Nathaly Ossa: «La música es revolución, una orquesta es un acto político»

Nathaly Ossa con la conferencia de Los lunes, al Círculo ¿Sólo música? Recorrido por los programas de transformación social a través de la música que están cambiando el mundo vino al Círculo de Bellas Artes a poner en valor los proyectos musicales que han sido capaces de cambiar y transformar la sociedad y a reivindicar su carácter político y revolucionario. La charla se vincula al concierto solidario que el Cuarteto Quiroga realiza en favor de Música ANPIL, una asociación que trabaja desde estas premisas con los niños y niñas de Haití.

Nathaly Ossa en un momento de la charla en Los lunes, al Círculo. Autor: Miguel Balbuena (CBA)

En incontables ocasiones la música ha servido para hablar a través de sus letras de compromiso social, feminismo, libertad, lucha, solidaridad… Sin embargo, Nathaly en esta conferencia fue un paso más allá al transmitir lo que la educación musical en sí tiene de revolucionario: como contrapeso a la destrucción, ofrece creación; contra la miseria, belleza; contra la guerra, arte. Sería algo así como destacar, no tanto el resultado o producto final, sino el proceso de cambio y transformación en el que está inmersa activamente la propia comunidad —no como mera receptora pasiva—, lo que le da aún mucho más valor.

Se suele decir que la cultura no es tan prioritaria en una sociedad en estado de shock, ya sea porque ha pasado un período de guerra, crisis, violencia, represión, dictadura o incluso después de una catástrofe natural; que lo primero es el hambre, la estabilidad económica, la sanidad…, pero Nathaly nos muestra a través de auténticos héroes como el maestro Abreu en Venezuela, Ron Davis en Suecia, Ahmad Sarmast en Afganistan, Jorge Peña en Chile o Juan Guillermo Ocampo en Colombia, que la música puede ser motor de cambio para una comunidad.

Si algo tienen en común todos ellos es que están locos porque si en Medellín en el 97 o el 98 nos dicen que frente al hambre, la muerte y la destrucción la solución es la música, es absurdo. No tiene lógica, pero a partir de las escuelas de música se crearon escuelas de teatro y danza, bibliotecas, sistemas de transportes en los barrios… la revolución en Medellín fue increíble.

Nathaly Ossa en Los lunes, al Círculo

Nathaly Ossa vivió en sus propias carnes la salvaje violencia narcoterrorista del cartel de Medellín y por eso destaca la importancia de la creación de la Red de Escuelas de Música de la ciudad en 1996 promovida por Juan Guillermo Ocampo. Un programa que más allá de la educación musical buscaba una formación personal de la juventud y que acabó por ser uno de los proyectos públicos bandera del municipio.

Fue muy duro para nosotros ver que por series y películas parecía como que lo que pasó fue algo bueno, cuando fue destructivo y horroroso. El cartel aquel de ¡Oh, blanca Navidad! en Sol, que tanta gracia hizo a algunas personas, para nosotros fue algo muy doloroso porque la lucha ha sido enorme. Más allá del emprendimiento y la innovación, el símbolo de Medellín son las políticas públicas que se han constituido en planes de desarrollo mantenidos en el tiempo y que han puesto por delante de todo la educación y la cultura, y sobre todo la música

Nathaly Ossa en Los lunes, al Círculo

Aún recuerdo aquel cartel y cómo se hablaba en torno a la apología de las drogas y a la libertad de expresión o a los límites del humor —discusiones eurocentristas—, pero es cierto que apenas se comentó el hecho de que esto fue algo muy traumático para un país como Colombia. Quizás nos falta demasiada empatía y cultura para reconocer estas cosas. Pero los datos igual sí que nos pueden dar una perspectiva del guantazo histórico que nos merecemos. Entre 1989 y 1993, en pleno auge del Cartel de Medellín, murieron alrededor de 5.500 personas en más de 620 atentados; entre ellos había población civil, con más de 400 muertos y más de 1.700 heridos. Estamos hablando de que en esos cuatro años, las víctimas durante el terror de Pablo Escobar multiplican por siete a los asesinados por ETA en los 35 años que van desde la muerte de Franco en 1975 hasta el último asesinato en 2010. ¿Alguien se puede imaginar la que se montaría si una publicidad de una serie sobre ETA hiciera alguna alusión jocosa del estilo de la de Narcos?

Volviendo a la intervención de Nathaly, hizo mención al narcoturismo surgido a partir de la serie, que llevaban a muchos a seguir los pasos de los narcos y a fotografiarse frente al edificio Mónaco, que simbolizaba el poder de Pablo Escobar. Indignada, recurrió al sarcasmo para explicar que «esto fue lo que el pueblo en votación pública decidió hacer con respecto a este edificio…»

Se implosionó. Sí. Vengan a tomarse al foto con los tres árboles que quedaron aquí. Después, hubo un concierto de la Filarmónica de Medellín, todos con máscaras contra el polvo. El 80% eran niños en el 96 cuando empezó la Red de Escuelas de Música de Medellín. Es una ciudad que dice no a esto y sí al arte, la cultura, la música, la educación.

