El joven violinista japonés Fumiaki Miura se junta con la pianista rusa Varvara Nepomnyaschaya (conocida artísticamente sólo por su nombre de pila) para un programa que se pasea por tres siglos de música, del XVIII al XX. La obra de Mozart queda marcada por su segundo movimiento, un Andante en tonalidad menor, de una melancolía que parece apuntar directamente al mundo romántico. La 2ª de las tres sonatas que Brahms escribió para violín y piano es de una serenidad y una luminosidad casi primaveral para un músico que había cumplido ya los 53 años. La de Prokófiev es una obra compleja y de larga gestación dedicada al gran David Oistrakh, quien acabó estrenándola en 1946 y quien, siete años después, escogería su meditativo Andante para tocarlo en los funerales por el compositor.

Wolfgang Amadeus Mozart (1756 – 1791)

Sonata para violín y piano en fa mayor, K 377/374e (1781)

Johannes Brahms (1833 – 1897)

Sonata para violín y piano nº 2 en la mayor, op. 100 (1866)

Serguei Prokofiev (1891 – 1953)

Sonata para violín y piano nº 1 en fa menor, op. 80 (1946)

Fumiaki Miura, violín
Varvara Nepomnyaschaya, piano

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