El Cine Estudio se une a PROYECTO FAKE! con un ciclo que avanza en paralelo a la exposición homónima dedicada a Elmyr de Hory que el Círculo alberga en la Sala Goya. Como bien saben todos los cinéfilos gracias a Orson Welles, De Hory fue uno de los más renombrados falsificadores de obras de arte de la historia, lo que nos da pie con este PROYECTO FAKE! a realizar una amplia reflexión sobre el concepto de autor en la creación artística y los límites, muchas veces tan difusos, entre lo verdadero y lo real, entre la realidad y la ficción.
Arranca este domingo un nuevo ciclo en el Cine Estudio. ‘Jean Renoir: cinco cintas clave’ rescata otras tantas cintas del realizador francés, uno de los directores fundamentales para la Historia del Cine y pilar básico para el posterior desarrollo de la Nouvelle Vague. El ciclo presenta cinco cintas que cubren todas las etapas de la filmografía de Jean Renoir y que de este modo dan una panorámica amplia de la obra de su autor.
Jean Renoir en el rodaje de La règle du jeu
Tire au flanc es una de las obras menos conocidas del periodo mudo de Renoir, una cinta de ambiente militar protagonizada por Michel Simon de un ambiente libre y anárquico que puede leerse en paralelo a la posterior Cero en conducta de Jean Vigo. La golfa, vuelta a filmar por Fritz Lang veinte años después con el título Perversidad, es una de las primeras cintas sonoras de Renoir y una de sus iniciales obras maestras. Una partida de campo, por su parte, es una de las cintas más celebradas de Renoir. Recreando en la pantalla un ambiente muy habitual de la obra pictórica de su padre, este cuento sobre la libertad y el amor es en realidad una película inacabada, pensada inicialmente como largometraje pero que quedaría reducida a 40 minutos ante la imposibilidad de encontrar financiación para concluirlo. La regla del juego es una de las obras maestras incontestables del director, un estudio sobre los hábitos de la burguesía a las puertas de la II Guerra Mundial que sería duramente prohibida por el Gobierno francés por considerar que atacaba frontalmente los principios morales del país. El ciclo se cierra con una de las cintas menos conocidas de Renoir, The Southerner, una de las películas que el realizador filmó en Hollywood cuando el avance nazi sobre Francia le hizo exiliarse en Estados Unidos. Cinco cintas básicas para conocer el alcance de una obra inagotable como la de Jean Renoir, un realizador del que Orson Welles dijo: “sus filmes me resultan maravillosos porque lo que más admiro de un autor es su sensibilidad, la presencia de una sensibilidad poética auténtica. Renoir es, en su estilo, uno de los escasos poetas que ha dado el cine”.
El Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes dedica su programación del mes de julio a uno de los grandes realizadores norteamericanos, Vincente Minnelli, auténtica encarnación del american dream y personificación canónica del funcionamiento de los grandes estudios del cine estadounidense.
Vincente Minnelli y Gene Kelly en el set de Brigadoon (1954)
Hijo de unos cómicos italianos emigrados a Estados Unidos, Vincente Minnelli nace en Chicago en 1910. Su historia es la del personaje con vocación artística que comienza a trabajar en el mundo del espectáculo en su más tierna infancia y, lentamente, va ascendiendo en sus objetivos profesionales hasta convertirse en uno de los más sólidos directores de espectáculos teatrales de Nueva York. Tras conocer a Arthur Freed entra a formar parte de la Metro-Goldwyn-Mayer y no tarda en convertirse en uno de los directores de confianza de la compañía del león. Minnelli se irá labrando una sólida reputación a golpe de películas musicales perfectamente realizadas acompañadas por un desbordante éxito de taquilla. Convertido en un auténtico maestro del género, a lo largo de dos décadas realiza películas clave como Cita en St. Louis (Meet Me in St. Louis, 1944), El pirata (The Pirate, 1948), Un americano en París (An American in Paris, 1951), Melodías de Broadway (The Band Wagon, 1953) o Brigadoon (1954), en las que colabora con la aristocracia del género: Gene Kelly, Fred Astaire, Cyd Charisse o la joven Judy Garland, una de las grandes estrellas trágicas de Hollywood, de la que se enamorará y con quien tendrá una hija, Liza Minnelli, también futura estrella. Serán ambas los dos grandes amores de su vida, pero también sus dos grandes preocupaciones: los crecientes problemas mentales de su mujer terminarán provocando un duro divorcio, mientas que la drogadicción de su hija dificultará enormemente sus últimos años de vida.
