Canciones de trabajo, crónicas de vida y de muerte (nacimientos y funerales), bodas narradas… La música popular es un arte profundamente ligado a la vida. Según su definición, lejos de divismos, se trata de una música aceptada de forma general por una comunidad, que refleja, de manera natural, lo que sucede en ella, en su transcurrir cotidiano.
La asturiana Lorena Álvarez entiende precisamente así sus conciertos, que, para ella, no son sino una oportunidad para hacer comunidad con las personas. Coincidiendo con su actuación en el Círculo junto a John Suming, aprovechamos para charlar un rato con esta artista, cuyo primer trabajo respaldada por su Banda Municipal, Anónimo, daba comienzo con el sonido de unas ovejas pastando en el campo.
Lorena nos habló, entre otras cosas, de la conexión mágica con lo antiguo que aflora de este tipo de música; de su libre transcurrir a través de infinitas generaciones; de su accesibilidad, del regalo que supone no requerir conocimientos ni dinero para poder disfrutar de ella… Y, como guinda, se convirtió en olmo en nuestra azotea. Otro regalo.