una historia del nacimiento de la modernidad cinematográfica

Una historia, que no “historia” a secas, sin artículo, pues la llegada de la modernidad al lenguaje cinematográfico sigue unas sendas no lineales y, como tal, la narración puede realizarse desde varios puntos de vista diferentes y a través de multitud de películas. Ésta es uno de ellos.

2014.11. Resnais, Alain - El año pasado en Marienbad - estatuas 2

El ciclo Una historia de la modernidad cinematográfica que comienza en el Cine Estudio es, por lo tanto, un punto de vista sobre los cambios que tuvieron lugar en la narrativa cinematográfica tras la conclusión de la II Guerra Mundial. Unos cambios que iban a modificar para siempre la forma de realizar, contemplar y reflexionar el cine. Con el final de la contienda una nueva generación de directores, guionistas y espectadores buscan en el cine un punto de reflexión que reflejara desde un prisma diferente los cambios sociales, los avances tecnológicos y científicos, la nueva conciencia que ha creado el fin de la guerra. Para ellos, los cauces tradicionales de la narrativa cinematográfica no son suficientes para recoger esta nueva sociedad. El resto de disciplinas artísticas (la literatura, las artes plásticas, la música) han sufrido esta renovación en la década de los veinte, con la llegada de las vanguardias posteriores a la I Guerra Mundial, pero no es sino hasta este momento cuando esta nueva conciencia llega a la pantalla. La idea de una historia única, narrativa, donde el montaje ayude a la comprensión lineal de las películas comienza a resultar escasa para representar esta nueva sociedad. Los valores miméticos dejan de ser inevitables, la fragmentación comienza a ser concebible también en el mundo del cine, la forma y el contenido ya no tienen por qué ser dos elementos comunes, la estructura lógica pasa a ser sólo una opción entre otras posibles, la psicología comienza a alcanzar la relevancia de la narración. La modernidad no será un modelo que se impone sobre las formas clásicas, sino una nueva manera de narrar y escribir la imagen que coexiste con ellas. A lo largo de la década de los 50 el cine madura este nuevo concepto y da lugar a una larga lista de películas que modificarán para siempre la narrativa cinematográfica.

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ciclo: eichmann en jerusalén. un estudio sobre la banalidad del mal

En 2013 se cumple el 50 aniversario de la publicación de uno de los libros fundamentales para el pensamiento occidental, Eichmann en Jerusalén: Un estudio sobre la banalidad del mal. La polémica obra de Hannah Arendt toma el juicio contra el SS Adolf Eichmann, uno de los principales ideólogos y ejecutores del Holocausto, como punto de partida para elaborar una amplia reflexión sobre la actitud y comportamiento de los hombres que organizaron la Shoah y sobre las causas y consecuencias del auge y caída del totalitarismo en la sociedad europea. Retomando el mismo título de la obra de Arendt, el Cine Estudio elabora un ciclo con cuatro películas que sirven como ilustración de las conclusiones elaboradas por la filósofa alemana.


Juicio a Eichmann en Jerusalén (1961)

El ciclo toma como punto de partida Hannah Arendt, la película con la que la cineasta Margarethe Von Trotta elabora una biografía de la filósofa a través de los cruciales años en los que acudió a Jerusalén para presenciar el juicio a Eichmann como enviada especial del periódico The New Yorker. Una cinta que ilustra las condiciones en las que Arendt concibió su obra y reflexiona sobre el concepto de la banalidad del mal enunciado por la pensadora, tan criticado en su momento y hoy convertido en pieza clave para el análisis de las atrocidades cometidas por el nazismo durante el Holocausto.