Nathaly Ossa en Los lunes, al Círculo

Muchos años después, la ciudad de Medellín votó y se puso de acuerdo para borrar el mayor símbolo del terror narco que aún quedaba en pie. Y de nuevo surgen paralelismos, aunque evidentemente habría que establecer muchas diferencias, pero a mí me vienen a la cabeza algunos monumentos sobre los que aún hoy se duda que destino darles, como la Cruz del Valle de los Caídos. Algunos quieren dejarlo como está, otros derribarlo y otros darle un sentido, como cuando Winfried Nerdinger decía en la revista Minerva que «los monumentos que son representativos de la historia deben conservarse como lugar para producir diálogo. Resulta perturbador, pero se puede aprender de ellos.»

La conferencia está plagada de héroes anónimos a los que hemos mencionado anteriormente. José Antonio Abreu crea en 1975 el Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela —conocido popularmente como El Sistema—, que ofrece educación musical pública y gratuita y que se ha mantenido incluso en la Venezuela de hoy, inmersa en una crisis ideológica, económica y política. «Abreu hizo que la música se expandiera y que pasara a ser de mayorías para mayorías», explicó Nathaly, quien recordó los sueños ilimitados de los niños que generó Abreu, quien solía decir: «A través de la lucha llegan los sueños posibles, y gracias a ellos se forman repertorios, orquestas y giras imposibles».

Ron Davis Álvarez es uno de los chicos que surgieron de El Sistema para convertirse en grandes músicos comprometidos. Después de conformar la primera orquesta en Groenlandia de niños inuits en 2011, emigra definitivamente por la crisis y en 2016, en Gotemburgo, funda la Dream Orchestra conformada por niños y jóvenes, entre 8 y 19 años, refugiados de la guerra y la violencia de Siria, Afganistán, Irak, Irán, Palestina, Kurdistán, Albania, Eritrea, Angola y Somalia, con el objetivo de integrarlos a la sociedad sueca. Son más de 60 integrantes que nunca antes habían tocado un instrumento. «Los refugiados -puntualiza Nathaly- suelen ser vistos como gente rara, de otra cultura, extraños… si los ves tocando en una orquesta todo cambia.» La música como lenguaje universal.

Ya le gustaría a Superman haber salvado tantas vidas como a Ahmad Sarmast y en un clima en el que no te enfrentas a un villano, sino a las tradiciones y las costumbres más horribles incrustadas en sociedades enteras. El fundador del Instituto Nacional de Música de Afganistán en 2010, había emigrado con la llegada de los talibanes al poder. Cuando su poder cayó, regresó a un país devastado para volcar sus esfuerzos en los niños de la calle y las niñas en general y revitalizar la música que había estado prohibida. «La música transforma dramáticamente la vida de los niños» dice, y con esa premisa ha trabajado siempre. Incluso después de que atentaran contra él, en un ataque en el que murieron dos personas y en el que perdió parte de la audición en sus dos oídos y que le dejó secuelas psicológicas. Fue operado en Australia, donde le salvaron la vida y después de aquello, ¿qué hizo? Regresar a Afganistán y formar a las primeras mujeres directoras de una orquesta conformada a su vez solo por mujeres, la Orquesta de Zohra. «Hoy son un símbolo de lo que Afganistán ya no quiere perder», asegura Nathaly. La resistencia y la perseverancia acabaron con una pequeña transformación.

Por último, antes de mencionar a Vivaldi, como uno de los primeros músicos en volcarse con los más desfavorecidos, recordó a Jorge Peña que, inspirándose en los proyectos de la educación pública de EEUU funda en 1964 la Orquesta Infantil de La Serena en Chile. Con la llegada de la dictadura de Pinochet, Peña fue torturado y fusilado en 1973. Había sido apresado bajo la burda acusación de introducir armamento en estuches de instrumentos para niños. La actual Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile, conocida como la FOJI, creada en 2001, se inspiró en su trabajo. De nuevo la belleza triunfa sobre la barbarie.

Este viaje nos muestra que la música nos da una capacidad de lucha, que es un elogio a la dificultad, que nos da la capacidad de soñar y de saber que no hay nada imposible; es una excusa de resistencia ante la opresión y el fundamentalismo, es revolución porque una orquesta es un acto político y al mismo tiempo es transformación por el derecho infinito que tenemos las personas, los países, para reinventarnos para volver a comenzar una y otra vez.

Nathaly Ossa en Los lunes, al Círculo

Próximas citas de Los lunes, al Círculo.

La fiesta y la revolución: el 8M

La relación histórica y simbólica entre fiesta y revolución es compleja y contradictoria. La revolución en tanto fiesta siempre alienta en la mente y en el cuerpo como momento(s) de lo subjetivo –subjetividad, en todo caso, colectiva e individual–. Por lo demás, también en ese ámbito, su ambición consiste en apertura, intentando fundar un nuevo tiempo. Y al contrario, la fiesta como memoria institucionalizada sirve al tiempo de cierre (¿definitivo?) de dicha apertura. La fiesta está en la película de «El gran río. Resistencia, rebeldía, rebelión, revolución» #4R en un episodio que trata de esa contradicción y esa deriva, pero también, sin duda, ese momento. Como escribió el poeta Charles Peguy, «la fiesta es un levantamiento en masa, y el levantarse en masa es una fiesta». El rumor de la calle, de la fiesta, siempre está ahí para hacer tambalear el orden social¹.

