El pasado 4 de mayo de 2022 se celebró en el Círculo de Bellas Artes el cuarto evento del foro I+D+C, cuyo objetivo es servir como lugar de encuentro entre la investigación en artes y humanidades y diferentes organismos e instituciones. Este foro se desarrolla bajo la idea de que la cultura tiene un potencial innovador que no debería ser pasado por alto ni ser relevado únicamente a la academia o dejarlo a cargo de instituciones educativas. Por ello, no dejó de subrayarse la importancia de crear alianzas entre entidades culturales y el mundo de la investigación. En esta ocasión el foro dio acogida a la comunicación de diferentes proyectos que tratasen la posibilidad de intervención social desde las artes y las humanidades, reuniendo investigadores de diferentes universidades públicas junto a representantes de distintas instituciones. Cuestionarse la orientación de la innovación tiene una gran importancia tanto para la academia como para las distintas áreas de la sociedad, pues conlleva la tarea de dar respuesta a qué puede hacer el gran reservorio de la cultura por la ciudadanía. Este encuentro ha servido para recordar el gran impacto social y político que han tenido desde siempre las obras de la literatura, la música, el teatro, el cine, la historia, la filosofía. En ellas está frecuentemente el origen de la conciencia crítica y de movimientos que fructifican produciendo el cambio social, mientras que su desconocimiento supone la pérdida de una alfabetización fundamental para dirimir los conflictos. Este es, entre otros, el objetivo de los “Diálogos para una innovación crítica”, complemento digital del foro I+D+C, surgido de la colaboración en el Círculo, la Universidad Autónoma de Madrid y la Fundación Banco Sabadell.
La innovación en estos términos supondría desdibujar las fronteras que impiden el acceso a la cultura, de forma que se posibilite una transferencia del conocimiento tan fundamental en sociedades democráticas. El Círculo de Bellas Artes, en cuanto institución sin ánimo de lucro, se hace copartícipe de esta misión en calidad de espacio creativo, difusor y protector de las artes y las humanidades. Uno de los proyectos más relevantes que tiene el CBA a este respecto es “Círculo Solidario”. Su actividad comenzó en noviembre de 2018 bajo la coordinación de Carla López-Cotelo, y está dirigido a dar respuesta a las asociaciones de colectivos vulnerables que solicitan un espacio en el que poder alzar su voz y obtener visibilidad.
La investigadora Clara Navarro Ruiz presentó en el foro I+D+C el proyecto «Precariedad laboral, cuerpo y vida dañada. Una investigación sobre filosofía social» (Precaritylab). El proyecto está dirigido por Nuria Sánchez Madrid y Pablo López Álvarez, profesores de la Universidad Complutense de Madrid. Su investigación pretende analizar el fenómeno de la precariedad laboral estableciendo un diálogo interdisciplinar entre la filosofía, teoría crítica, éticas aplicadas y la sociología. La propuesta apunta a desarrollar cuatro objetivos. En primer lugar, la elaboración de una genealogía de la condición laboral presente. Para ello atienden a los fenómenos de exclusión social, las diversas imágenes de pobreza e indigencia y los discursos que se generan entorno a estos escenarios de marginalidad. En segundo lugar, tienen como objetivo estudiar las intersecciones entre las nociones y realidades del cuerpo, del sufrimiento y de las normas sociales de las prácticas en el trabajo; es decir, las distintas repercusiones que genera el trabajo precario en la percepción del propio cuerpo. En tercer lugar, pretenden realizar un examen del daño dirigiendo la mirada hacia la parte más vulnerable de la sociedad; una atención a todo lo que supone el impacto emocional, moral y social en sus historias propias y compartidas. Por último, tienen como objetivo la elaboración de propuestas y medidas comprometidas con la vida dañada, las cuales puedan servir para revertir el sufrimiento que ha supuesto la precariedad tanto en la identidad personal como en los vínculos sociales. Al menos tres libros se han publicado en castellano en el marco de este proyecto: Precariedad, exclusión, marginalidad. Una historia conceptual de la pobreza;Pertenencias / Exclusiones. Estudios sobre la comunidad y sus límites; y La filosofía social ante la precariedad. Genealogías, resistencias, diagnósticos.
