victoria
Un monumento no conmemora, no honra algo que ocurrió, sino que susurra al oído del porvenir las sensaciones persistentes que encarnan el acontecimiento: el sufrimiento eternamente renovado de los hombres, su protesta recreada, su lucha siempre retomada. ¿Resultaría acaso todo en vano porque el sufrimiento es eterno, y porque las revoluciones no sobreviven a su victoria? Pero el éxito de una revolución sólo reside en la revolución misma, precisamente en las vibraciones, los abrazos, las aperturas que dio a los hombres en el momento en que se llevó a cabo, y que componen en sí un monumento siempre en devenir, como esos túmulos a los que cada nuevo viajero añade una piedra. La victoria de una revolución es inmanente, y consiste en los nuevos lazos que instaura entre los hombres, aun cuando éstos no duren más que su materia en fusión y muy pronto den paso a la división, a la traición
¿Qué es la filosofía?
¡Oh, montaña, montaña, te has levantado sobre todo,
te has hecho soberbia y deseable,
te has igualado al cielo,
y te has asentado sobre el trono!
[..]
Por eso te he derribado y abatido, te he tumbado por eso sobre el suelo,
[...] he aplastado tu espalda contra el suelo,
¡te he derribado en tierra!
Victoria de Inanna sobre el Ebih, texto sumerio, vv. 154-164
Harmodio y Aristogitón
Jóvenes aristócratas atenienses de estirpe cadmea, se conjuraron contra los tiranos, logrando darle sólo muerte a Hiparco –uno de los dos hijos de Pisístrato– en la fiesta de las Panateneas del 514 a. C. Muertos los dos por orden de Hipias –que sobrevivió a la conjura siendo tirano aún por cuatro años–, y considerados como héroes, se les dedicaron varios himnos y en el 490, tras la victoria de Maratón contra los persas, se le encargó al escultor Antenor un grupo en bronce que los representaba –el conocido por Los tiranicidas– erigido en el ágora de Atenas –siendo el primer monumento público levantado en honor de unos mortales–.
Nota a partir de Der kleine Pauly, Lexikon der Antike
“Nuestros señores y nuestros príncipes se hallan en el origen de cualquier tipo de usura y de robo, pues se apoderan de todo lo que existe como si fuera de su propiedad. […] Reducen a todos a la más vil miseria, desnudan y cercenan a los labriegos, los artesanos y todo lo que vive, y si alguno comete el más pequeño error de inmediato lo llevan a colgar en la horca. […] ¿Es que acaso han disminuido sus impuestos y su explotación? […] Ellos hacen que el pobre no sepa leer: “Un muro de hierro ha sido establecido contra los reyes y los príncipes […], y llegará milagrosa la victoria sobre los poderosos y sobre los tiranos” [Jeremías 1, 18-19]. “No he venido a traer la paz, sino la espada” [Mateo 10, 34]. “Todo árbol que no dé frutos convenientes ha de ser extirpado y echado en el fuego” [Mateo 7, 19]. ”Dios ha entregado a los señores y príncipes del mundo y, en su furor, quiere desposeerlos por completo” [Oseas 13, 11]. “Él ha derribado a los poderosos del trono” [Lucas 1, 52]. ¿Cuándo finalmente aprenderá a leer la Escritura el miserable? […] Por todo ello proclamo que hay que ser rebelde. […] ¿Por qué tendría que estar forzado el mundo a realizar un trabajo duro para servir a un saco de polvo? […] Como un diminuto centelleo […] para llegar a ser piedra de chispa […], los ángeles afilan ya sus hoces para esta tarea. […] Llegó el tiempo para la cosecha, he afilado mi hoz. […] Hay que matar a todos los gobernantes impíos […], el pueblo entero tiene el poder de la espada”. “Alemania, Francia, Italia ya han despertado. El Maestro quiere divertirse […]. Los campesinos de la Selva Negra disponen ya de más de tres mil hombres, y el grupo día a día va creciendo […[. ¡Combatid la batalla del Señor! […] ¡Excitad a pueblos y ciudades a la rebelión y, sobre todo, a los compañeros de las minas juntamente con todos los restantes compañeros que pueden ayudaros! […] ¡Ánimo, ánimo, ahora es vuestro turno! […] Pasad esta carta a los mineros. […] ¡Ánimo, ánimo, hasta que arda el fuego! ¡No dejéis que se enfríe vuestra espada! […] ¡Pank, pink, pank, golpead, dad sobre el yunque! ¡Destruid sus defensas! ¡No podréis libraros de temor mientras que vivan, mientras sean aún vuestros señores y ejerzan impunes su dominio! ¡Ánimo mientras la luz os acompaña! ¡Dios va al frente! […] ¡La historia ya está escrita! Mühlhausen, 1525. Thomas Müntzer, siervo de Dios contra los impíos”.