La fiesta también puede constituir ese momento que queda ya fijado en un calendario y que rememora ese acto que marcó un hito. En nuestro tiempo cada día es el día de algo, y quizás en ocasiones las reivindicaciones se diluyen tras las celebraciones. Es difícil abstraerse una vez que esos días especiales forman parte de esa realidad paralela que conforman nuestras redes sociales. Ahora reivindicamos, nos manifestamos, de forma virtual. Me adhiero con un like, un fav, un retuit, pero salir a la calle ya es otro tema. Vivimos en plena urgencia, sin tiempo para nada; en la boca el «no puedo». Las redes de alguna manera nos hacen protagonistas virtuales en un espacio que realmente poco puede cambiar si no lo cambiamos allí donde se puede: la calle, ese espacio simbólico donde la adhesión sí se tiene en cuenta, donde se forman los ríos y las riadas, donde el orden se tambalea.

Las grandes fiestas revolucionarias son aquellas en las que todos de alguna manera se ven a sí mismos como actores. La masa al completo pasa a ser protagonista, libre de ataduras, l@s que la integran están entre pares a los que reconocen con un pensamiento común que se considera justo. Ese que siempre ha estado ahí y que a veces por circunstancias externas o incluso por autocensura nunca sale. Y cuando lo hace, cuando podemos expresarlo, nos desborda a nosotros mismos con resultados inesperados.

El ejemplo de la manifestación feminista del 8M puede bien valer para corroborar la cantidad de gente que compartía sin saberlo, no solo un mismo pensamiento, no solo una misma reivindicación, sino un mismo sentimiento colectivo, un hartazgo que echó por tierra todas las previsiones. Había un renacer general de una esperanza nueva, una promesa

Hasta 1975 en el que la ONU fijó el Día Internacional de la Mujer, las reivindicaciones feministas se habían celebrado desde el XIX en diversas fechas. Muchas mujeres han trabajado duro para conquistar derechos desde tiempo inmemorial, pero por lo menos en España, no se había producido un desborde como el del 8M de 2018 en el que además, se celebró la primera huelga feminista, en la que pararon muchos colectivos, entre los que, por ejemplo, destacamos el de las periodistas por su papel amplificador.

Hoy la tecnología y los estudios permiten hacer pronósticos de casi todo, pero hay sentimientos que afloran en un momento concreto, todos a la vez, que generan un vínculo cuyo resultado no puede ser cuantificado y que está fuera de la lógica materialista³. La manifestación se convirtió en una revolución inesperada y ni mucho menos violenta viniendo del sexo que da la vida (4). Sus efectos se hicieron sentir casi de inmediato, en cuanto que distintos agentes sociales que se habían mostrado distantes y reticentes, quisieron apuntarse al carro sobre la marcha, unos por interés, otros quizás porque se convencieron con las razones. Y hoy estamos asistiendo al gobierno con mayor número de ministras de la historia, así como a un debate sobre políticas familiares, de violencia de género, educativas, de conciliación e igualitarias…, que hace tiempo que no estaban tan de actualidad.

Parece incuestionable que la fiesta revolucionaria parte de una adhesión completamente libre. Y de esa libertad común y compartida surge la felicidad de no encontrarse sol@. En ese 8M hubo sonrisas, lágrimas, cánticos, abrazos, mensajes, pintadas… jóvenes repartiendo flores y lazos… Y un color, el morado —que para el que no lo sepa, es histórico en la lucha feminista desde principios del XX—. La noche fue larga. Un día así lo merecía. La fiesta reivindicativa se convirtió en felicidad.

La parafernalia de la fiesta revolucionaria, también interesante, jugó su papel. Las pintadas en las paredes fomentaron el entusiasmo, arroparon a las protagonistas, revitalizaron el mensaje y lo propagaron invitando a pensar y reflexionar en espacios en los que uno no está habituado, en una calle, una esquina, una estatua que nunca te llamó la atención, pero ahora sí.

El feminismo espera ahora a que esa fiesta se constituya en una revolución real y lleve consigo esos cambios sociales que se buscan. Si no, podría quedar ese regusto de Mayo del 68, bonito, pero poco útil (5). Los políticos parece que han captado algún mensaje, pero no deben dormirse porque queda mucho por hacer y los ríos pueden desbordarse de nuevo.

La fiesta y el feminismo desde el punto de vista del conflicto en la historia, son dos de los aspectos que se tratan en la exposición «El gran río. Resistencia, rebeldía, rebelión, revolución» #4R, que puedes ver en la sala Minerva (planta baja) del Círculo de Bellas Artes hasta el 26 de agosto de 2018 en horario de martes a domingos de 11h a 14h y de 17h a 21h.

 

FOTO PRINCIPAL: Autor Martín Pintado: intagram @creativepintado (www.creativepintado.com)

NOTAS

¹ El rumor de la calle. Entrevista con Manuel Delgado en Minerva 6.

² Mona Ozouf, La Fête révolutionnaire. «Para que una revolución pueda ser tal, ¿qué es lo que resulta imprescindible? Un pueblo que arranca con buen paso, una puesta en camino irreflexiva y que no había sido preparada, una esperanza nueva, un movimiento que va en dirección a una promesa: es la primera imagen de la fiesta». Incluida en el catálogo de la exposición El gran río. Resistencia, rebeldía, rebelión, revolución #4R, así como en el Atlas de la muestra (hasta el 26 agosto) y abierto a consulta en la web del CBA.

