Una guitarra que “llora monótona” es el símbolo de unión entre las tres almas protagonistas de A Rosalía de Federico: Rosalía de Castro, Federico García Lorca y Amancio Prada. Fue en el verano de 1969 cuando el compositor y cantautor leonés obtenía como premio, en el Festival de la Juventud de Alar del Rey, 10.000 Pesetas, que era justamente el precio de una guitarra que había visto en Valladolid. Tras adquirir la guitarra, viajó a París, y fue en la ciudad del Sena donde compuso, con la guitarra que ganó cantando a Rosalía, su primera canción sobre versos de Federico.