Tratados y sermones
“No podemos hacernos ilusiones, […] no habrá libertad sin combatir”. “Pongamos al servicio de la lucha eso poco que podemos dar, nuestro sacrificio, nuestras vidas. Entregar uno de estos días el que será nuestro último suspiro, no importa en qué tierra, pues ya es nuestra, regada como está por nuestra sangre. […] ¡Qué importa dónde la muerte nos encuentre! Bienvenida sea si lo que era nuestro grito de guerra ha sido oído, si otra mano se tiende a seguir empuñando nuestras armas y otros hombres se alzan para entonar aún el canto fúnebre, entre el temblor de la ametralladora y nuevos gritos de guerra y de victoria”.
�??Crear dos, tres�?� muchos Vietnams�?�, mayo de 1967
El juramento de la fiesta revolucionaria es el teatro sagrado del contrato social. […] La Libertad, la Victoria, la Razón, la República: tales son las figuras tutelares
La Fête révolutionnaire
Los poderosos no ganan las batallas, simplemente se aprovechan de ellas. No se honre al gobierno más que a los que forman el ejército. Sólo los que están en las batallas son los que han obtenido la victoria
Discurso para la defensa de Robespierre, 27-7-1794
Los relieves narrativos sobrepuestos entre cuatro columnas triunfales que el arquitecto emplaza en las esquinas de una casa de campo, proclamaban la fama de las Madres, donadoras de vida, en vez de los vulgares monumentos que suelen dedicarse a las sangrientas y crueles victorias militares. Proyectando una obra tan extraña, el artista pretende dar las gracias a las mujeres que admiró en su vida
Von Ledoux bis Le Corbusier. Ursprung und Entwicklung der autonomen Architektur, (sobre el llamado Templo de Memoria �??�??Casa de las Mujeres�??�?? de Ledoux)
Lo más que puede lograr la insurrección en el terreno propio de la táctica es el construir y defender solamente una barricada. […] Ya en la época clásica de las luchas urbanas [...] la barricada tuvo en todo caso más efecto moral que material. Se trataba tan sólo de quebrar la firmeza de los militares. Si resistían hasta conseguirlo, se había alcanzado la victoria; de lo contrario, estaban derrotados
introducción a K. Marx, La lucha de clases en Francia
La guerra finalizó en todas partes (salvo en el caso de Suecia) con la victoria total de los señores, siendo de una brutal ferocidad. Se calcula que, en el caso de Alemania, el número de campesinos ejecutados en un solo año, tras la derrota de la insurrección, se elevó a cien mil personas, sin hablar de los centenares de aldeas que fueron incendiadas. Las crónicas contienen páginas horribles sobre masacres de campesinos indefensos, por no citar las sentencias de condena a numerosos años de trabajos forzados
La función revolucionaria del Derecho y el Estado
En lugar de una táctica y de una estrategia continental se utilizan formas limitadas: luchas electorales reducidas, un pequeño progreso electoral obtenido en uno u otro sitio; dos diputados, un senador y cuatro alcaldes; una gran manifestación dispersada a golpe de fusil; otra elección perdida, aunque hoy sea por unos votos menos; una huelga ganada, diez perdidas; un paso adelante y diez atrás; una victoria dentro de un sector, diez derrotas en otro; y, de pronto, te cambian las reglas del juego y se vuelve a empezar desde el principio […] ¿Por qué todo este gasto de energías? […] Donde se dan tan graves errores, moviliza el pueblo sus legiones un año tras otro para impulsar acciones que le cuestan inmensos sacrificios
"La estrategia y la táctica de la revolución latinoamericana", octubre de 1962
