de la tele e Internet, algo que nos podría ayudar a reconectar con aquello que nos hace más humanos, que no solo pasa por disfrutar más de la familia, la naturaleza y los amigos, sino por cultivar nuestro pensamiento, por hacernos preguntas, por recuperar ese espíritu crítico, por leer… o por filosofar ¿por qué no? Ocurre también que en esa desconexión utilizamos más tiempo en cultivar el cuerpo que el cerebro.
Fotografía de Gerd Altmann en Pixabay
Tratamos de adaptarnos a la actualidad enlatando pensamientos en pocos caracteres; ideas sobre las que antaño habrían escrito libros enteros, nos los ventilamos en un hilo con tres tuits y dos memes. Es fácil dejarnos llevar, que piensen por nosotros, es cómodo pensar que lo que leemos en un minuto nos permite estar al día, informado y lo que es peor, con una base para generar una propia opinión, que volveremos a condensar en unas pocas líneas y a compartir. También nos gusta mucho copiar y pegar o retuitear zascas, que parecen más centrados en el golpe de efecto que en la argumentación, y que dan por zanjados los debates machacando a través de linchamientos en redes, amplificados por los medios con secciones que ahondan en «lo más comentado en twitter hoy…».
Ocurre que el filtro ese que pedimos que se haga cuando concierne a, por ejemplo, problemas que podamos tener en nuestros respectivos trabajos o en asuntos familiares, donde muchos externamente no pueden entender la intrahistoria de determinadas decisiones y/o comportamientos, luego no lo ponemos a la hora de juzgar a políticos, por seguir con otro ejemplo, sobre los que emitimos juicios simplistas en base a muy poco contexto, sin tratar de entender causas, motivaciones, ni ponernos en la piel del otro.
Nuestro tiempo se estrecha, el cerebro también, ¿hasta dónde? Pensamos que somos más libres y que nuestra opinión es muy original y cuenta mucho en ese mundo, que creemos compartido, pero no es así. A lo mejor influyen en nosotros mucho más de lo que pensamos y no sabemos identificar desde dónde lo hacen.
En este contexto, los medios de comunicación no han sabido adaptarse a los nuevos tiempos; hoy andan creando páginas para desmentir fake news, bulos y tal, pero igual sería bueno focalizar en no generarlos. Quizás sea más importante plantearse que igual que en la Ilustración, en el Siglo de las Luces (esas de las que carecemos hoy), hubo tiempo para pararse y explicar el mundo de otra manera a través de la razón, hoy tenemos la obligación de hacer lo mismo desde una reflexión individual que nos permita discernir y separar el grano de la paja dentro de esas redes y esta era de la sobreinformación.
«En este mundo nuestro tenemos que saber quién nos engaña, quién nos manipula, quién nos enseña, quién nos abre el pensamiento y quién nos lo cierra. Tenemos que luchar, tenéis que luchar, vosotros, que sois más jóvenes, porque el tiempo nos come a todos. Eso también es maravilloso. Del río del tiempo no nos podemos escapar. El chrónos es una flecha que nos ensarta a todos.»
MEDIOS DE COMUNICACIÓN, MENTIRAS Y FAKE NEWS
El Círculo de Bellas Artes acogió esta temporada una de las citas dentro del ciclo de debates La Devastadora Velocidad de las Mentiras, en el que desde tres enfoques distintos se ofreció una mirada crítica y profesional alrededor de las conocidas como fake news. En esta última, bajo el título ¿Podemos fiarnos de la imagen?, participaron Miguel Mora, director de ctxt.es, como moderador; Marisa Flórez, editora y fotógrafa; Montserrat Domínguez, subdirectora de El País Semanal; y Clara Jiménez Cruz de maldita.es.
Tú apáñame las fotos, que yo pondré la guerra
Así se despachó William Randolph Hearst, uno de los mayores magnates de la comunicación a principios del siglo XX con uno de sus corresponsales en Cuba, cuando este le había llamado para comentarle que «aquí no hay guerra». Y es que la historia de las llamadas fake news es muy, muy antigua, tanto como los primeros sistemas de comunicación. Los grandes oradores de la Grecia Antigua, por ejemplo, ya trataban estos dilemas morales acerca de la verdad y la mentira y su impacto en la polis. Y con la irrupción de los medios de comunicación las fake news, las mentiras y falsedades, las medias verdades y los rumores eran capaces de moldear la opinión pública, como vemos en el ejemplo de Hearst, que llevó al gobierno estadounidense a embarcarse, ni más ni menos, en una guerra contra España.
De ese cuarto poder atribuido a los medios de comunicación tradicionales hoy habría que añadir un quinto poder del que ya se habla, formado por los mismos ciudadanos y ciudadanas que son los que moldean ahora esta opinión pública a través de Internet y más en concreto de redes sociales como Facebook, Twitter, Instagram, Youtube o Whatsapp, por poner algunos ejemplos. Y como ya hemos comentado, hasta los medios de comunicación dedican un espacio importante a difundir esos contenidos sin filtro, que en muchos casos provienen de fake news virales.
Sin embargo, ¿es tan poderoso el pueblo como para dominar esas redes sociales en las que siempre hay intereses económicos tras ellos? Decía Ignacio Ramonet en la presentación de su libro El imperio de la vigilancia que «el universo de la gratuidad en Internet debe pagarse de alguna manera. Si tú no eres el cliente, eres el producto: si no compras, eres la venta», y lo somos con nuestros propios datos personales que ofrecemos sin rechistar por lo general en Internet y las RRSS.
