Los orígenes del CBA: de tertulia de café a Casa de las Artes

A principios de 1880, resonando aún los ecos del Estado liberal disuelto en 1874 y ya en plena Restauración borbónica con Alfonso XII reinando y el liberal conservador Cánovas ejerciendo de presidente de un Gobierno turnista, se reúnen un grupo de artistas en el hoy desaparecido Café Suizo en la calle Alcalá, 16, esquina Sevilla, en el lugar donde está el edificio del Banco Bilbao (hoy una de las sedes de la Comunidad Autónoma de Madrid). Figuran los pintores Plácido Francés, Luis Taberner y Montalvo, o Casto Plasencia, entre otros, y lo hacen con el objetivo de crear una institución independiente, a modo de Casa de las Artes, en la que los propios artistas pudieran no solo conversar libremente de arte y de su repercusión social y cultural, sino también exponer y vender sus obras, teniendo un mayor control sobre estas operaciones y liberándose, a su vez, de impuestos oficiales. Este círculo de amigos se amplió tanto que se hizo necesario crear una sociedad cuya sede se situó en el número 5 de la calle Barquillo. Su primer socio fue Federico de Madrazo, en aquellos momentos Director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

En el edificio de la izquierda de la imagen se ubicaba con salida a Alcalá y Sevilla, el Café Suizo, de cuyas tertulias nace el Círculo de Bellas Artes. De 1913 a 1926 el Palacio de La Equitativa fue la última sede de alquiler del CBA. Imagen de www.viejo-madrid.es

Eran años en los que Madrid abrazaba la modernidad. Los nuevos proyectos urbanísticos, la expansión ferroviaria, la mejora de la industria, etc. vino secundada por la proliferación de ateneos, reales academias, la Institución de Libre Enseñanza… Madrid se convirtió en espacio urbano donde ejercer de verdad la vida urbanita y donde congregar las corrientes intelectuales y artísticas del país.

El 16 de abril de 1880, con 267 socios fundadores, nace finalmente el Círculo de Bellas Artes (Aprobación legal del primer reglamento social por el Gobierno de la Provincia de Madrid el 24 de noviembre). En sus orígenes se trataba de una sociedad bastante restringida, pero con difusión de ámbito cultural, lo que marca su futura condición privada, pero de utilidad pública, y referente artístico y cultural. Su primer presidente fue el pintor Juan Martínez de Espinosa.

El entusiasmo fue tal que la primera exposición con 129 obras se realizó en diciembre de ese mismo año de 1880 en la sede de Barquillo. La nota inaugural de la misma la hizo José Fernández Bremón, escritor, periodista, dramaturgo y vocal de la Sección de Exposiciones del CBA, que realizó un ensayo Protección á las artes (1), en la que encontramos un alegato por una mayor protección del gobierno hacia el arte y la cultura; entendiendo esto como un derecho del pueblo. En relación al recién fundado Círculo de Bellas Artes, Bremón se hacía esta pregunta:

¿Será el Círculo de Bellas Artes ya lleno de vida, aunque naciente, un centro que evite dispersiones y atraiga á Madrid los elementos que sin duda echan de menos al emigrar nuestros artistas?

A tenor del crecimiento posterior de la institución, el Círculo sí respondió a Bremón y cumplió con las expectativas creadas inicialmente. Entre 1880 y 1926, el Círculo cambió nueve veces de sede: Barquillo, 5; Madera, 8; Lobo, 10; Abada, 2; Libertad, 16; Barquillo, 11 (en esta sede, en 1898, Picasso a sus 17 años acudía a los talleres de dibujo del CBA); Alcalá, 7; Alcalá, 14 (salones del edificio de La Equitativa) y finalmente en la actual de la calle Alcalá, 42.

Aunque naciera como Casa de las Artes —en sus primeras secciones organizativas incluían únicamente: gobierno interno, contabilidad, exposiciones y clases de dibujo—, poco a poco fue desarrollando otras actividades relacionadas con el ocio: tertulias, conciertos, los míticos bailes de máscaras con sus concursos de carteles, se inauguró una biblioteca para lectura… A finales del XIX diversificó sus actividades artísticas añadiendo escultura, arquitectura, literatura, fotografía… Y en 1901 unió a estas la de local de juego, algo que potenció el político Alberto Aguilera, presidente del CBA en 1906. La bonanza económica que propició el juego la que permitió la edificación actual en la calle Alcalá, 42, así como la proyección más allá de sus paredes con un Pabellón en el Parque de El Retiro, las placas y esculturas dedicadas a distintas personalidades de la cultura en rincones de Madrid o los concursos en casi todas las disciplinas artísticas, algo que sirvió para que alcanzara los 2.300 socios en 1920. Sin embargo, durante la dictadura de Primo de Rivera, en 1923, el juego fue prohibido y con ello las actividades del Círculo se resintieron.