No hay fronteras en esta lucha a muerte. No podemos ser indiferentes ante lo que pasa hoy en el mundo, porque toda victoria de un país sobre las fuerzas del imperialismo es por sí misma ya nuestra victoria, como toda derrota frente a él de una nación, cualquiera que ella sea, se convertirá en nuestra derrota. El internacionalismo proletario no es sólo un deber para los pueblos en su lucha por el porvenir, sino una necesidad incontestable
�??Discurso de Argel�?�, febrero de 1965
La enorme victoria del pueblo vietnamita en Dien-Bien-Phu ya no es, estrictamente hablando, sólo una victoria vietnamita. Desde julio de 1954, el problema que se han planteado muchos de los pueblos coloniales ha sido el siguiente: ‘¿Cómo realizar un Dien-Bien-Phu?’ De que sea posible no se duda. Eso no modifica solamente a los colonizados, sino también a los colonialistas, que toman conciencia de los múltiples Dien-Bien-Phu que son posibles
Les Damnés de la terre
El colonialismo y sus derivados ya no constituyen realmente los enemigos del África actual. En un plazo muy breve el continente estará totalmente liberado. Por mi parte, cuanto más conozco las culturas y círculos políticos más se me va imponiendo la certeza de que el peligro que amenaza a África hoy es la ausencia de ideología. […] Los países que en África actualmente van accediendo a la independencia son en realidad tan inestables como lo son sus nuevas burguesías o sus actuales nuevos príncipes. Tras algunos pasos inseguros en la arena internacional, al no sentir las burguesías nacionales ya actualmente la amenaza de la vieja potencia colonial, desarrollan grandes apetitos. Y, no teniendo aún práctica política, quieren impulsar todo ese ámbito tal como si fuera su negocio. Todo son prebendas y amenazas hasta el despojamiento de la víctima. El problema es aún más de lamentar porque muchos Estados no poseen más recurso que el de suplicar a la vieja metrópoli que se mantenga un poco aún entre ellos. Pero además, en éstos pseudo-Estados de tendencias neoimperialistas, una política militarista exacerbada acarrea la disminución de la inversión de carácter público en países que hoy aún parcialmente tienen una estructura medieval. Los obreros que muestran descontento sufren entonces una represión tan cruel y salvaje como en los períodos coloniales. Partidos de oposición y sindicatos se ven en seguida confinados a una casi-clandestinidad. Y ese pueblo que había dado todo en las horas difíciles de la lucha por la liberación, con las manos y el vientre vacíos, debe interrogarse sobre el grado de realidad de su victoria. […] Los Estados colonizados que han accedido a la independencia por la vía política no parecen tener más preocupación que encontrarse un campo de batalla, con sus heridas y sus destrucciones. […] Las burguesías ahora triunfantes son sin duda las más impetuosas, emprendedoras y anexionistas que actualmente se puedan concebir
�??Cette Afrique à venir�?�, fragmentos de notas de su diario privado durante el verano del 1960, no destinadas a la publicación
Un monumento no conmemora, no honra algo que ocurrió, sino que susurra al oído del porvenir las sensaciones persistentes que encarnan el acontecimiento: el sufrimiento eternamente renovado de los hombres, su protesta recreada, su lucha siempre retomada. ¿Resultaría acaso todo en vano porque el sufrimiento es eterno, y porque las revoluciones no sobreviven a su victoria? Pero el éxito de una revolución sólo reside en la revolución misma, precisamente en las vibraciones, los abrazos, las aperturas que dio a los hombres en el momento en que se llevó a cabo, y que componen en sí un monumento siempre en devenir, como esos túmulos a los que cada nuevo viajero añade una piedra. La victoria de una revolución es inmanente, y consiste en los nuevos lazos que instaura entre los hombres, aun cuando éstos no duren más que su materia en fusión y muy pronto den paso a la división, a la traición
¿Qué es la filosofía?