El musical, sin embargo, no será el único género afrontado por Minnelli, que alterna estas películas con otras de tintes dramáticos que entiende como proyectos más personales y cercanos a sus inquietudes. Son posiblemente sus auténticas obras maestras, filmadas en color y en un radiante CinemaScope: Cautivos del mal (The Bad and the Beautiful, 1952), Como un torrente (Some Came Running, 1958), Con él llegó el escándalo (Home from the Hill, 1960), Dos semanas en otra ciudad(Two Weeks in Another Town, 1962) y, sobre todo, El loco del pelo rojo(Lust for Life, 1956), biografía de Vincent Van Gogh que Minnelli, gran aficionado a la pintura, se plantea como una traslación de la paleta del artista desde el lienzo a la pantalla. Filmada en las localidades reales en las que vivió el pintor holandés, y contando con la colaboración de sus habitantes, que habían conocido personalmente al propio Van Gogh, la cinta supone uno de los papeles más complejos y mejor resueltos que jamás afrontó Kirk Douglas, aunque sería Anthony Quinn, que interpreta a Paul Gauguin, quien terminaría llevándose un Oscar.
Una amplia retrospectiva, por lo tanto, que recoge –y en copias recientemente restauradas, lo que permitirá disfrutar en su integridad del apabullante uso del color de Minnelli- los mejores momentos de un director que personaliza el auge y la caída del sistema de producción de los grandes estudios norteamericanos: nacido al cine en el momento de máximo esplendor de la Metro, Minnelli no sabrá encauzar su carrera cuando a mediados de los 60 los grandes estudios entren en crisis ante la llegada de la modernidad. El director referente de la Metro fallecerá en Los Ángeles en 1986, dejando un legado de 34 largometrajes, 31 de los cuales realizó para la Metro-Goldwyn-Mayer.
BIBLIGRAFÍA: Vincente Minnelli: Recuerdo muy bien. Ediciones Libertarias, Madrid, 1991 (publicado originalmente en 1974).
Del piano que abraza desde fuera la diégesis de los films mudos, pasando por la denominada música incidental, hasta las películas en que la melodía es la esencia, la música ha sido siempre un elemento consustancial al cine. Uno de los géneros que atestiguan este vínculo es el rockumental. Acuñado por primera vez en 1969, este concepto nace a raíz del programa radiofónico History of Rock & Roll, un espacio que trata de proyectar una luz sobre las desconocidas vidas de los artistas de rock de la época. Desde entonces hasta hoy esta vertiente del séptimo arte ha reclamado su parcela propia en la extensión del cine contemporáneo.
El Círculo de Bellas Artes ha programado un curso (27.06.11 > 01.07.11), codirigido por Eduardo Guillot (Periodista cultural) y Rogelio Abraldes (Cineasta), en torno al género del documental musical de rock. La perspectiva, sin desdeñar la mirada histórica, se basa en el estudio pormenorizado del punto de vista y el estilo con que diferentes cineastas se han enfrentado a esta manifestación musical. De forma paralela, el Cine Estudio acoge su particular tributo a la ladera roquera del cine con el ciclo It’s only rock’n roll (but i like it)(21.06.11 > 03.07.11), que recoge algunos títulos esenciales.
En el siguiente vídeo, Rogelio Abraldes nos habla de la doble vertiente del taller. A lo largo de cinco sesiones, tratarán de ofrecer una experiencia completa, tanto desde la perspectiva del teórico como desde la del practicante de cine. Abordarán cuestiones como la de cómo enfrentarse a la construcción de un documental a nivel narrativo, qué mecanismos cinematográficos se pueden emplear sin caer en el historicismo o cómo solventar el gran problema del acceso. Por su parte, Felipe Cabrerizo (Coordinador del Cine Estudio) hace un repaso del ciclo que acompaña al taller, en el que, por un lado, se recoge la producción nacional (Buzos haciendo surf, Mientras el cuerpo aguante) y, por otro, se trata de abarcar, tanto el documental musical en sentido estricto (Csny / Déjà Vu, Anvil. El sueño de una banda de rock…), como aquellas películas que parten de la ficción (Control, Gainsbourg-Vida de un héroe…).
Un verso del poeta inglés William Blake da título a En los bosques de la noche: Antología del cine de terror 1931-2008, amplia retrospectiva del género que arrancó ayer en el Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes. La intención de En los bosques de la noche es realizar una recopilación de las mejores películas de terror de la Historia del Cine, al mismo tiempo que recoger las principales aportaciones a las diferentes vías (esto es, subgéneros) abiertas dentro del terror a lo largo de sus más de cien años de historia.
