Existe una tierra abierta a los símbolos y los sonidos. Javier Paxariño, uno de los mayores virtuosos instrumentistas del planeta, la explora sin cesar en sus trabajos, a los que bautiza con nombres tan evocadores como Pangea, la gran masa terrestre que dio lugar a los actuales continentes; Ouroboros, el mito del eterno retorno, o Temurá, que alude a una técnica cabalística aplicada al misterio de la oración.