A priori, el hecho de que demos un like o compartamos una información no parece relevante, pero los dichosos algoritmos trabajan para trazar perfiles o para acondicionar una publicidad a tus gustos y, por qué no, un mensaje o una idea. Y eso precisamente es lo que se ha hecho en sucesivas campañas electorales en distintos países. Desde Obama para optimizar su campaña con las W’s: a quién dirigirse, qué decirle, cuándo, dónde… hasta el referéndum Brexit, pasando por las elecciones en España. Todas se han valido del uso de datos extraídos de ese quinto poder para alcanzar sus objetivos, ya que sí, somos más manipulables de lo que creemos. Pero lo peor de todo es que lejos de detenerse, este uso ha ido a más y más.
LOS DATOS Y LAS MENTIRAS EN LA POLÍTICA
Obama usó esta optimización para no perder pasta, tiempo, ni recursos en personas y barrios en los que no merecía la pena propagar sus mensajes electorales, bien porque tenía el voto ganado, bien porque lo tenía perdido; por eso focalizó sus recursos en propaganda electoral en determinados canales o incluso puerta a puerta, donde ya sabía de antemano que podía ganar votos. ¿Cómo lo sabía? Por datos acumulados. Posteriormente, otros, como le ocurrió al PP en las elecciones de 2016, que se encontraba en horas bajas, acuciado por problemas internos y ahogado por la corrupción, apostaron por una campaña del miedo dirigida a movilizar a su propio electorado, ese que podría darle la espalda y quedarse en casa sin votar. Para ello, sus mensajes se centraron en el miedo a Podemos, que venía fuerte, a través de la viralización de vídeos un tanto manipulados y sacados de contexto, que movieron por Facebook, pero perfectamente dirigidos a esos votantes de siempre, que podrían quedarse en casa, pero a los que consiguieron movilizar más de lo que creían en principio. En este caso, esa optimización fue posible por todos esos datos en forma de información abierta de nuestros perfiles, de los likes, los mensajes compartidos… las migas de pan son muchas gracias a que no cuidamos la privacidad en redes.
Trump y los partidarios de romper con Europa en el referéndum del Brexit, dieron un paso más lejano aún con las fake news. Además de usar fraudulentamente datos personales —aún tienen hoy causas por este motivo—, viralizaron mensajes completamente falsos y tergiversados, fake news, para polarizar y crispar, algo que le dio resultado y que movilizó a personas que antes no habrían votado. Las artimañas utilizadas fueron muchas y muchos medios de comunicación, por llamarlos de alguna manera, no solo no desmintieron dichos mensajes sino que les dieron difusión. Boris Johnson, uno de los líderes del Sí al Brexit llegó a afirmar en campaña que cerca de 80 millones de turcos —la población entera de Turquía— podrían emigrar a Reino Unido si estos entraban en la UE. Nigel Farage también arguyó en campaña que Reino Unido se ahorraría 350 millones de libras saliendo de la UE y que ese dinero se destinaría a sanidad y educación; algo que reconoció como un error un día después de ganar el referéndum de salida. Quizás si en lugar de preguntarle por esos millones tras las elecciones, lo hubieran hecho antes… Un mantra de fake news o mentiras que han calado en la sociedad y han despertado los miedos propios del fascismo. Lo mismo que Trump en EE.UU. Y la ola de las fake news no termina de romper, cada día se hace más y más grande, mientras sigue la polarización. Lo último, los deepfakes de los que hablamos al final.
SOBRE LA OBJETIVIDAD, LA VERDAD Y LA VERACIDAD
Habría que diferenciar muy bien entre lo que son realmente las noticias falsas o fake news y es que, ¿podemos hablar realmente de noticias cuando son directamente mentiras o fake news? Tampoco podemos hablar de verdades al 100% porque la objetividad como tal no existe. Lo que un periodista destaque en una noticia sobre una comparecencia de un ministro, por ejemplo, puede diferir de lo que destaque otro. Aquí hay siempre un criterio profesional que hay que respetar, aunque el público tenga derecho a cuestionar la prioridad en los análisis.
También ocurre que determinados periodistas se han hecho eco de noticias veraces, que no son verdad. Estas son aquellas en las que el periodista ha podido contrastar las noticias y tiene fuentes que se suponen veraces y fidedignas, pero después resulta que la información ofrecida no trasluce una verdad completa. Lo hemos visto en algunas demandas recientes entre periodistas y políticos en España, como ocurrió con aquella entre Inda de OKdiario y Pablo Iglesias. El juez determinó que la información ofrecida era veraz porque se presumía que las fuentes del periodista eran buenas, aunque se demostrara que los hechos que se publicaron no eran verdaderos. En este caso, unos publicaron que Iglesias perdió el juicio, pero por detrás subyacía otra versión en la que entraba la controversia entre veracidad y verdad. Y entre medias, los retuits, las opiniones aceleradas, la viralización, los diálogos de besugos, las controversias que no son tal, el escarnio en vivo, los zascas, etc.
Foto de Susanne Jutzeler en Pixabay
Y es que hoy en día es muy fácil engañar o mostrar una verdad a medias. Esto exige un compromiso de los periodistas y de las redacciones que deberían apostar claramente por consejos internos que estudien estos casos para no difundir fake news. No puede ocurrir que, por ejemplo, en periódicos tan serios como El País se haya publicado en portada una fotografía falsa de Chávez muerto o que el “periodista” Claas Relotius durante años haya estado colando reportajes ficticios sin control en Der Spiegel hasta que el colaborador español Juan Moreno destapara el fraude. Hay muchas lecturas paralelas al respecto, en cuanto al marasmo mediático en el que los medios tradicionales han estado dando bandazos, la precariedad laboral de los periodistas, la mala transición tecnológica, el maldito click bait impuesto, etc., pero todas esas cosas nada tienen que ver con la mala praxis periodística y la falta de profesionalidad.