En el siguiente post, veremos cómo finalmente el Círculo de Bellas Artes levantó la sede que actualmente prevalece y contaremos algunos de sus secretos.

Otros enlaces de interés:

Visita guiada del Círculo de Bellas Artes

Packs gastroculturales del CBA y los restaurantes la Azotea del CBA y La Pecera.

 

Bibliografía:

(1) Protección á las artes. Incluído en los Apuntes de la Primera Exposición del Círculo de Bellas Artes. Archivo de la Biblioteca de Madrid.

El Círculo de Bellas Artes de Madrid. 125 años de historia (1880-2005). Publicado en 2005 por el CBA. Dirigido y coordinado por Delfín Rodríguez Ruíz y Blanca Sánchez.

El Danubio, un parteluz mundial de paso, rito y peligro

Patxi Lanceros, profesor de Filosofía Política y de Teoría de la Cultura de la Universidad de Deusto (Bilbao), participó en los #LunesAlCírculo con la conferencia Al otro lado del río. Disidencias y desinencias, que te ofrecemos íntegramente en este mismo post y en la que destaca al “Danubio como un parteluz mundial; no existe otro río con tantas tensiones”.

A grandes rasgos, trata sobre la geopolítica como “espacio dominado o dominante, según criterios de estabilidad o movimiento social”, y sobre la geocultura, “espacio inscrito que ha ido debatiendo identidades y diferencias que han servido para síntesis interesantes, consensos atractivos y, en otras, para enfrentamientos o conflictos en los que la guerra y la muerte no han estado exentas”.

Lanceros defiende la importancia del gran río y destaca su singularidad en muchos sentidos. “Hablar de los 14 países, —asegura el profesor con cierta guasa—, incluso para alguien de Bilbao como yo, sería algo imposible en este espacio de tiempo”. Algo mucho más difícil, por ejemplo, si sumamos la cantidad de grandes personalidades de la cultura que han nacido, vivido y muerto en su ribera. Por ello, ésta es una charla sin nombres, pero centrada en el Danubio como “paradigma de la frontera, no de la línea fronteriza sino del espacio fronterizo”. Un espacio que fue frontera natural (Limes) del Imperio Romano frente a los bárbaros y en el que “medró el hombre limítrofe”, con todas las connotaciones que tiene en cuanto a su forma de vivir: la libertad de fuera frente al mundo normalizado, la sensación de seguridad del Imperio frente a lo desconocido, el hombre frente al extraño, visto casi como un animal peligroso…

En el Danubio “convergen todo ese tipo de confluencias y contradicciones” como no lo hacen en ningún otro. “Río Grande es otro ejemplo de este tipo de barreras naturales, que se lo digan a Donald Trump”. Pero Lanceros destaca un matiz acerca de sus similitudes. Si bien es cierto que puede parecerse al Danubio, ya que separa EEUU y México, dos países diametralmente distintos en lo religioso, moral, social…, la gran diferencia radica en que “son sólo dos países; en el Danubio tenemos muchos más y muchas más diferencias”. En el caso del Ganges o el Nilo, el profesor concluye que “son ríos monogámicos, monolíticos, monoteístas…; el Danubio es otra cosa”.

Pero como la actualidad fluye al igual que lo hace el cauce del río más grande de la Unión Europea, Patxi Lanceros no puede evitar referencias: a las migraciones de los refugiados, a las distintas formas de gobierno, políticas, los distintos dioses, culturas, idiomas y en un apartado especial, “a las herejías”. Cosas que han influído definitivamente en esa llamada “cultura danubiana”, no sólo a los países de la ribera, sino a los circundantes. Y por supuesto, no faltan menciones a Julio César, Kafka, Celan, Heidegger… e incluso al Apocalipsis.

Esta conferencia de los #LunesAlCírculo tiene relación con la exposición Danubio del fotógrafo Paco González San Agustín, que permanece en la Sala Minerva del CBA hasta el 22 de mayo de 2016. Fruto de ella es un precioso catálogo homónimo que recoge más imágenes que las expuestas y diversos textos que complementan la idea desarrollada por Patxi Lanceros del Danubio como frontera y límite.      

Si te gustan la historia, la filosofía, la política y la cultura, no te la puedes perder íntegra.

Próximas conferencias #LunesAlCírculo (todas abiertas al público):

> 11.04. Juan Navarro Baldeweg: Display Art.

> 18.04. Javier Arnaldo: ¿Era el arte una broma?

> 25.04. Juan Calatrava: Jugar la ciudad / Jugar en la ciudad. De Jules Verne a Aldo van Eyck

> 09.05. Juan Miguel Hernandez León: Arte y juego