Para completar el debate, tres películas claves para la reflexión sobre este concepto. Alemania  año cero es la cinta que concluye la trilogía neorrealista que Roberto Rossellini había abierto tres años antes con Roma, ciudad abierta. Rossellini viaja a la Alemania destrozada por la contienda para elaborar una estremecedora plasmación del deterioro moral de la sociedad alemana a través de los ojos de un niño educado bajo los parámetros del nazismo. Vencedores o vencidos es uno de los títulos clave del cine realizado por los grandes estudios norteamericanos en la década de los sesenta. Su director, Stanley Kramer, reproduce en pantalla los juicios de Nuremberg con los que los países aliados cerraban legalmente la conflagración mundial condenando a los principales colaboradores del nazismo y a los organizadores del Holocausto. Con un reparto excepcional que reunía a las principales figuras del cine norteamericano del momento (Spencer Tracy, Burt Lancaster, Richard Widmark, Marlene Dietrich o Montgomery Clift, que deja en la película una escalofriante interpretación en el que fue su último gran papel en el cine), el descriptivo título original de la película (Judgement at Nuremberg) encontró problemas con la censura franquista, que lo transformó en un tramposo ¿Vencedores o vencidos? intentando plasmar una imposible equidistancia entre los dos bandos enfrentados en la contienda. El ciclo se cierra con la película de Ingmar Bergman El huevo de la serpiente, una escalofriante reflexión del germen del nazismo a través de la figura de un americano que al llegar a la Alemania de la República de Weimar se encuentra sumergido en una sociedad en la que la depresión económica y el miedo transforman ciegamente los valores éticos fundamentales y terminan generando las bases necesarias para el desarrollo del totalitarismo.

Un aviso: aunque como bien sabéis todas las películas del Cine Estudio se exhiben en versión original subtitulada, en este ciclo dos de ellas (¿Vencedores o vencidos? y El huevo de la serpiente) se proyectarán en versión doblada. La imposibilidad de encontrar copias en buen estado en versión original y la excelente calidad del doblaje en ambas nos ha movido a ello: aunque sea algo que se sale de la norma del Cine Estudio, la importancia de ambas películas para un ciclo como éste nos ha hecho valorar que era mejor incluirlas en versión doblada que eliminarlas de nuestra programación.

Os animamos a disfrutar de este ciclo en el Cine Estudio y a reflexionar a través de estas películas sobre un concepto tan controvertido como el del auge del totalitarismo, una amenaza siempre presente en nuestra sociedad.

Aquí os dejamos toda la información sobre el ciclo, ¡¡os esperamos!!

en los bosques de la noche: antología del cine de terror 1931-2008

Un verso del poeta inglés William Blake da título a En los bosques de la noche: Antología del cine de terror 1931-2008, amplia retrospectiva del género que arrancó ayer en el Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes. La intención de En los bosques de la noche es realizar una recopilación de las mejores películas de terror de la Historia del Cine, al mismo tiempo que recoger las principales aportaciones a las diferentes vías (esto es, subgéneros) abiertas dentro del terror a lo largo de sus más de cien años de historia.

El ciclo arranca en 1931 por ser éste el año clave para el asentamiento definitivo del género gracias a las aportaciones de la Universal. En ella habían recalado gran cantidad de cineastas judíos alemanes que, ante el ascenso del nazismo, habían huido a Hollywood y llevan al cine americano los parámetros del cine expresionista en el que se habían movido en su país de origen, dando un nuevo aspecto visual a un género que hasta entonces no había terminado de arrancar en EE.UU. Se recogen en la retrospectiva El doctor Frankenstein y La novia de Frankenstein (James Whale, 1931 y 1932), dos clásicos canónicos del género, y una auténtica rareza salida de la misma factoría: la muy poco conocida versión para el mercado hispanoamericano del Drácula de Tod Browning y Bela Lugosi. Si el equipo del director norteamericano filmaba sus escenas durante el día, por la noche lo reemplazaba en el estudio un grupo de rodaje integrado por artistas sudamericanos para trabajar en su versión paralela, imprescindible dado que en estos primeros años del sonoro no existía todavía el doblaje. Si bien prácticamente todas las películas rodadas con este curioso formato eran clones del original norteamericano, esta versión de Drácula (George Melford, 1931) ofrece numerosas variaciones respecto a su punto de partida, dando lugar a una película de calidad no menor que disfrutarán todos los seguidores del género. Y junto a estas tres cintas, una de las películas más inclasificables e impresionantes que jamás se hayan rodado, Freaks, la parada de los monstruos (Tod Browning, 1932), cinta realizada con actores no profesionales pertenecientes a uno de los sideshows norteamericanos que llevaban en ruta al modo circense a personas con todo tipo de amputaciones y deformidades, y con uno de los finales más escalofriantes que ha dado el género.

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