³ «El proyecto histórico de la vida, del vínculo, de la fiesta, del placer, y el proyecto histórico de las cosas. El proyecto histórico de las cosas produce individuos. El proyecto histórico de los vínculos produce comunidad, colectividad».
Entrevista con Rita Laura Segato en Minerva 28.

4 Simone de Beauvoir El segundo sexo. Laura Freixas también la cita en esta entrevista del CBA.

5 Jean Baubérot en Laicidad y dialéctica de la Minerva 12 cuenta que Mayo del 68 lo vivió más «como unos fuegos artificiales, que como el comienzo de algo… fue una gran fiesta».

 

Textos del vídeo:

“A vous qui ignorez la fête de Capet mort sur l’échafaud, Rois craignez qu’un jour votre tête ne fasse aussi le même saut”. [«Vosotros que ignoráis la ?esta / del Capeto muerto en el cadalso, / reyes, cuidad que vuestras cabezas / no vayan a dar el mismo salto»].
[Copla cantada en 1793 en una ?esta en Conches, en un simulacro de ejecución]

«Una feliz edad en la que nada marcaba las horas, tiempo sin empleo de tiempo, ?esta sin divinidad».
[Ozouf, La fête révolutionnaire –cita interna de Jean Jacques Rousseau, Ensayo sobre el origen de las lenguas]

«Libertad compartida, sentirnos cada uno igual que el otro. Imagen en sí misma indivisible? de un encuentro humano multiplicado de forma inde?nida. Un pensar en común».
[Starobinski, La invención de la libertad]

«La ?esta como la revolución, vive a partir del poder que une».
[Michelet, Histoire de la Révolution française]

«Cuando la alegría de uno es la de millones, emancipados a la vista del cielo».
[Wordsworth, The Prelude]

Racismo, un “elefante en la habitación” sobre el que reflexionar

Franz Fanon aparece citado en la expsoición El Gran Río para hablar de racismo.

El 4 de abril de 1968 en Menphis, hace algo más de 50 años, fue asesinado Martin Luther King, principal abanderado del movimiento por los derechos civiles para los afroamericanos. Y hace casi 55 años ya del «Tengo un sueño», su directo y maravilloso discurso de 1963 ante el monumento a Abraham Lincoln en Washington DC y frente a más de 200.000 personas.

La historia pacífica y rebelde de Luther King arranca tras el incidente de Rosa Parks, una mujer afroamericana que en un trayecto de autobús se niega a levantarse para ceder su asiento a un blanco que ni siquiera lo había pedido. El encarcelamiento de esta mujer hizo que King iniciara un boicot pacífico contra los autobuses de Montgomery que acabó por derogar la segregación racial en el sistema de transporte existente entonces en los EE.UU. Ella no había sido la primera en rebelarse de una manera espontánea y, como recoge la comisaria de El gran río. Resistencia, rebeldía, rebelión, revolución, Lucía Jalón, en el ensayo que abre el catálogo de la misma: «Frantz Fanon en Piel negra, máscaras blancas denunciará la ceguera de quien piense que el individuo se rebela por efecto de un discurso o tras el descubrimiento de una razón; si lo hace es porque simplemente le era imposible, en más de una acepción, respirar» (1).

«Continúen trabajando con la convicción de que el sufrimiento que no es merecido, es emancipador» decía Martin Luther King en aquel discurso memorable. Hoy, después de que hombres y mujeres como él dieran la vida literalmente por la igualdad, Estados Unidos cuenta con un presidente como Donald Trump que no condena las manifestaciones neonazis en Charlottesville en un país que, hay que recordarle, luchó contra el nazismo en la II Guerra Mundial, donde murieron alrededor de 174.000 estadounidenses; se pregunta en una reunión sobre inmigración por qué van a los EE.UU. personas de «países de mierda» de África y Latinoamérica; ha tenido juicios por discriminación racial en sus empresas; habla de mexicanos como violadores y delincuentes y les quiere poner un muro en la frontera; o, entre otros, llama «hijos de puta» a los jugadores de la NFL que, haciendo uso de su libertad de expresión, hincan la rodilla durante el himno como protesta por los enésimos casos de brutalidad policial contra afroamericanos.

Esta lucha por la conquista de los derechos civiles por parte de los afroamericanos es un penoso caminar entre asesinatos, juicios de todo menos imparciales, maltratos, torturas, palizas, linchamientos e injusticias de toda índole. Luther King, Malcolm X, Medgar Evers, Elizabeth Eckford, Ella Baker y un sinfín de activistas anónimos fueron, granito a granito, ciudad a ciudad, estado a estado, acabando con la segregación en comercios, universidades, transportes, aseos…

Este conflicto no ha pasado desapercibido en la exposición #4R «El gran río. Resistencia, rebeldía rebelión, revolución», donde además, se hace mención también a los movimientos anticoloniales, tanto en la película sobre la que gira la muestra, como en el catálogo o el atlas de la misma. Pese a que la lucha por los derechos civiles en EEUU se ha producido en un país en teoría democrático y es diferente a la emancipación y los movimientos anticolonialistas, ambas tienen en el racismo, la violencia ejercida contra ellos, la resistencia y paciencia infinitas o la frustración, algunos denominadores comunes.