¡Oh, montaña, montaña, te has levantado sobre todo,
te has hecho soberbia y deseable,
te has igualado al cielo,
y te has asentado sobre el trono!
[..]
Por eso te he derribado y abatido, te he tumbado por eso sobre el suelo,
[...] he aplastado tu espalda contra el suelo,
¡te he derribado en tierra!
Victoria de Inanna sobre el Ebih, texto sumerio, vv. 154-164
Harmodio y Aristogitón
Jóvenes aristócratas atenienses de estirpe cadmea, se conjuraron contra los tiranos, logrando darle sólo muerte a Hiparco –uno de los dos hijos de Pisístrato– en la fiesta de las Panateneas del 514 a. C. Muertos los dos por orden de Hipias –que sobrevivió a la conjura siendo tirano aún por cuatro años–, y considerados como héroes, se les dedicaron varios himnos y en el 490, tras la victoria de Maratón contra los persas, se le encargó al escultor Antenor un grupo en bronce que los representaba –el conocido por Los tiranicidas– erigido en el ágora de Atenas –siendo el primer monumento público levantado en honor de unos mortales–.
Nota a partir de Der kleine Pauly, Lexikon der Antike
“Nuestros señores y nuestros príncipes se hallan en el origen de cualquier tipo de usura y de robo, pues se apoderan de todo lo que existe como si fuera de su propiedad. […] Reducen a todos a la más vil miseria, desnudan y cercenan a los labriegos, los artesanos y todo lo que vive, y si alguno comete el más pequeño error de inmediato lo llevan a colgar en la horca. […] ¿Es que acaso han disminuido sus impuestos y su explotación? […] Ellos hacen que el pobre no sepa leer: “Un muro de hierro ha sido establecido contra los reyes y los príncipes […], y llegará milagrosa la victoria sobre los poderosos y sobre los tiranos” [Jeremías 1, 18-19]. “No he venido a traer la paz, sino la espada” [Mateo 10, 34]. “Todo árbol que no dé frutos convenientes ha de ser extirpado y echado en el fuego” [Mateo 7, 19]. ”Dios ha entregado a los señores y príncipes del mundo y, en su furor, quiere desposeerlos por completo” [Oseas 13, 11]. “Él ha derribado a los poderosos del trono” [Lucas 1, 52]. ¿Cuándo finalmente aprenderá a leer la Escritura el miserable? […] Por todo ello proclamo que hay que ser rebelde. […] ¿Por qué tendría que estar forzado el mundo a realizar un trabajo duro para servir a un saco de polvo? […] Como un diminuto centelleo […] para llegar a ser piedra de chispa […], los ángeles afilan ya sus hoces para esta tarea. […] Llegó el tiempo para la cosecha, he afilado mi hoz. […] Hay que matar a todos los gobernantes impíos […], el pueblo entero tiene el poder de la espada”. “Alemania, Francia, Italia ya han despertado. El Maestro quiere divertirse […]. Los campesinos de la Selva Negra disponen ya de más de tres mil hombres, y el grupo día a día va creciendo […[. ¡Combatid la batalla del Señor! […] ¡Excitad a pueblos y ciudades a la rebelión y, sobre todo, a los compañeros de las minas juntamente con todos los restantes compañeros que pueden ayudaros! […] ¡Ánimo, ánimo, ahora es vuestro turno! […] Pasad esta carta a los mineros. […] ¡Ánimo, ánimo, hasta que arda el fuego! ¡No dejéis que se enfríe vuestra espada! […] ¡Pank, pink, pank, golpead, dad sobre el yunque! ¡Destruid sus defensas! ¡No podréis libraros de temor mientras que vivan, mientras sean aún vuestros señores y ejerzan impunes su dominio! ¡Ánimo mientras la luz os acompaña! ¡Dios va al frente! […] ¡La historia ya está escrita! Mühlhausen, 1525. Thomas Müntzer, siervo de Dios contra los impíos”.