La Sala de Juntas del Círculo de Bellas Artes sirvió como escenario para el primer encuentro «Hablamos de fracaso», integrado en el proyecto europeo REVFAIL, que reflexiona desde un punto de vista filosófico, social, cultural, antropológico e histórico sobre el concepto de fracaso. En esta primera cita, en la que el Círculo quiere ser un foro transmisor de las investigaciones universitarias hacia la sociedad, contamos con nuestro director Valerio Rocco Lozano, Saúl Martínez Bermejo (proyecto REVFAIL), Magally Allegre Henderson (Ex subdirectora de la Cátedra UNESCO de Igualdad de Género en IES, EMULIES), Carlos Giménez (proyecto La Caixa de Intervención Comunitaria Intercultural) y Solène de Pablos (Museo Arqueológico Nacional). Una mesa para agentes sociales, mediadores culturales, historiadoras, filósofas y antropólogas.
«El discurso de quien gana y quien pierde está ahí, pero el fracaso se analiza poco», dijo Saúl Martínez en la introducción. A lo largo de la cita se habló de él desde diversas perspectivas interesantes que fueron desde la mediación cultural a la conciliación de la vida académica y familiar en universidades, pasando por el diálogo intercultural e intergeneracional o la lucha por la resignificación de las palabras.
De izquierda a derecha: Soléne de Pablos, Magally Allegre, Valerio Rocco, Saúl Martínez y Carlos Giménez.
El fracaso de la conciliación
Magally Allegre Henderson destacó la necesidad de revertir la narrativa de fracaso existente en torno a las mujeres que trabajan en la universidad, por un lado a la hora de no ser reconocidas laboralmente con puestos de responsabilidad o jerárquicos y, por otro, por la dificultad a la hora de conciliar su vida laboral y familiar en la Universidad, que es algo que incide directamente en lo primero. En base a diversos estudios con el fin de sensibilizar que realizó su equipo en la Universidad Católica de Perú, descubrieron que un porcentaje muy amplio de mujeres se sentía culpable por atender, según ellas de manera insuficiente, tanto a la familia como al trabajo y se culpaban y atribuían sobre ellas mismas toda la responsabilidad. «De las entrevistas que hicimos a una muestra amplia de mujeres de ciencia y tecnología, todas acabaron en llanto». Y esto habla mucho de cómo la noción de fracaso está tan presente en la vida de las mujeres y de la necesidad de abrir un marco de diálogo en el que ellas sean escuchadas. Las causas por las que la noción de fracaso en la conciliación están tan presentes en las mujeres hoy en día serán mil, pero está claro que primero hay que escuchar a las protagonistas, aprender y después habrá que trabajar en esa nueva narrativa en torno a los roles de género, a los cuidados, a las bajas por paternidad y maternidad, etc.
Nadie interroga a un hombre sobre su deseo de ser padre. Sin embargo, si Sibilia se quedara embarazada, muchas personas justificarían su dedicación a la criatura, animándola a que progresivamente se distanciara del trabajo, a que lo hiciera parcial, y que ella fuera económicamente más dependiente de una posible pareja, o de cuidadoras de la familia, hasta que quizá abandonara de una vez por todas.
Remedios Zafra “El entusiasmo” [Anagrama] pág.66.
Precisamente en esa presión añadida que tiene la mujer reside esa duda permanente ante la pregunta de la maternidad, que es la que provoca que ella siempre tenga presión tanto si decide apostar por el trabajo como si lo hace por la crianza. Parecen sus dos únicas alternativas; cara o cruz. Y esto es algo que puede ser aún más dramático en el caso de una mujer que decida ser madre por su cuenta. Judith Butler aporta una clave interesante acerca del fracaso social derivado de la responsabilidad, cuando esta se considera solo desde la individualidad.
[…] cuanto más acata el individuo esa exigencia de «responsabilidad» respecto a su autonomía personal, más aislado se encuentra desde el punto de vista social y más conciencia tiene de su precariedad; y cuantas más estructuras de apoyo social desaparecen por razones «económicas», más aislado se siente frente a la angustia y el «fracaso moral» que esta situación le provoca. Todo esto se traduce en un notable incremento de la angustia sobre el futuro, tanto el de la propia persona como el de quienes están bajo su cuidado; impone un marco de responsabilidad individual sobre el que sufre dicha angustia; y redefine la responsabilidad en términos de la exigencia impuesta al individuo en tanto emprendedor de sí mismo, justamente cuando las condiciones sociales hacen imposible tan dudosa inclinación.
Judith Butler, Cuerpos aliados y lucha política.