Psicológicamente los programas “de debate” han venido a reforzar la idea de que la opinión de cada uno tiene más valor, o el mismo, que el de un experto en una determinada materia o que la propia noticia bien trabajada y contrastada de un medio de comunicación. Pero es que vemos que muchas veces la noticia realmente ha brillado por su ausencia porque no se ha producido ese trabajo periodístico riguroso. Los periodistas hemos ofrecido reportajes y noticias plagados de opinión propia, ajena (replicando tuits o textos de redes sociales), hemos incluído interrogantes y conjeturas sin contrastar en cuerpos de noticia y textos copiados de notas de prensa oficiales. Los hechos, el contrastar, el llamar… el trabajo periodístico vaya, nos lo hemos pasado por el forro… El público ha decidido que para escuchar o leer lo que un periodista piensa, para eso cada uno también tiene una opinión válida. Pensar podemos pensar todos como nos venga en gana, pero mientras nos llegan fácilmente las fake news, las noticias hay que buscarlas, encontrarlas y después hay que contrastarlas, fundamentarlas, escribirlas, releerlas, corregirlas y, en último extremo, publicarlas.
Tampoco, como he apuntado al principio, el público está exento de culpa a la hora de difundir fake news en esta era de la difusión de contenido a la velocidad de la luz. Es más fácil reenviar con un clic que comprobar si lo que hemos recibido es un bulo. Quizás, como se apuntó en la charla de la que hablábamos al principio, es hora de que en las universidades o en los colegios se muestren estos dilemas sobre la información y su consumo, y es que quizás sea también otro de los problemas, identificar una información, que en el fondo debería ser un servicio público, con un producto de consumo más, en cuyo caso, “consumiremos” el que más nos “guste”, pero no el que más nos informe o nos cuestione. Algo que también recalca el magnífico filósofo Emilio Lledó: «Vivimos en un mundo en el que estamos acosados por la información, pues entendámosla. Luchemos por entenderla, aunque nos equivoquemos, aunque la malinterpretemos. Esa es una de las cosas esenciales que se debe enseñar en las escuelas y los institutos».
LA ÚLTIMA AMENAZA: EL DEEP FAKE
La tecnología va por delante y ya hemos visto lo que los poderosos son capaces de hacer por un puñado de votos o por hacer prevalecer unas ideas, unas zapatillas o un teléfono móvil. Lo último, más allá de las fake news, son las deepfakes, vídeos que se manipulan de tal manera que puedes poner en boca de cualquiera, famosos, políticos o tú mismo, otras palabras sin que apenas se note que es falso porque la boca se mueve para parecer que lo dice de verdad. Y esto no ha hecho más que comenzar. ¿Se imaginan la combinación de deepfakes con propaganda y publicidad online generada para crear confusión o directamente miedo como hemos hablado antes? ¿Deberían regularse este tipo de cosas? ¿Hay base legal?
Los deepfakes podrían llegar a generar una realidad paralela que reescribiera la Historia. Cuando la tecnología mejore mañana o pasado mañana, no será difícil encontrar vídeos adulterando por ejemplo, los Juicios de Nuremberg o los discursos o arengas de Hitler, Stalin o de cualquiera del pasado. Pero también podríamos “ver” en campañas electorales a Pablo Iglesias legitimando la monarquía o a Santiago Abascal aboliendo los toros. Mientras existan vídeos y personas sin espíritu crítico ni cultura para tragárselos y difundirlos… Y el problema vendrá al tratar de regularlo, algo que puede ser incluso peor. ¿Podremos diferenciar entre lo que es verdad y lo que no? ¿Se imaginan, por ejemplo, que se llegara a no admitir ningún vídeo en un juicio por la imposibilidad de que saber si está trucado o no?
Y ojo, que ya no hace falta un vídeo, a partir de una fotografía también se puede/podrá hacer…
¿Qué más nos deparará el mañana? ¿Tendremos el cerebro lo suficientemente activo para controlar nuestro propio pensamiento o para discernir o poner en duda todas estas amenazas de las fake news y los deepfakes? A parte de esto sería interesante que hubiera políticas educativas realmente disruptivas que ayudaran a fomentar la filosofía a través de proyectos que enseñaran más que “a hacer o producir”, a pensar por qué se hace esto o aquello. Esto implicaría una verdadera revolución educativa. Se hablaría, como ya se hace, del manido “adoctrinamiento”, pero, ¿no adoctrinamos también desde el mismo momento que pulsamos el botón de encendido de una tablet o una televisión delante de un niño?
El Círculo de Bellas Artes está de luto. El escultor canario Martín Chirino falleció ayer a los 94 años de edad en Madrid. Chirino, miembro del grupo El Paso en pleno franquismo, uno de los colectivos de renovación artística más importantes de Europa, recibió todo tipo de premios y reconocimientos, como por ejemplo, el Premio Nacional de Artes Plásticas o la Medalla de Oro de Bellas Artes, ofrecidos por el Ministerio de Cultura, y, por primera y única vez en la historia historia del CBA, fue condecorado dos veces con la Medalla de Oro de la institución, que presidió de 1982 a 1992, en una de las épocas más difíciles. Martín Chirino, alma errante, deja tal recuerdo imborrable, que aunque marchó, nunca se fue, ni nunca se irá.
Fotografía de Alberto Schommer a Chirino en 1980. Incluída en el catálogo de la exposición “Obras para una colección” del CBA.
