¿Quiénes son los invencibles que acompañan a Quijote en el título de esta película y de este libro? En palabras de Erri de Luca, «no los que suben al escalón más alto del podio sino los que, siempre vencidos, vuelven a ponerse en pie para batirse de nuevo». Quijote, que se levanta del polvo tras los golpes, es, literalmente, invencible. En torno a una mesa de taberna, trasladada al centro de un escenario teatral, Erri de Luca, acompañado por la guitarra y las palabras de Gianmaria Testa y el clarinete de Gabriele Mirabassi, homenajea al héroe perfecto de Cervantes que, sin miedo al peligro ni –lo que es aún más admirable– al ridículo, se siente interpelado por cada abuso, por cada injusticia. De Luca rescata para nuestro presente a un Quijote que condena la cínica distancia del espectador en la que nuestra civilización se ha instalado. Y lo hace entreverando sus reflexiones con poemas y canciones de Bertolt Brecht, Ungaretti, Nazim Hikmet, Alberti, Izet Sarajlic´o Boris Vian. Sin prescindir del humor, Erri de Luca evoca los lugares y figuras de algunos invencibles contemporáneos: los migrantes, los presos, los suicidas… El libro que acompaña la grabación de este singular espectáculo teatral recoge unos ensayos de Erri de Luca en torno a Quijote, y se completa con una entrevista de César Rendueles al escritor italiano y una transcripción completa de lo hablado, cantado y recitado en el espectáculo.

Erri de Luca nació en Nápoles en 1950 y publicó su primera novela –Aquí no, ahora no– en 1989, con casi cuarenta años. Desde entonces ha publicado más de cincuenta libros entre literatura, ensayo y poesía. Fue albañil, mozo de aeropuerto, obrero fabril y camionero, y militó en la organización de izquierda Lotta Continua en los convulsos años setenta italianos, periodo que él siempre define como una pequeña guerra civil de la que su bando salió derrotado. Sus experiencias laborales, políticas y de voluntariado (primero en África, luego en Yugoslavia), así como su afición por el alpinismo y la escalada deportiva han dejado una huella profunda en su narrativa, al igual que su más reciente interés por la Biblia, de la que ha traducido algunos fragmentos en busca de una mayor fidelidad al original.