Let There Be Light
Al terminar la Segunda Guerra Mundial, el ejército de los Estados Unidos encargó a John Huston que realizase un documental sobre las consecuencias de la contienda. El realizador decidió filmar a doce soldados ingresados en un hospital psiquiátrico, donde intentaban recuperarse de la locura a la que les había llevado la muerte de sus compañeros, el miedo a peder la vida y la nostalgia de su hogar. Tras ver el resultado, el ejército americano decidió censurar radicalmente la cinta.