En 1947 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba una resolución para resolver el conflicto entre judíos y árabes que incluye la división de la región de Palestina en dos estados. Líbano se convierte en uno de los países de acogida para los palestinos, población que a lo largo de más de sesenta años de exilio no ha gozado de una vida fácil. Por eso, en septiembre de 2011, Mahmoud Abbas se dirige de nuevo a la ONU con una petición bajo el brazo.