«Veníamos de la sequedad, la precariedad y la soledad del franquismo y vernos como “dueños” del Círculo para nosotros fue una gran experiencia, aunque solo dispusiéramos del contenedor porque la capacidad económica no la teníamos», dijo en el homenaje que el CBA le dio en 2014, después de que expusiera Obras para una colección. El Círculo, en el momento que llegó a presidirlo, se convirtió en el centro de la Movida. «Los viernes una multitud de gente polifacética iba de Malasaña a Huertas y hacía parada en el Círculo.», le contó al también canario Juan Cruz, quien conversó con él en este homenaje. Bajo su presidencia se recuperó el mítico Baile de Máscaras del Círculo en 1985, tras un parón de 30 años.
Su obra se distingue por la influencia de su tierra natal, las Islas Canarias: el hierro y el acero de la forja de herrero —su padre trabajaba en el astillero— y la arena y el viento de esas playas, que esculpen formas geométricas curvas. «Yo vivía en la arena de la playa —Las Canteras— y conocía ese viento que levantaba espirales de arena». La espiral fue una constante; siempre se interesó por aquellas que los antepasados canarios dejaron grabadas en la roca basáltica. «Me emocionaron como formas abstractas y comencé a utilizarlas. Aunque no está claro, me explicaron que los faycanes, antiguos príncipes guanches, subían a las montañas en el solsticio para contemplar y adorar al cielo. Y que la claridad debía ser tan formidable que trataban de reproducir el movimiento espiraliforme de las galaxias».
Con el tiempo, Chirino dejó de representar esculturas planas y trató de dibujar en el espacio, «que el hierro fuera menos importante que el concepto de cómo interviene éste en el espacio y cómo lo define».
En Las Palmas de Gran Canaria, Chirino forjó su carácter estoico en compañía de sus amigos, el artista Manolo Millares y el poeta Manuel Padorno. «No teníamos arrojo, por contra te volvías retraído y miedoso. La policía estaba alrededor, había censura y control. Pero nosotros aceptamos la realidad que nos tocó y a mí me imbuyó de un estoicismo que me ha hecho perseverar y hacer lo que he querido. Me altero poco. La capacidad de supervivencia es tanta que nos protegíamos como podíamos. Íbamos al Muelle Santa Catalina, que nos parecía nuestro Parnaso».
Chirino partió en barco hacia la península en 1955 acompañado de algunos de sus amigos. Quería llegar a Madrid. Con él estaban Millares y Padorno, quien solo llevó consigo, aquello que más necesitaba: «un baúl de su abuelo repleto de libros». El hambre de saber. Ya en Madrid, aprendió lo más importante: «Escuchar todo el tiempo ha sido mi escuela de verdad. La reflexión, la preocupación y la desmitificación. Ir más allá de los límites en lo que hacía. Saber prescindir para persistir en aquello que hace que tu obra tenga sentido».
Pese a haber llegado donde quería, sí que sintió siempre la llamada de su tierra. Y pudo regresar para dirigir el CAAM (Centro Atlántico de Arte Moderno de Canarias), donde la experiencia fue agridulce por los choques con la administración. «Conseguimos hacer de Canarias un referente cultural momentáneo. Pero la parte oscura vino del no entendimiento del entorno. Hay una razón cultural; la gente no tenía esa necesidad y entendimiento cultural que yo tenía y sentía. Aparecen los responsables de cultura políticos y con ellos el entendimiento de la cultura, que tiene su lugar reconocido, pasa a convertirse en una fiesta, algo que es un error.»
De su trayectoria en el Círculo solo podemos decir que, lidiando en unas condiciones muy complejas, lo devolvió a su sitio en Europa como referente cultural y de reflexión en torno a todas las disciplinas artísticas. Sin embargo, en su momento, no tuvo nada claro dirigirlo. «No sé por qué acepté presidir el Círculo de Bellas Artes. El Sr. Giráldez me convenció. Me vino bien ser un personaje público durante un tiempo porque me sirvió para conocerme mejor a mí mismo».
Terminamos con un consejo que ofreció a todos los jóvenes: «Creo que la necesidad de saber, de leer, de conocer hay que saciarla. Para mí Homero, Ulises, la vuelta a Ítaca, eran algo simbólico. Siempre hablaba con Padorno del nómada urbano y errante y escuchábamos con pasión y de forma obsesiva El Viajero de Wagner. Lo que sé es que si no sacias esa sed de conocimiento, te castras. Cuando regreso a Canarias me encuentro a muchos compañeros desesperados, pero el quid de la cuestión es que se quedaron; no iniciaron ningún viaje».
D.E.P. Martín Chirino.
El 4 de junio de 2019 celebramos un homenaje póstumo para recordar a Martín Chirino. Es en la Sala de Columnas de la que fue, es y será siempre su casa, el Círculo de Bellas Artes, y nos acompañan familiares y amigos. Estás invitado con entrada libre hasta completar aforo.
Este post ha sido elaborado a partir del vídeo-homenaje del CBA al escultor canario:
Terminamos con un poema, Martin’s Song, dedicado por Juan Barja, actual director del CBA, al escultor e incluído en el catálogo de la exposición Obras para una colección:
Tierra y sombra, sal y viento.
En el erizo del aire
lentos caminos de fuego.
(…y el alma, que no se ve).
Huella de sombra de arco.
En el remanso del aire
luces de palmas y manos.
(…y el aura, que no se ve).
Cauce de mar y de sombra.
Desde el espejo del aire
desnudo cuerpo de forma.
(…y el agua, que no se ve).
El alma, el aura y el agua,
madura forma de sed.