El fracaso en las entidades culturales
Solène de Pablos, del Museo Arqueológico, centró su exposición acerca del fracaso a la hora de llegar a ciertos públicos, en este caso jóvenes, por parte de una entidad como el Museo Arqueológico Nacional. «El hecho de reconocer errores es un buen punto de partida para humanizar a las entidades culturales ante los fracasos». Solène destacó la necesidad de reconocer los errores e indagar sobre ellos a la hora de afrontar un análisis reflexivo y sincero sobre esta cuestión. Sin embargo, lo difícil es medir ese tipo de errores De memoria estamos llenos, pero de fracaso poco y eso que en nuestro trabajo esto está repleto de artistas fracasados, catedrales fallidas, batallas perdidas…pero esto no tiene cabida en los museos, que son como las casas del éxito: los yacimientos más completos, los mejores artistas… Hay una asignatura pendiente porque esta memoria del fracaso sí se podría recuperar de los almacenes. El fracaso no tiene entidad propia. También hay figuras silentes fracasadas, que no están.
«Hay alguien que define qué es el éxito evolutivo y todos los demás somos unos fracasados»
Carlos Giménez comenzó su exposición acordándose de Machado: «Para conversar, primero preguntar, y después, escuchar. En el país faltan muchas preguntas y mucha escucha.» Posteriormente puso sobre la mesa, como antropólogo, los fracasos de los proyectos de desarrollo. Para Carlos hay que redefinir las palabras progreso y desarrollo. «El fracaso no es solo un tema de estudio, es un sufrimiento humano y a mí me interesa analizarlo para mejorar la vida de las personas», apuntó. Posteriormente pasó a analizar el fracaso desde la perspectiva de su propio proyecto sociocultural, que ha desarrollado con Demospaz en más de 36 barrios de toda España. «Hemos aprendido del error y hemos conseguido una mayor participación en todos ellos.». Carlos explica cómo a través de una concatenación de errores y fracasos puestos a estudio, han conseguido mejorar la metodología para que los proyectos que preparan en los barrios sean participativos. Algo que explicó muy bien en una charla anterior en PÚBLICA20.
Carlos Giménez @DemospazUAM «Estamos llevando la diversidad cultural a 36 barrios de España. Hemos aprendido del fracaso y tenemos una metodología que se ha validado. Los términos de cultura y desarrollo están a debate». #Pública20pic.twitter.com/fXjQjk3DqG
Un elemento importante del que habló Carlos Giménez es de la necesidad de escuchar al que no tiene voz habitualmente, al fracasado, para poder encontrar esos espacios imposibles en los que cambiar las narrativas. Ocurre mucho en las ciudades donde se aglutinan emigrados, refugiados o personas del propio país, como los que vienen de la España vaciada, que encuentran en Madrid o Barcelona ese sueño aspiracional y que luego se transforma en un contenedor de fracasos.
Hay deseos que movilizan, pero también logros que frustran
Remedios Zafra, pag.147, El entusiasmo (Anagrama)
Los otros fracasos
La conversación abarcó otros conceptos interesantes para poder llegar a comprender el fracaso desde distintos ángulos. Se habló del fracaso como invento de la modernidad y muy vinculado al capitalismo; también de cuando «Truman introdujo el término de países “subdesarrollados” -explicó Giménez-, que metió en el saco a millones de personas en lo que fue un un truco de dominación. YO defino TU fracaso»; de las ausencias que hay en los relatos culturales ya de por sí patriarcales y capitalistas; de la necesidad de encontrar nuevos diálogos interculturales e intergeneracionales; del Gran Fracaso al que nos encamina el cambio climático; de la llamada «ideología de la productividad» que llega a escuelas, cultura, universidades; o de los «espacios improbables» para imaginar nuevas categorías sobre las que plantear problemáticas sociales.
Una reflexión muy interesante que te recomendamos ver:
I+D+c
Valerio Rocco Lozano, director del Círculo, destacó que este debate será el primero de muchos más, en los que el Círculo, quiere ser un espacio de difusión de este proyecto. Estas mesas del siglo XXII se marcan dentro de una estrategia que trata de impulsar espacios de encuentro que permita una transferencia del conocimiento de las investigaciones humanísticas a la sociedad. «La innovación está en el centro de todos los discursos públicos y oficiales. Se entiende como transferencia del conocimiento a la sociedad, pero esto se ha definido muy bien desde todos los ámbitos, menos desde las artes y las humanidades. El CBA tiene la vocación de ofrecerse como espacio para esa transferencia, una iniciativa que llamamos I+D+c porque pensamos que la “i” en los ámbitos humanísticos se traduce en cultura, compromiso social, conocimiento, crítica, conceptos…y por qué no, de Círculo de Bellas Artes».