El ciclo arranca en 1931 por ser éste el año clave para el asentamiento definitivo del género gracias a las aportaciones de la Universal. En ella habían recalado gran cantidad de cineastas judíos alemanes que, ante el ascenso del nazismo, habían huido a Hollywood y llevan al cine americano los parámetros del cine expresionista en el que se habían movido en su país de origen, dando un nuevo aspecto visual a un género que hasta entonces no había terminado de arrancar en EE.UU. Se recogen en la retrospectiva El doctor Frankensteiny La novia de Frankenstein (James Whale, 1931 y 1932), dos clásicos canónicos del género, y una auténtica rareza salida de la misma factoría: la muy poco conocida versión para el mercado hispanoamericano del Drácula de Tod Browning y Bela Lugosi. Si el equipo del director norteamericano filmaba sus escenas durante el día, por la noche lo reemplazaba en el estudio un grupo de rodaje integrado por artistas sudamericanos para trabajar en su versión paralela, imprescindible dado que en estos primeros años del sonoro no existía todavía el doblaje. Si bien prácticamente todas las películas rodadas con este curioso formato eran clones del original norteamericano, esta versión de Drácula(George Melford, 1931) ofrece numerosas variaciones respecto a su punto de partida, dando lugar a una película de calidad no menor que disfrutarán todos los seguidores del género. Y junto a estas tres cintas, una de las películas más inclasificables e impresionantes que jamás se hayan rodado, Freaks, la parada de los monstruos(Tod Browning, 1932), cinta realizada con actores no profesionales pertenecientes a uno de los sideshows norteamericanos que llevaban en ruta al modo circense a personas con todo tipo de amputaciones y deformidades, y con uno de los finales más escalofriantes que ha dado el género.
Se iniciaron ayer en el Cine Estudio las primeras proyecciones de La sangre caliente de Japón: ciclo de cine yakuza, una amplia panorámica del género yakuza eiga organizada por Fundación Japón, Madrid y el Círculo de Bellas Artes.
Pese al concepto tan generalizado en el mundo occidental del yakuza como un miembro de organizaciones delictivas con el cuerpo repleto de tatuajes -y muy popularizado entre los ambientes cinéfilos en los últimos años gracias a las películas de Takeshi Kitano y Takashi Miike-, lo cierto es que el yakuza es en realidad el equivalente al outsider americano: un fracasado, un perdedor que en ocasiones puede llegar a moverse al margen de la ley. El término aparece en Japón ya en el siglo XVII y, desde entonces, los yakuza han sido personajes habituales tanto en la literatura como en el cine japonés.
El ciclo hace una amplia panorámica de la evolución del personaje a lo largo de la historia del cine nipón, realizando al mismo tiempo una visión de la propia evolución histórica y social de Japón a través del modo en que su cinematografía lo ha tratado. Cubre un amplio arco cronológico: el ciclo arranca con la película de anteguerra Duel in Takadanobaba (Masahiro Makino e Hiroshi Inagaki, 1937) y se extiende hasta Shabu (Tatsuoki Hosono, 1996), una de las cintas más aclamadas en festivales en los últimos años y que desgraciadamente nunca llegó a nuestras pantallas comerciales. Entre las 17 cintas que integran el ciclo encontramos también películas de maestros del género como Tai Kato (Fightin’ Tatsu the Rickshaw Man, 1964; Requiem for a Massacre, 1968) o Kinji Fukasaku (The Wolf, The Pig and The Man, 1964), filmes-denuncia con trasfondo social (Street of Violence: The Pen Never Lies, 1950), películas encuadrables en la nueva ola del cine japonés (Daisatsujin / The Great Killing, 1964), cine negro puro (By A Man’s Face Shall You Know Him, 1966) o cintas con todos los elementos de la serie B muy influidas por realizadores como Sergio Leone (la serie Red Peony, de la que el ciclo incluye sus dos principales entregas: The Red Peony Gambler: Flower Cards Match, 1969, y Red Peony Finds A Daughter, 1970, y de las que os dejamos un trailer un poco más abajo). Todas ellas cintas repletas de violencia, con una acción frenética y que pueden verse por primera vez en nuestro país, pues permanecían inéditas en España hasta la fecha de hoy. Como es norma en el Cine Estudio, todas las películas se proyectan en celuloide 35 mm. y en VOSE.
Puede resultar paradójico que un ciclo como éste arranque apenas una semana después del terrible terremoto que ha asolado la región de Tohoku-Pacífico el pasado día 11. Pese a todas las dificultades que esto ha supuesto a la organización del ciclo, tanto Fundación Japón, Madrid como el Círculo de Bellas Artes hemos optado por mantenerlo en nuestra programación e intentar ayudar en la medida de nuestras posibilidades a los afectados del terremoto. La recaudación íntegra que obtengamos en taquilla irá destinada al fondo de Cruz Roja Internacional de ayuda a las víctimas del desastre, y hay también instaladas tanto en el hall de entrada del Círculo como en el del Cine Estudio unas urnas cuya recaudación irá destinada igualmente a Cruz Roja.
Si queréis saber más sobre el yakuza eiga, os recomedamos vivamente la lectura de Yakuza cinema: crisantemos y dragones, de los expertos en cine de género Carlos y Daniel Aguilar y publicado por la editorital Calamar en 2005. Además de ser un libro excelente, es el único publicado en castellano sobre el tema.
Aquí puedes consultar el calendario de proyecciones y las fichas de las películas