«Mi apellido: ofendido; mi nombre: humillado; mi estado: rebelde» Aimé Césaire.

Algunos, ya no podían respirar más, no querían esperar tanto. «He sido paciente, pero la paciencia tiene límites. Más allá de ellos se vuelve cobardía» (2), decía George Jackson, líder de los panteras negras, asesinado en la cárcel. Un blanco, Bob Dylan, le dedicaba un tema poco después en el que cantaba: “Sometimes I think this whole world / Is one big prison yard / Some of us are prisoners / The rest of us are guards” (A veces pienso en que este mundo / es una gran prisión / Algunos de nosotros somos prisioneros / El resto de nosotros somos guardias).

El discurso y las acciones radicales, tanto de panteras negras como del Frente de Liberación Nacional argelino, por ejemplo, tampoco tuvieron a la larga el efecto deseado. Ni desde la radicalidad ni desde el pacifismo se han conseguido los plenos objetivos reales ni en las antiguas colonias ni en los EE.UU. —quizás sí en la teoría, pero no en la práctica—. Hoy la desigualdad racial en los EE.UU. sigue ahí, y en las antiguas colonias africanas vemos quiénes explotan las riquezas de los países y cómo se mueve de manos el poder. «En las colonias, funcionarios e inspectores se esfuerzan a lo largo de los años en aplicar programas específicos destinados a hacer del negro un Blanco. Al final lo dejan y le dicen: no hay ninguna duda que tenéis un complejo de dependencia con el Blanco» F. Fanon (3).

Esa conciencia que adquiere el negro sometido por llegar a ser un blanco, se convierte en una molestia para los europeos cuando vemos que para su consecución vienen a establecerse entre nosotros. Un efecto boomerang que conllevaría justicia poética si no fuera porque realmente los africanos siguen perdiendo, siguen sin llegar a ser blancos, aún saltando vallas y atravesando mares y fronteras. Es evidente que el tema colonial no se ha solucionado, ni se ha explicado convenientemente, no solo allí en África, tampoco en Europa. Y a medio y largo plazo, viendo el percal, no sería descartable que se produzcan movimientos masivos por los derechos, ya no civiles como los que perseguía King, sino humanos.

«Ambos hemos olvidado la esclavitud. En África son, sobre todo, los dirigentes políticos los que nos hacen olvidar esta parte central de nuestra historia. Es un tema que potencialmente puede incitar a la rebelión contra los antiguos colonizadores y que no se toca demasiado en las escuelas. Es fundamental que nuestros niños conozcan la historia africana anterior a la colonización. […] África no siempre ha sido sinónimo de pobreza. […] Por lo demás, tampoco en Europa se cuenta la verdadera historia de la colonización y de la esclavitud. Y ésta es la causa central de que exista el racismo. A los negros se nos sigue viendo en Occidente como los antiguos esclavos. Resulta fundamental que los occidentales tengan claro quién fue el agresor que organizó la colonización y la esclavitud», decía el músico costamarfileño Tiken Jah Fakoly en 2007, cuando vino a cantar al CBA (4).

El mismo Fanon, que murió en 1961, ya se anticipaba entonces a los problemas que surgirían en torno a la redistribución de la riqueza después de que las colonias recibieran su «independencia». De una manera poética lo podemos ver también en el episodio Piel de la película de El gran río, donde se incluye un precioso y no menos duro poema de Jacques Roumaine, que lo cierra y que puedes ver a continuación.

Angela Davis, activista estadounidense, que ha padecido el racismo en sus propias carnes decía: «En la lucha para conquistar los derechos humanos fundamentales se conmina a los negros a ser pacientes y se nos dice y aconseja que mientras seamos fieles al orden democrático existente, el momento de gloria en que nos convirtamos en seres humanos de pleno derecho habrá de llegar tarde o temprano. Una amarga experiencia nos dice que existe una explosiva incongruencia entre la democracia y la economía capitalista, que es fuente de todos nuestros males. […] El pueblo no posee un poder decisivo sobre los factores que gobiernan su vida». Political Prisoners, Prisons and Black Liberation.

Se produce una frustrante emancipación incompleta en el ámbito colonial, y, por otro lado, abusando del oxímoron, una igualdad incompleta también en esa conquista de los derechos civiles por parte de los afroamericanos en los EE.UU.

Esto último se refleja también en un ejemplo ya citado sobre la violencia policial contra los negros que provocó en 2017 la protesta general de los jugadores de la NFL y, posteriormente y ante los ataques del mismo Donald Trump, de la solidaridad de los jugadores de la NBA. Y no solo afroamericanos. Muchos jugadores y directivos blancos de estos equipos han apoyado este movimiento y llaman la atención sobre el racismo latente, el tema que todos saben que existe, pero del que nadie quiere hablar, el “elephant in the room” citado, por ejemplo, por Gregg Popovich, entrenador blanco de los San Antonio Spurs con 5 anillos de la NBA y también de la selección estadounidense hasta 2020. Es curioso ver la importancia que en EE.UU. tiene lo popular, como el baloncesto, el fútbol americano, o la propia música, a la hora de mojarse políticamente e invitar a reflexiones profundas de una manera accesible a todos. ¿Alguien podría imaginarse a Lopetegui, Cholo Simeone o a Zidane hablando abiertamente del racismo también existente en Europa? Allí Popovich, con un moderado talante, reivindicaba «para cualquier cambio posible la necesidad de introducir en el discurso un elemento incómodo, y especialmente entre los blancos por el hecho mismo de que nos sentimos cómodos». Algo que extrapola a todos los movimientos por la igualdad: mujeres, LGTB, etc.