Ayer nos sorprendió el fallecimiento en Madrid de Martín Chirino, escultor, intelectual y presidente del Círculo de Bellas Artes de 1982 a 1992. Esta casa le debe el impulso de renovación que nos convirtió en una de las instituciones culturales privadas más importantes de Europa. pic.twitter.com/5ojB1syOpt
¿A qué huele el Quijote? Para la pasada edición de la lectura continuada de este clásico de la literatura universal, el equipo creativo de la perfumista Aitana López de Carrión creó un aroma inspirándose en un extracto del texto. En la XXIII edición de 2019 CPL Aromas en colaboración con Black Sense quiere que seas tú el/la que le ponga olor a la obra de Miguel de Cervantes a través de un taller exclusivo, restringido a 12 plazas, que rellenaremos con los participantes del concurso que abrimos.
Guiado por la perfumista, y usando las notas olfativas de las flores y plantas que aparecen en la novela, cada participante en este taller —valorado en 25€ cada plaza— podrá realizar su propia interpretación olfativa.
Para garantizar que cada uno de los asistentes recibe la atención necesaria hemos tenido que cerrar un número limitado de plazas a 12. Si quiere asegurarse la suya, tan sólo tiene que participar en el concurso #AQuéHueleElQuijote en los términos que se detallan a continuación.
El plazo para participar en el concurso acaba el viernes 19 de abril. Un día después confirmaremos los nombres de las 12 personas agraciadas.
El taller tendrá lugar el próximo 23 de abril a las 20h en el Círculo de Bellas Artes y es una de las actividades paralelas de la XXIII Lectura Continuada del Quijote.
1. ORGANIZADOR Y OBJETO DEL CONCURSO
El Círculo de Bellas Artes organiza este concurso dirigido a todos los interesados denominado #AQuéHueleElQuijote con la finalidad de fomentar la participación e interacción con los perfiles de Instagram, Facebook y Twitter del Círculo y de que los ganadores puedan disfrutar de un taller olfativo organizado por CPL Aromas en colaboración con Black Sense, en el que elaborarán su propio perfume de El Quijote.
2. ÁMBITO TERRITORIAL Y DE APLICACIÓN DE LA PROMOCIÓN
#AQuéHueleElQuijote se llevará a cabo dentro del Estado Español y será válido para cualquier usuario de Facebook Twitter e Instagram que:
A) siga la cuenta del CBA
B) mencione a otra cuenta de la misma red social con el hashtag #AQuéHueleElQuijote.
3. ÁMBITO TEMPORAL
El periodo de participación en #AQuéHueleElQuijote comenzará el día 10 de abril de 2019 y finalizará el 19 de abril de 2019, ambos días incluidos. El sábado 20 se contactará con los ganadores.
4. CARÁCTER GRATUITO DEL CONCURSO
#AQuéHueleElQuijote se llevará a cabo bajo la modalidad de concurso gratuito, es decir, la participación no implica ningún gasto para el participante.
5. COMUNICACIÓN DEL CONCURSO
El presente concurso se comunicará durante el período en el que se encuentre activo a través del perfil de Facebook del Círculo de Bellas Artes https://www.facebook.com/circulodebellasartes/ y en el perfil de Instagram www.instagram.com/cbamadrid.
6. PERSONAS LEGITIMADAS Y MECÁNICA DEL CONCURSO
Para concursar, los participantes deberán seguir las cuentas del Círculo de Bellas Artes en la red social a través de la que participe en el concurso y mencionar en la publicación correspondiente referida al concurso #AQuéHueleElQuijote a un posible acompañante con el que quiera vivir la experiencia de este taller olfativo. No se admitirá más que 1 participación por concursante desechándose las repetidas.
7. PREMIO
El usuario ganador obtendrá su plaza y la del acompañante. Habrá 6 ganadores con sus corresponientes acompañantes hasta completar el cupo de 12 participantes en el taller, que tiene lugar el martes 23 de abril a las 20h.
8. SORTEO
El sorteo se llevará a cabo mediante la aplicación online https://commentpicker.com que selecciona aleatoriamente un ganador entre los comentarios a la entrada en cada una de las redes sociales. Se realizará el sábado 20 de abril.
9. COMUNICACIÓN DE LOS GANADORES
Una vez finalizado el concurso, el mismo sábado 20 de abril, se informará a los ganadores mediante un mensaje privado en la red social correspondiente y comentando en el comentario en el que mencionaban a sus acompañantes. Si 24 horas después de dicha comunicación, alguno de los usuarios no es localizado, se pasará al sorteo de sus plazas.
10. RESERVAS Y LIMITACIONES
Círculo de Bellas Artes se reserva la posibilidad de rechazar el registro de aquellos participantes cuyos datos no estén completos (seguir + mención) o sus participaciones no cumplan los requisitos para poder entrar en el concurso (deben poder asistir físicamente).
Círculo de Bellas Artes se reserva el derecho a efectuar cambios que redunden en el buen fin del concurso, cuando concurra causa justa o motivos de fuerza mayor que impidan llevarlo a término en la forma descrita en estas bases.
11. ACEPTACIÓN
La participación en el concurso implica, por sí misma, la aceptación de las presentes bases. La falta de esta aceptación por parte del participante comportará la exclusión de su participación en el mismo.