Tratados y sermones
“No podemos hacernos ilusiones, […] no habrá libertad sin combatir”. “Pongamos al servicio de la lucha eso poco que podemos dar, nuestro sacrificio, nuestras vidas. Entregar uno de estos días el que será nuestro último suspiro, no importa en qué tierra, pues ya es nuestra, regada como está por nuestra sangre. […] ¡Qué importa dónde la muerte nos encuentre! Bienvenida sea si lo que era nuestro grito de guerra ha sido oído, si otra mano se tiende a seguir empuñando nuestras armas y otros hombres se alzan para entonar aún el canto fúnebre, entre el temblor de la ametralladora y nuevos gritos de guerra y de victoria”.
�??Crear dos, tres�?� muchos Vietnams�?�, mayo de 1967
El juramento de la fiesta revolucionaria es el teatro sagrado del contrato social. […] La Libertad, la Victoria, la Razón, la República: tales son las figuras tutelares
La Fête révolutionnaire
Los poderosos no ganan las batallas, simplemente se aprovechan de ellas. No se honre al gobierno más que a los que forman el ejército. Sólo los que están en las batallas son los que han obtenido la victoria
Discurso para la defensa de Robespierre, 27-7-1794
Los relieves narrativos sobrepuestos entre cuatro columnas triunfales que el arquitecto emplaza en las esquinas de una casa de campo, proclamaban la fama de las Madres, donadoras de vida, en vez de los vulgares monumentos que suelen dedicarse a las sangrientas y crueles victorias militares. Proyectando una obra tan extraña, el artista pretende dar las gracias a las mujeres que admiró en su vida
Von Ledoux bis Le Corbusier. Ursprung und Entwicklung der autonomen Architektur, (sobre el llamado Templo de Memoria �??�??Casa de las Mujeres�??�?? de Ledoux)
Lo más que puede lograr la insurrección en el terreno propio de la táctica es el construir y defender solamente una barricada. […] Ya en la época clásica de las luchas urbanas [...] la barricada tuvo en todo caso más efecto moral que material. Se trataba tan sólo de quebrar la firmeza de los militares. Si resistían hasta conseguirlo, se había alcanzado la victoria; de lo contrario, estaban derrotados
introducción a K. Marx, La lucha de clases en Francia
La guerra finalizó en todas partes (salvo en el caso de Suecia) con la victoria total de los señores, siendo de una brutal ferocidad. Se calcula que, en el caso de Alemania, el número de campesinos ejecutados en un solo año, tras la derrota de la insurrección, se elevó a cien mil personas, sin hablar de los centenares de aldeas que fueron incendiadas. Las crónicas contienen páginas horribles sobre masacres de campesinos indefensos, por no citar las sentencias de condena a numerosos años de trabajos forzados
La función revolucionaria del Derecho y el Estado
En lugar de una táctica y de una estrategia continental se utilizan formas limitadas: luchas electorales reducidas, un pequeño progreso electoral obtenido en uno u otro sitio; dos diputados, un senador y cuatro alcaldes; una gran manifestación dispersada a golpe de fusil; otra elección perdida, aunque hoy sea por unos votos menos; una huelga ganada, diez perdidas; un paso adelante y diez atrás; una victoria dentro de un sector, diez derrotas en otro; y, de pronto, te cambian las reglas del juego y se vuelve a empezar desde el principio […] ¿Por qué todo este gasto de energías? […] Donde se dan tan graves errores, moviliza el pueblo sus legiones un año tras otro para impulsar acciones que le cuestan inmensos sacrificios
"La estrategia y la táctica de la revolución latinoamericana", octubre de 1962