En España, mientras siguen ahogándose africanos que tratan de llegar a nuestras costas en patera, tenemos otro “elephant in the room” sobre el que deberíamos empezar a incomodarnos para tratar de llegar a soluciones que no pasen por el repugnante «aquí, no, negro». Quizás sea hora de aprender de todos los errores cometidos a lo largo de esta historia de racismo y conflicto, tanto durante la colonización y tras el proceso descolonizador, como durante la lucha por la igualdad de los afroamericanos en EE.UU. Porque sí, es incómodo reconocer que hay un sistema cuya máquina devora a los más débiles, que son engullidos por el color de su piel, por su (no)patrimonio, su sexo… Este estadio de reconocimiento es el único que nos puede llevar a tomar decisiones que reviertan la desigualdad, el racismo o el machismo.

 

BIBLIOGRAFÍA

  1. Catálogo El gran río. Resistencia, rebeldía, rebelión, revolución. p. 14.
  2. George Jackson. Soledad Brother. The Prison Letters of George Jackson. Del Atlas #4R.
  3. Frantz Fanon. Peau noire, masques blancs. También en el Atlas #4R.
  4. El pulso de África. Entrevista de Minerva 7 a Tiken Jah Fakoly.

 

Fallece Juan Hidalgo, el último ZAJ

Ayer por la noche, en plena presentación de la exposición El gran río. Resistencia, Rebeldía, Rebelión, Revolución nos sobrecogió la noticia del fallecimiento del último miembro de la terna fundadora de ZAJ, Juan Hidalgo. Desde que comenzó el proyecto sobre el que gira esta exposición, #4R, hemos hablado mucho de las revoluciones, de rebeldía, y lo cierto es que nos viene que ni al pelo hablar de Juan Hidalgo porque él, junto a Walter Marchetti y Ramón Barce, sus compañeros de correrías —al principio, ya que después se incorporaron Esther Ferrer, Tomás Marco, José Luis Castillejo…— , también fueron unos revolucionarios, no solo de la música en la que se formaron.

En el arte también encontramos esa rebeldía, ese desbordar, ese salirse de la corriente natural, esa «gran voluntad de ruptura» de la que hablaba el propio Barce, y más, en la difícil coyuntura que se planteaba entonces en plena dictadura franquista.

«Por eso decidimos no pedir nunca permiso para nada. No nos lo planteamos como una cuestión política, en aquel momento estábamos muy implicados en el proyecto de Zaj y nos parecía mucho más importante que Franco» decía Walter Marchetti.

En este apartado, aunque la cuestión política no parecía ser el planteamiento inicial de su música, sí que tuvieron cierta simpatía, como Marchetti aseguraba, por el anarquismo. De ahí esa maravillosa frase de Hidalgo:

«Mi padre es John Cage, aunque me llame Hidalgo; Marcel Duchamp, mi abuelo, aunque no se llame Cage; el amigo de la familia, Erik Satie, y el amigo de los amigos, Buenaventura Durruti»

Zaj convertía sus conciertos en acontecimientos, en experiencias y desafíos más allá de la música en las que premeditadamente o no, surgían reacciones, reflexiones, respuestas, cuestionamientos, contradicciones… Algo que sucedía no solo en el espectador de sus veladas musicales, sino incluso en los receptores de sus mensajes e invitaciones en forma de arte postal y cartelería. Precisamente, el primer acto Zaj, no fue un concierto en sí, sino una invitación, un traslado imposible (y ya cumplido cuando la recibieron los invitados) del atrezzo necesario para la primera velada musical que celebraron.

«El grupo decidió iniciar su andadura con una invitación imposible y un recorrido urbano consiguientemente anónimo, demostrando que quería incidir en lo que su propuesta iba a tener de desubicación y alteración de las reglas del juego.» Henar Rivière Ríos.

Primera invitación ZAJ.

«Invitábamos a la gente a algo que ya había sucedido» decía Barce sobre esta primera convocatoria. Algo que repetirían durante más tiempo con su arte postal en el que enviaban mensajes, incluso con instrucciones: «abra usted la ventana y escuche el rumor de la calle».

Una ruptura en las reglas del juego que entra dentro de lo revolucionario que «siempre tiene algo de creativo, hipnótico y festivo; que supone algún tipo de ruptura; el deseo-de-que-por-fin-pase-algo-de-una-vez; tiene una promesa de aventura con un espíritu adolescente y juvenil», entresacando algunas palabras de David Sánchez Usanos, comisario de la exposición mencionada.

Un juego que plantea preguntas, que sugiere, provoca y desata la imaginación del receptor abriendo un espacio de incertidumbres. Ese primer concierto posterior a aquella invitación inicial fue en sí toda una ruptura. «Al principio la gente se removió un poco, se rió, pero no comprendieron nada, porque nosotros no explicamos nada. De hecho, ésta fue una de las principales características de Zaj: invitar al público a intervenir sin decirlo explícitamente (y, en efecto, intervenían tirándonos cosas y demás…).».