El 19 de junio de 2018 haría 85 años el pintor y grabador Bonifacio Alfonso, Boni, que murió el 11 de diciembre de 2011. Fernando Castro Flórez nos recordaba recientemente la joya que tenemos guardada en la mediateca del CBA y en el canal de Youtube, Bonifacio. La cicatriz interior, un maravilloso documental elaborado por el equipo del Círculo en su propio taller de Lavapiés en 2007, que ahonda en la personalidad de este genial artista, uno de los más influyentes en España del siglo XX. Quizás con este visionado nos podamos quitar ese prejuicio a la hora de hablar de “alta cultura”. Porque el trabajo de Bonifacio mereció el Premio Nacional de Grabado 1993 o el de las Artes de la Comunidad de Madrid en 2005, se expuso a lo largo y ancho de toda Europa y en México y sus obras forman hoy parte de colecciones en el Museo Reina Sofía, Museo de Bellas Artes de Bilbao, Museo Patio Herreriano de Valladolid, Colección Testimonio de La Caixa, Fundación Juan March, Patrimonio Artístico de Kutxa Fundazioa, Museo Británico de Londres, Fundación Antonio Pérez… Sin embargo, nunca se le ha tomado en serio como pintor dentro de la profesión, ni ha sido un personaje especialmente conocido a nivel popular. Solía decir que «al pintor que se le ve demasiado, es que pasa poco tiempo en el estudio». A lo mejor esa sinceridad, le costó vivir, a él, no a su obra, de manera underground, sobre todo en Madrid, pero se le veía disfrutar con ello: «Yo nunca he sido un profesional de la pintura, sino un aficionado. Y continuaré siéndolo mientras viva».
Antes que pintor y grabador, Bonifacio fue novillero (le chiflaban los toros), músico de jazz y pintor de brocha gorda, trabajo que perdió porque dibujaba en exceso y un buen día le pillaron saliéndose del guion. Pero como no hay mal que por bien no venga, su jefe, que le vio dotes artísticas, le recolocó en un estudio haciendo carteles en comercios. Si bien no era la panacea, al menos tenía la posibilidad de explorar otros espacios cromáticos y más tiempo para desarrollar su don para el dibujo y la pintura.
En 1955 se presentó al Premio de Pintura de San Sebastián. «Un Cristo cubista estaba haciendo; ni yo me lo creía». Y lo ganó. «Así tiene que andar la pintura –le decía su abuelo con sorna– si a ti te han dado el 1er premio por eso». Se matriculó entonces en la Escuela de Artes y Oficios, donde por fin tuvo esa formación que siempre había venido de forma autodidacta.
Posteriormente, se hizo un nombre vendiendo cuadros a Chillida, conoce en París a Antonio Saura con el que Bonifacio mantendrá una excelente relación; los dos eran muy divertidos en la distancia corta y se llevaban estupendamente, como hermanos. Expuso aquí y allí y acabó por trasladarse a Cuenca con toda la pléyade de artistas no figurativos. Juana Mordó se convirtió en su mecenas para ayudarle a dar el salto a Europa. En los 90 se trasladó a Lavapiés, en Madrid, ya con un nombre en el mundo del arte, pero desconocido para el gran público. Le llamaron también para encargarle 26 vidrieras en la Catedral de Cuenca. «En invierno hacía un frío de la leche ahí colgado con una cuerda».
Una de las cosas que más llamó la atención de todo el mundo fue el uso que hacía del color. Miguel Galanda destacó «sus colores chirriantes y ácidos, esos verdes rarísimos». El mismo Bonifacio era más explicativo: «El verde lechuga ese asqueroso, a mí me gusta muchísimo». Lo cierto es que un hombre que vivió de niño la Guerra Civil, que perdió a su padre fusilado, que vivió en San Sebastián, una de las ciudades donde más llueve de España, lejos de adaptar en su pintura colores habitualmente vinculados a la tristeza o al horror, destacó por una policromía abundante, en algunos casos hasta excesiva. «A mi –decía Boni– me gustan los cuadros con colorines, no uniformes». Y apostillaba de forma muy concisa –siguiendo con un lenguaje no tan policromático–, blanco y en botella: «A mí la pintura tenebrosa, la negra, la goyesca, pues no sé, no me llama la atención. Pintar en negro es jodido».
Sus explicaciones sobre arte estaban lejos de esa corriente canónica moderna y, por contra, eran mucho más cercanas al lenguaje de la calle. Sobre Matisse y esa cromática tan potente que utilizaba y que tanto le gustaba decía: «Ves sus libros y dices, ¡joder este hijo de puta… hasta que he descubierto yo eso! Estos colores tipo azul ultramar y tal, los hace sobre blanco. Y es que, con blanco y amarillo, se saca brillo».
Siempre modesto con su trabajo, aseguraba que «los cuadros ni se terminan ni hostias: se abandonan. Si nunca sale lo que uno quiere… Yo me voy a la cama pensando siempre que no sale. Y si pienso que he acertado, lo borro, y a veces borrando por accidente, sale algo que más o menos me gusta; el accidente me interesa un huevo». Y añadía: «Algunos cuadros con los que no puedo más, los castigo y los pongo contra la pared; al cabo del tiempo los miro y digo, pues no están tan mal, parece que se terminan solos. ¡Esto de la pintura es más raro que la hostia!». Era un inconformista nato y eso le llevó a seguir interesándose por mejorar: «Tengo que estar aprendiendo hasta que la espiche», decía.
Boni, como lo llamaban los que le conocían mejor, era inclasificable, pero quizás sí tendría un hueco como maestro artístico de la sabia y universal Escuela de la calle, no en vano frecuentaba más el bar de menú de debajo de su casa en Lavapiés, que las reuniones artísticas. Terminamos con un grandioso colofón, válido para cualquier artista en ciernes. «Cuando me pongo a pintar lo hago por intuición, no sé por qué lo hago; por instinto, como la música de jazz, improvisas… Haciendo es como salen las cosas. La inspiración, como decía aquel, son 10 o 14 horas de trabajo […]. Pero tampoco soy de esos de ¡ains!, es que yo si no pinto me muero, ¡pero qué cojones te vas a morir! Si hay más cosas que hacer que la puñeta, hombre».
Si fuera todo tan fácil, ¿verdad?
AQUÍ puedes ver el maravilloso documental La cicatriz interior, que grabamos con Bonifacio en su estudio de Lavapiés en 2007.
