La similitud entre la década de 1930 y la actualidad es un asunto que lleva varios años larvándose. Pero lo que entonces despuntaba se ha ido convirtiendo en algo preciso y alarmante, ya no signos de futuro sino realidades que nos rodean e influyen de manera directa en nuestra vida: partidos de extrema derecha que gobiernan en varios países, aplicación de políticas sociales discriminatorias para amplias capas de población, actitudes iliberales de gobiernos concretos, etc..

Nada se repite con exactitud pero los signos recuerdan mucho a lo sucedido hace casi cien años, cuando el mundo occidental se tiñó de fascismo y la democracia fue atacada de manera masiva. Un vínculo con aquel tiempo que no se limita a elementos políticos sino también sociales y culturales: el culto al cuerpo y el desprecio a la racionalidad, la intolerancia hacia lo ajeno, el nacionalismo exacerbado, etc. Todo ello en vísperas de elecciones que tendrán lugar a lo largo de 2024 y que pueden marcar el futuro global de una manera decisiva si los partidos de extrema derecha amplían poder.