Arrancó la semana pasada en el Cine Estudio un nuevo ciclo, Ópera prima, que incluye nombres de realizadores tan sugerentes como Martin Scorsese, Roman Polanski o Michelangelo Antonioni. La muestra profundiza en la búsqueda de los primeros largometrajes de grandes cineastas del panorama europeo y norteamericano para localizar en ellos los rasgos de autoría que los realizadores seleccionados desarrollarían posteriormente a lo largo de su filmografía.
El ciclo incluye tres cintas de grandes realizadores del cine europeo, Mario Monicelli, Michelangelo Antonioni y Roman Polanski. Totó busca piso, una de las mejores películas del cómico napolitano Totò, es la primera cinta de Mario Monicelli, en la que establece relación con tres figuras claves para su carrera: el director Steno, con quien dirigiría sus primera cintas, y los guionistas Age y Scarpelli, con los que colaboraría durante el resto de su carrera. Crónica de un amor es el debut en la realización del cineasta Michelangelo Antonioni, un gran ejemplo del cine reflexivo con la belleza sin igual del arte visual del director italiano. El cuchillo en el agua, que marca el inicio de la carrera de Roman Polanski, supone una muestra de la pujanza del nuevo cine polaco y muestra ya la notable influencia que tendrían Rossellini y Hitchcock en la carrera del realizador. El cine norteamericano está representado en el ciclo con cuatro películas de otros tantos realizadores. La noche del cazador es la primera (y única) película dirigida por el actor Charles Laughton, que da a Robert Mitchum uno de sus más memorables personajes en una cinta que contó con una pésima acogida en su estreno pero que con el paso de los años se asentaría como una de las más grandes películas del cine americano. ¿Quién llama a mi puerta? es el debut en la realización de Martin Scorsese, una película ambientada en la comunidad italioamericana que marca claramente todas las líneas que el director desarrollaría a lo largo de su carrera. Sangre fácil es el sorprendente nacimiento de unos de los cineastas más singulares de los Estado Unidos, los hermanos Coen, una cinta que se inserta en la mejor tradición del cine negro estadounidense convertida en clásico desde el mismo momento de su estreno. El terror es la primera película “fantasma” de Francis Ford Coppola: pese a ser él quien realizó el rodaje, sería el productor especializado en cine género de serie B Roger Corman quien concluyera el montaje final y firmara la película, una cinta marcada por su habitual tono gótico en una historia de terror interpretada por Jack Nicholson y Boris Karloff. La cinta más reciente del ciclo es Sexo, mentiras y cintas de video, primer largometraje de Steven Soderbergh que se adentra en una ambiciosa reflexión sobre la realidad y sus representaciones.
Ópera prima propone, por lo tanto, un viaje cinematográfico hacia películas de culto que muestran una factura tan sólida como muchas de las películas que posteriormente desarrollarían sus creadores. Un viaje por películas de referencia que esperemos disfrutéis tanto como nosotros.
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