En el CBA tuvimos el honor de acoger una exposición de Bonifacio, En los campos de batalla, cuya información tienes aquí.
Además, publicamos un dossier especial en la revista #Minerva5 con varios artículos que hemos referido y enlazado a través de citas en este artículo.
El Círculo de Bellas Artes estrena nueva tienda. Un espacio donde pone a disposición de todos sus visitantes una selección de productos que destacan por su diseño y calidad. Complementos, artículos de oficina, moda y decoración pensados como objetos de arte en sí mismos que, a precios populares, se presentan como el regalo perfecto.
Varios artículos
Agendas, lupas.
Cutting Cakes
Tazones
La tienda, que se encuentra en el Hall de entrada del edificio del CBA abre de martes a viernes de 16h a 20h y sábado y domingo de 11h a 15h y cuenta con un amplio catálogo en el que encontramos artículos de regalo que van desde postales del Círculo a 1€, a litografías y serigrafías de artistas como Nacho Criado, Eva Lootz, Bruce McLean, Ian Wallace o Juan Hidalgo a 450€. Y entre medias, bolsos grandes y pequeños con la imagen del cartel de Carnaval del CBA de 2006, hecha por Alberto García-Alix, los cutting cake de diseño, caleidoscopios, bolsos, cuelga-bolsos, carteras en cuero, agendas, marcapáginas de Minerva, camisetas del proyecto #4R Resistencia, Rebeldía, Rebelión, Revolución de la exposición El Gran Río, y así un largo etc. No son solo un bonito recuerdo, también son artículos de regalo con un diseño original de los que no se olvidan y de una gran utilidad.
Los socios del CBA disponen de un 10% de descuento en todos los productos.
Martín Berasategui, chef de uno de los cinco mejores restaurantes del mundo con ocho Estrellas Michelín, y el Padre Ángel, fundador de laONG Mensajeros de la Paz, presentaron el menú que se servirá a 200 personas sin recursos en la Cena Solidaria de Nochebuena, que este año tendrá como escenario el Salón de Baile del Círculo de Bellas Artes.
«Ha sido muy fácil; la cosa es preguntar», reconocía el Padre Ángel a la hora de organizar la cena solidaria de Nochebuena de este año junto a uno de los mejores chefs del mundo como Martín Berasategui y en un lugar como el Salón de Baile del Círculo de Bellas Artes. Y ya son tres años junto al grupo Tello Alimentación organizando cenas en Madrid, Canarias y Castilla-La Mancha que, sin embargo, no solo sirven para alegrar a unas cuantas personas necesitadas, sino para «visibilizar a los que no van a poder disfrutar de ella, ya que, aunque parezca increíble, sigue habiendo miles de personas viviendo en la calle hoy en día», puntualizaba el Padre Ángel, quien lleva al pie de la letra la frase del Papa de abrir las puertas de las iglesias a todos, como en su parroquia de San Antón de la calle Hortaleza en Chueca, que permanece abierta todo el día. Este 24 de diciembre también consigue que se abran las del mítico Salón de Baile del Círculo de Bellas Artes, igual que el pasado año hizo con las del Ayuntamiento de Madrid. «Cuando pienso —apostilla— en los que van a venir a cenar y van a ver estos platos, se me caen las lágrimas de pensar que esto puede ser verdad».
Lo que se propone lo consigue y este año, como quería lo mejor para su gente, pues tiene a Martín Berasategui. «No puedo ser más feliz sabiendo que he podido elaborar este menú. El Padre Ángel me tiene como monaguillo o cocinero cuando quiera, aunque se me dará siempre mucho mejor lo segundo». Visiblemente emocionado, el chef vasco quiso recordarse a sí mismo y a todos «que esto es solo una noche y que el año tiene 365 días en los que mucha gente lo está pasando mal». Con ocho estrellas Michelín acumuladas en su carrera, Martín asegura que solo le falta esta estrella para que los 200 comensales lo disfruten. Como un «transportista de la felicidad» se compromete a principios de 2018 a enviar al grupo Tello y al Padre Ángel diversas recetas con productos de bajo coste, pero con sustancia, para que personas con pocos ingresos tengan acceso a ricos y accesibles menús.
De momento, para comenzar, ofrece las tres recetas que completan este rico menú del 24 de diciembre, que cocinará y servirá el grupo Hospress de La Pecera:
Uno de los proyectos transversales estrella de esta temporada en el Círculo de Bellas Artes es El Gran Río: Resistencia, Rebeldía, Rebelión, Revolución #4R. Coincidiendo con la inauguración de la exposición audiovisual homónima y con las primeras conferencias del año relacionadas, queremos hacerte partícipe con un concurso en el que solo queremos que compartas con nosotros una canción cuya temática sea el conflicto con el hashtag #4R en twitter e instagram, y en Facebook a través de los comentarios al evento que crearemos a tal efecto. También puedes hacernos llegar un email a [email protected]. Aunque el concurso ya se cerró, estamos abiertos a tus sugerencias para ampliar la playlist de Spotify.
Se trata de una playlist de lo más revolucionaria. Hemos sorteado: libros, abonos de cine clásico, artículos de nuestra nueva tienda, catálogos…
OJO: Participar puede hacerlo todo el mundo, pero los premios otorgados deberán recogerse en el mismo Círculo de Bellas Artes, con lo que los premiados deben de ser de Madrid o alrededores. Las fechas para recogerlos serán determinadas en un periodo de tiempo concreto en el que se podrán retirar en la recepción del CBA.
¿Te animas? Pon la B.S.O. de #4R hasta el 2 de abril.
