Atrato + La sucursal del Paraíso + Tierra…

Sesiones:

09.03.20 · 20:30h Proyecciones + presentación de Marta Ramos-Yzquierdo (comisaria)

LA LUZ DE LAS BALAS, LA OBSCURIDAD DEL OLVIDO Marcos Avila Forero y Léo Raymond 2019, 14 min

Presentación de la serie de documentales sobre las causas y el desarrollo del conflicto, la relación población-guerrilla y los retos de la construcción de la paz en Colombia, en los que las organizaciones sociales son uno de los pilares fundamentales.

ATRATO Marcos Ávila Forero, Colombia, 14 min, VE [archivo digital]

Esta pieza narra la experiencia de un grupo de residentes locales de origen afro-colombiano de la violencia familiarizada del conflicto armado. Atrato es un río que cruza el bosque de Chocó, Colombia, y en este contexto, una de los principales arterias del conflicto de este país. El artista, junto con un grupo de investigadores y músicos, pidió a estos residentes de la zona que recuperasen una de sus antiguas costumbres que consistía en golpear la superficie del río con manos y brazos. Con esta acción reproducían un sonido inspirado en los ritmos locales, creando música percusiva, y a través de ella se reproducían los sonidos de las explosiones y los impactos de las balas, sonidos tristemente familiares para los habitantes locales.

LA SUCURSAL DEL PARAÍSO Marcos Ávila Forero, Colombia, 2010, 5 min, VE [archivo digital]

El espectador sólo ve la parte posterior vacía de un camión. Los temblores violentos le da unos leves atisbos de una cámara en off: una carretera polvorienta, o la sombra cambiante del remolque. En la parte inferior del marco un texto se desplaza. Es una carta y el escritor está contando la historia de su pueblo. Un pueblo que no puede volver a causa de un conflicto armado. Este video sitúa al espectador en un espacio suspendido, no se ofrece información sobre el lugar que el escritor está escribiendo.

TIERRA Regina José Galindo, Guatemala, 2013, 33 min, VE [archivo digital]

La guerra en Guatemala fue una de las más sangrientas. Un genocidio que dejó más de 200.000 muertos. El ejército que peleaba contra la insurgencia definió como enemigos internos a los indígenas aduciendo que simpatizaban con la guerrilla y durante cruentos periodos se dedicó a perseguirlos. Con la intención de quedarse con la tierra (bajo la complaciente mirada de la oligarquía nacional) y la justificación de que los indígenas eran enemigos de la patria, el Estado puso en práctica la tierra arrasada. Esta fue una práctica común y característica del conflicto armado. Tropas de soldados del ejército y de las patrullas de defensa civil llegaban a las comunidades indígenas y destruían cualquier casa  que pudiera serles de utilidad para sobrevivir. Quemaban todo. Violaban. Torturaban. Asesinaban. La artista permanece desnuda y en pie mientras una excavadora destruye la tierra a su alrededor.

LA VERDAD Regina José Galindo, 2013, 70 min

Durante los 36 años de guerra en Guatemala las violaciones a las mujeres y niñas, la tortura, la estrategia de la tierra arrasada, la violencia y persecución y otras tácticas inhumanas fueron práctica común del ejército. En 1996 se firmaron los acuerdos de paz entre el Estado y la guerrilla. En dichos acuerdos se planteó la amnistía para la mayoría de los crímenes con excepción de crímenes de lesa humanidad. Sólo en 2013 se llevó a juicio a dos de los militares responsables de las masacres. Durante dos semanas y después de haber escuchado decenas de estremecedores testimonios, por estrategias gubernamentales y de la defensa, fue suspendido. Durante una hora la artista lee testimonios de sobrevivientes del conflicto armado en Guatemala, mientras un dentista intenta silenciarla anestesiándole la boca, una y otra vez.

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