 

Esta aventura iniciada por Zaj con ese espacio de incertidumbres que se abría, por ejemplo, llevó una de las veces al público a coger las sillas de madera plegables y ponerlas sobre el escenario cubriéndolo todo, «incluso nos sepultaron a nosotros bajo las sillas, y se fueron tan contentos», contaba Barce.

Juan Hidalgo ha sido el último en morir de esta terna inolvidable. Descanse en paz. Sería curioso ver actuar a ZAJ en ese cielo que seguramente jamás esperaron. ¿Qué respuesta encontrarían? ¿Lo desbordarían o los echarían a patadas?

BIBLIOGRAFÍA
Citas de Ramón Barce: [revista Minerva 10, Música en carne y hueso].
Citas de Marchetti e Hidalgo [revista Minerva 11, Al fondo del sonido].
Citas de Henar Rivière Ríos [revista Minerva 25, El arte postal de Zaj: una escritura performativa].
Cita de David Sánchez Usanos [Catálogo de la exposición El Gran Río. Resistencia Rebeldía Rebelión Revolución].

Juan Hidalgo es Premio Nacional de las Artes Plásticas 2016, Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes del Ministerio de Cultura de 1989, el Premio Canarias 1987 de Bellas Artes e Interpretación y la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid en 2001. En 2007 el Cabildo de Gran Canarias, el Ayto. de Las Palmas y el CBA le dieron un homenaje en el Círculo de Bellas Artes.

Concurso B.S.O. #4R «El Gran Río: Resistencia, Rebeldía, Rebelión, Revolución»

Uno de los proyectos transversales estrella de esta temporada en el Círculo de Bellas Artes es El Gran Río: Resistencia, Rebeldía, Rebelión, Revolución #4R. Coincidiendo con la inauguración de la exposición audiovisual homónima y con las primeras conferencias del año relacionadas, queremos hacerte partícipe con un concurso en el que solo queremos que compartas con nosotros una canción cuya temática sea el conflicto con el hashtag #4R en twitter e instagram, y en Facebook a través de los comentarios al evento que crearemos a tal efecto. También puedes hacernos llegar un email a [email protected]. Aunque el concurso ya se cerró, estamos abiertos a tus sugerencias para ampliar la playlist de Spotify.

Se trata de una playlist de lo más revolucionaria. Hemos sorteado: libros, abonos de cine clásico, artículos de nuestra nueva tienda, catálogos…

OJO: Participar puede hacerlo todo el mundo, pero los premios otorgados deberán recogerse en el mismo Círculo de Bellas Artes, con lo que los premiados deben de ser de Madrid o alrededores. Las fechas para recogerlos serán determinadas en un periodo de tiempo concreto en el que se podrán retirar en la recepción del CBA.

¿Te animas? Pon la B.S.O. de #4R hasta el 2 de abril.

Recuerda que este proyecto 4R, que comenzó con la conferencia de junio de 2017 de Zizek, continuó con las obras de teatro Kohlhaas y Trinchera en octubre de 2017, con la trilogía de Dovchenko ese mismo mes, ahora con la conferencia de Vandana Shiva y próximamente cine 4R a partir de marzo, más conferencias como las de los Lunes al Círculo o las programadas con Mackenzie Wark en febrero y Didi-Huberman el 13 de marzo, y cómo no, la exposición homónima y su catálogo para reflexionar en torno a la idea de conflicto.

A continuación publicamos los ganadores del concurso B.S.O. #4R «El gran río. Resistencia, rebeldía, rebelión, revolución»:

CATÁLOGOS de la exposición valorados en 22€:

Lola Martínez

Bethbet @IsabelBettybeth

BGroupie @BGroupie

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CAMISETAS #4R (18€).

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El CBA invita a reflexionar sobre la idea de conflicto en el mundo

En España y Europa se viven momentos de tensión. ¿Serán estos conflictos sociales, económicos y políticos que estamos viviendo el preludio de algo más? Justo cuando se cumplen 100 años desde la Revolución Rusa y a punto de los 50 desde mayo del ’68, el CBA presenta una nueva temporada 2017-18 en la que a través de uno de sus principales proyectos transversales, El Gran Río. Resistencia, Rebeldía, Rebelión, Revolución, —en redes sociales y en el logo 4R— invita a una reflexión crítica y sosegada, alejada del ruido falaz diario, de la lectura fugaz o de la idea peregrina, en torno al término conflicto y todo lo que le rodea.

Teatro, cine y conferencias servirán como abrigo a la exposición que se estrenará a comienzos de 2018, secundada por una publicación. «Llevamos dos años trabajando en este proyecto que para nada es historicista. No es cuestión de celebrar o condenar la Revolución Rusa o los mayos del 68; estos solo sirven de pretextos para vertebrar un proyecto transversal que trata de ir más allá», recalcó Juan Barja, director del CBA.

Este proyecto, que tuvo un aperitivo en junio de 2017 con la conferencia de Slavoj Zizek Alegato a favor de un socialismo burocrático, comienza oficialmente en octubre con dos obras de teatro creadas por Marco Baliani: Trinchera (5 & 6 oct) y Kohlhaas (7 & 8 oct), esta última basada en Michael Kohlhaas, mítica novela de Heinrich von Kleist, que a su vez parte de unos hechos reales acaecidos siglos atrás y que tantos análisis ha generado —y genera— acerca de la ley, la justicia, la proporcionalidad… ¿te suena?