Recuerda que este proyecto 4R, que comenzó con la conferencia de junio de 2017 de Zizek, continuó con las obras de teatro Kohlhaas y Trinchera en octubre de 2017, con la trilogía de Dovchenko ese mismo mes, ahora con la conferencia de Vandana Shiva y próximamente cine 4R a partir de marzo, más conferencias como las de los Lunes al Círculo o las programadas con Mackenzie Wark en febrero y Didi-Huberman el 13 de marzo, y cómo no, la exposición homónima y su catálogo para reflexionar en torno a la idea de conflicto.
A continuación publicamos los ganadores del concurso B.S.O. #4R «El gran río. Resistencia, rebeldía, rebelión, revolución»:
CATÁLOGOS de la exposición valorados en 22€:
Lola Martínez
Bethbet @IsabelBettybeth
BGroupie @BGroupie
Juanma @juanmadopiera
Rudy Martínez @rudymartinez66
ABONOS CINE (valor 18€ cada uno)
Valentín Pérez Venzalá @minotaurodigita
Andrea Kiedis @AndreaKiedis_
Jazz Club Madrid @JazzClubMadrid
Margot Locksmith
Sergio Balbontín @BALBON2046
ENTRADAS DOBLES EXPOS + AZOTEA (10€ las dobles, 5€ por cada una)
Imagen del diario ABC correspondiente a la inauguración del edificio del CBA en 1926.
Tras su fundación en 1880, el Círculo de Bellas Artes creció de manera exponencial y tuvo que cambiar de sede en innumerables ocasiones hasta encontrar su sitio definitivo. Esto no ocurrió hasta el lunes 8 de noviembre de 1926 a las 11:30 de la mañana con la inauguración de la sede en la esquina de Alcalá con la actual calle Marqués de Casa Riera. El rey por entonces, Alfonso XIII, acompañado por el mayordomo mayor de Palacio, el Duque de Miranda, fue recibido por la junta directiva del CBA, presidida por Juan Fernández Rodríguez, así como por el arquitecto Antonio Palacios y todos comenzaron el acto con la visita a la exposición de Ignacio Zuloaga, la primera que albergó el edificio, continuó por los distintos salones, espacios y terrazas, tuvo parada en la azotea y sus vistas a vista de pájaro sobre Madrid y, como curiosidad, acabó —cito textualmente de la página 423 de la publicación El año político de 1926— con un lunch.
Días después de la inauguración comenzaron a sucederse las actividades culturales, tales como el teatro, del que hemos encontrado este extracto de la primera función en el Teatro Fernando de Rojas.
“La Época de Madrid” del 9 de noviembre de 1926 adelantaba el primer programa teatral del nuevo edificio del CBA.
El edificio del Círculo de Bellas Artes, con más de 90 años de existencia, es quizás uno de los mejores ejemplos de arquitectura al servicio de su actividad, sin desdeñar las características ornamentales y estilísticas de la época. El proyecto de Antonio Palacios pretendía aunar la grandiosidad arquitectónica y ornamental con la función artística, cultural y —por entonces— lúdica de la institución.
La sede del CBA, que ya tenía 5.000 socios en 1927, contaba no solo con importantes espacios destinados a las artes, las exposiciones, conferencias, cine o teatro, sino que también incluía piscina, billares, barbería, salón de estudio, sala de baile para esas fiestas de largo entre las que estaba el mítico baile de máscaras, de esgrima, retransmisiones radiofónicas, fiestas, etc. Destacamos este carácter lúdico de entonces porque, por ejemplo, uno de los principales motivos que propició la construcción del inmueble fueron los beneficios reportados por el juego, algo que solo se vio interrumpido con la dictadura de Primo de Rivera desde 1923, que obligó en los años en los años 30 a pedir ayudas a los poderes públicos ante la imposibilidad de hacer frente a las deudas contraídas por los costes de construcción. Junto a estas ayudas y la posterior revitalización del juego se alivió la maltrecha economía de la institución. Y es que el juego, guste o no, siempre ha estado vinculado al CBA en sus comienzos —y por ende a la sociedad de la época— y hay muchas anécdotas relacionadas al respecto, como la que cuenta el vocal de la Junta Directiva hoy, el director de cine, José Luis Cuerda, que da fe de lo que se llegaba a apostar.
El espacio donde se asienta el CBA corresponde al antiguo jardín del Marqués de Casa Riera, adquirido el 13 de julio de 1918 por dos millones de pesetas, que contaba con 27’40 metros de lateral de la calle Alcalá y 62,70 metros al interior con 1.718 metros cuadrados. Tras diversas vicisitudes, el proyecto de Antonio Palacios es el elegido en 1920 y en octubre de 1922 se pone la primera piedra a una edificación que no se terminó hasta noviembre de 1926 y cuyo coste total se disparó a casi los 12 millones de pesetas.
«Palacios era consciente de sus dotes de ágil constructor, conocedor del oficio de los artesanos que determinaba en parte un modo de proyectar». De todos los edificios que construyó Palacios, como el del actual Instituto Cervantes, el Hospital de Maudes o el Palacio de Comunicaciones, actual Ayuntamiento de Madrid, entre otros, el Círculo de Bellas Artes es quizás el más modernista de todos sus edificios sin desdeñar el eclecticismo madrileño y su vínculo neoclasicista con ese remate con la columnata cúbica en piedra de la fachada. 1.
Sin embargo, tras ese exterior arquitectónico pétreo, depurado y sobrio en general, con esos ventanales de corte racionalista, encontramos un interior artístico con una escalera central y unos salones que constituyen un «festín barroco». Como Antonio Fernández-Alba escribía, «Palacios entendía el interior de los edificios como lugares que sus habitantes debían contemplar con una emoción espacial». Así, cobra significancia el yeso, el mármol, los espejos y los estucados de frisos, capiteles o columnas.