No hay fronteras en esta lucha a muerte. No podemos ser indiferentes ante lo que pasa hoy en el mundo, porque toda victoria de un país sobre las fuerzas del imperialismo es por sí misma ya nuestra victoria, como toda derrota frente a él de una nación, cualquiera que ella sea, se convertirá en nuestra derrota. El internacionalismo proletario no es sólo un deber para los pueblos en su lucha por el porvenir, sino una necesidad incontestable
�??Discurso de Argel�?�, febrero de 1965
La enorme victoria del pueblo vietnamita en Dien-Bien-Phu ya no es, estrictamente hablando, sólo una victoria vietnamita. Desde julio de 1954, el problema que se han planteado muchos de los pueblos coloniales ha sido el siguiente: ‘¿Cómo realizar un Dien-Bien-Phu?’ De que sea posible no se duda. Eso no modifica solamente a los colonizados, sino también a los colonialistas, que toman conciencia de los múltiples Dien-Bien-Phu que son posibles
Les Damnés de la terre
El colonialismo y sus derivados ya no constituyen realmente los enemigos del África actual. En un plazo muy breve el continente estará totalmente liberado. Por mi parte, cuanto más conozco las culturas y círculos políticos más se me va imponiendo la certeza de que el peligro que amenaza a África hoy es la ausencia de ideología. […] Los países que en África actualmente van accediendo a la independencia son en realidad tan inestables como lo son sus nuevas burguesías o sus actuales nuevos príncipes. Tras algunos pasos inseguros en la arena internacional, al no sentir las burguesías nacionales ya actualmente la amenaza de la vieja potencia colonial, desarrollan grandes apetitos. Y, no teniendo aún práctica política, quieren impulsar todo ese ámbito tal como si fuera su negocio. Todo son prebendas y amenazas hasta el despojamiento de la víctima. El problema es aún más de lamentar porque muchos Estados no poseen más recurso que el de suplicar a la vieja metrópoli que se mantenga un poco aún entre ellos. Pero además, en éstos pseudo-Estados de tendencias neoimperialistas, una política militarista exacerbada acarrea la disminución de la inversión de carácter público en países que hoy aún parcialmente tienen una estructura medieval. Los obreros que muestran descontento sufren entonces una represión tan cruel y salvaje como en los períodos coloniales. Partidos de oposición y sindicatos se ven en seguida confinados a una casi-clandestinidad. Y ese pueblo que había dado todo en las horas difíciles de la lucha por la liberación, con las manos y el vientre vacíos, debe interrogarse sobre el grado de realidad de su victoria. […] Los Estados colonizados que han accedido a la independencia por la vía política no parecen tener más preocupación que encontrarse un campo de batalla, con sus heridas y sus destrucciones. […] Las burguesías ahora triunfantes son sin duda las más impetuosas, emprendedoras y anexionistas que actualmente se puedan concebir
�??Cette Afrique à venir�?�, fragmentos de notas de su diario privado durante el verano del 1960, no destinadas a la publicación
Un monumento no conmemora, no honra algo que ocurrió, sino que susurra al oído del porvenir las sensaciones persistentes que encarnan el acontecimiento: el sufrimiento eternamente renovado de los hombres, su protesta recreada, su lucha siempre retomada. ¿Resultaría acaso todo en vano porque el sufrimiento es eterno, y porque las revoluciones no sobreviven a su victoria? Pero el éxito de una revolución sólo reside en la revolución misma, precisamente en las vibraciones, los abrazos, las aperturas que dio a los hombres en el momento en que se llevó a cabo, y que componen en sí un monumento siempre en devenir, como esos túmulos a los que cada nuevo viajero añade una piedra. La victoria de una revolución es inmanente, y consiste en los nuevos lazos que instaura entre los hombres, aun cuando éstos no duren más que su materia en fusión y muy pronto den paso a la división, a la traición
¿Qué es la filosofía?