Paralelamente, Cine Estudio del CBA proyectará: Trilogía de la Guerra de Alexander Dovzhenko; más de 30 películas políticas de la historia del cine dentro de #4R (entre ellas, Metrópolis, Octubre, La Rabia, La Comuna, Libre te quiero…); y, coincidiendo en mes, Cuatro mayos del 68: París, Praga, México DF, Berkeley.

En el apartado de conferencias, en enero viene una de las principales voces del feminismo y la ecología, la india Vandana Shiva; en febrero, McKenzie Wark, autor del Manifiesto Hacker y uno de los mejores analistas de la cultura, los medios de comunicación, la teoría crítica o las artes; y en marzo, el filósofo Georges Didi-Huberman.

Finalmente, como ya se ha citado, se hará la exposición que se compone de un montaje audiovisual y un particular mapa que, como explican sus comisarios, Lucía Jalón y David Sánchez-Usanos, «desafía estereotipos y ayuda a fijar posiciones propias en torno a cuestiones que tienen una dimensión política y colectiva, pero también filosófica, artística, antropológica y poética». La exposición coincidirá con el lanzamiento del catálogo de la misma, que incluirá todo el material audiovisual en dvd, un atlas interactivo, la antología de textos de autores de distintas épocas, así como una serie de ensayos inéditos.

Este es solo uno de los grandes proyectos del CBA, que además, también hará otros transversales como los que giran en torno a:

Federico Fellini: exposición Sueño y diseño con los dibujos del cineasta de Rímini que sirvieron de inspiración para el rodaje de anuncios para la Banca di Roma, «algo inaudito —apuntaba Juan Miguel Hernández León, presidente del CBA— dada la aversión que Fellini sentía hacia la publicidad y la televisión» y las fotografías del rodaje de Mimmo Cattarinich. También habrá conferencias relacionadas dentro de Los lunes, al Círculo; ciclo de cine con algunas de sus mejores películas; e incluso un concierto único e irrepetible dentro de la X edición de Jazz Círculo a cargo de Fellini Quartet (10 oct.) superformación configurada a sugerencia del CBA, que interpretará bandas sonoras de Nino Rota para películas de Fellini.

©Federico Fellini, VEGAP, Madrid, 2017

Albert KahnLos archivos del planeta. Una muestra que es la 1ª vez que se expone en el mundo y que ha sido escogida de entre 72.000 placas autocromas (a este respecto, la colección de fotografía en color más grande del mundo), 4.000 placas estereoscópicas y 200.000 metros de película cinematográfica en 35mm (en B&N, pero con tempranos ejemplos en color). Para Juan Barja, Albert Kahn es «el primer artista conceptual de la historia; esta exposición es algo realmente importante». En torno a ella giran algunas conferencias de Los lunes, al Círculo y distintas proyecciones en Cine Estudio. Y se ampliará con un gran catálogo online.

Poste de secours, Pas-de-Calais, France, septembre 1915, (Autochrome, 9 x 12 cm),
André Bernardel, Département des Hauts-de-Seine, musée Albert-Kahn, Archives de la Planète, A 6 738

Incentenario Picasso. Si el año pasado celebramos a Valle-Inclán porque sí, sin coincidir con ninguna fecha específica, este año le toca el turno al pintor malagueño. Será en 2018 y como todos los proyectos transversales contará con ciclos de cine y conferencias dentro de Los lunes, al Círculo.

Más eventos importantes:

OCTUBRE

X Jazz Círculo (hasta febrero). Rubem Dantas, Jorge Pardo, La Canalla, etc.

Los lunes, al Círculo (hasta diciembre, conferencias ABIERTAS AL PÚBLICO).

Festival Eñe: como novedad, este año es ABIERTO AL PÚBLICO.

4ª edición Made in Taiwán. Taiwán en el Círculo. Con danza y concierto de jazz dentro de Jazz Círculo.

NOVIEMBRE

Meta (NOVEDAD): Festival de música electrónica (un sábado por mes).

The Virtual Reality Cinema. Desde noviembre tendremos el 1er cine de realidad virtual de España.

Korean Dreams. Exposición de Nathalie Daoust sobre Corea del Norte.

Medalla de Oro a Gonzalo Suárez (noviembre), Didi-Huberman (marzo) y Slavoj Zizek (mayo).

15ª Mostra de la Cultura Portuguesa (nov). Concierto de Cuca Roseta.

DICIEMBRE

Inscripciones para la VIII Con Ciencia en la Escuela cuya celebración es en marzo.

ENERO

Pública 18

Teatro infantil con Juego de Niños

Día Internacional de las Víctimas del Holocausto. El repertorio prohibido.

FEBRERO

Mágico Carnaval. Mítico baile de máscaras del CBA.

MARZO

Frontera Ámbar.

XXI Noche de Max Estrella

Medalla de Oro a Georges Didi-Huberman

ABRIL

XXII Lectura Continuada del Quijote.

MAYO

Medalla de Oro a Slavoj Zizek.

JUNIO

Teatralia XXII.

XIV Noches Bárbaras.

 

PDF COMPLETO AVANCE TEMPORADA_2017-2018 EN EL CBA